El abogado Martín Yoca participó en la gran fiesta del Ultra Trail de Mont Blanc, en cuyo marco compitió en la TDS, con llegada en Chamonix.
Si correr un maratón tradicional, es decir, 42 kilómetros y 195 metros, supone una proeza irrealizable para la gran mayoría de los mortales, cuesta imaginar lo que implica correr un ultramaratón. Y mucho más, si se trata de un ultramaratón de montaña. Cuando se toma dimensión de las distancias y de las alturas, se llega a la conclusión de que completar una de esas pruebas directamente adquiere proporciones de hazaña.
Aún así, no son pocos los que se animan, según certifica el marplatense Martín Yoca, abogado de profesión y unos de los aproximadamente 150 argentinos que estuvieron en el World Series Events del Ultra Trail de Mont Blanc. “No fui el único ni fui el primero -asegura-. Tiene que ver con encontrar algo que te guste hacer y que lo disfrutes”. Y, contra lo que puede pensar la generalidad de las personas, el propio Yoca afirma que “no tiene nada de épico. Hace unos años nunca pensé que podía correr en Chamonix y ahora lo hice. Nunca hay que privarse de soñar”.
Para contextualizar en forma más adecuada de qué se trata todo esto, hay que decir que el Ultra Trail de Mont Blanc (con 4.805 metros sobre el nivel del mar es el pico más alto de los Alpes y el más alto de la Unión Europea) es un circuito de carreras de montaña en todo el mundo, y que para finales del mes de agosto tiene sus finales con tres célebres competencias: el UTMB (Ultra Trail Mont Blanc propiamente dicho), sobre 176,4 kilómetros; el CCC (Courmayeur, Champex-Lac, Chamonix), sobre 101,6 kilómetros; y el OCC (Orsieres, Champex-Lac, Chamonix), sobre 57,7 kilómetros.
Sin embargo, no puede anotarse cualquiera. A lo largo del circuito se va obteniendo puntaje que otorga un coeficiente (index) equivalente a un ranking y también las denominadas “running stones”. Ambas variables otorgan el derecho a participar en el sorteo para establecer quiénes pueden participar en esas tres competencias.
“Como yo no había estado en ninguna carrera del circuito, no podía postularme. Pero en la misma semana, el 26 de agosto, me inscribí para la TDS Traces des Ducs de Savoie (Tras los pasos de los duques de Savoia), que es una carrera oficial del circuito, sobre 148,6 kilómetros, y un desnivel de 9.300 metros, sumando todas las subidas”.
El recorrido parte desde Courmayeur, en territorio italiano, y da toda la vuelta al Val d’Aoste hasta Savoia.
“Es una competencia muy demandante, atravesamos pasos de montaña, diferentes pueblos, como Bourg St. Maurice, pendientes interminables y lugares míticos como Fort de la Platte, superficies escarpadas. Bien entretenido. Es un privilegio poder participar”.
El tiempo máximo establecido para completar el recorrido se fijó en 44 horas y 10 minutos. A Martín Yoca le sobró un rato. “Yo lo hice en 40 horas, buena parte se transita de noche. Y apenas parábamos para cargar agua, comer algo y seguíamos. Incluso a veces reponíamos líquido en algunas vertientes naturales, porque es en verano y hacía bastante calor”, recordó.
El marplatense Martín Yoca llega a la meta en Chamonix.
Las carreras son consideradas de trail running cuando sus distancias son superiores a los 50 kilómetros. Claro que todo conlleva un proceso gradual.
“Como dije antes -afirma Yoca-, la clave es encontrar algo que te guste. Y no tiene nada que ver con la cantidad de kilómetros. Yo empecé a correr hace 11 años. Hasta 2013 jugaba al fútbol. Mi primera carrera fueron los 15K de Open Sports Laguna. Y considero que fueron tan importantes como los 150K de Chamonix. Para 2015 dejé de jugar al fútbol y me metí de lleno con el running”.
¿Cómo se entrena para semejantes alturas viviendo en Mar del Plata? es una pregunta que surge por sí sola. “Nosotros entrenamos dos o tres veces por semana en Sierra de los Padres. también vamos a Balcarce, a veces a Tandil. Y esporádicamente, al cerro Tres Picos (1.239 metros sobre el nivel del mar, el cerro más alto de la provincia de Buenos Aires), en Sierra de la Ventana. Y cada tanto voy a San Juan y me quedo una semana. Mi entrenador es de allá”, explicó.
Consultado sobre cuántos ultramaratones de montaña se aconseja correr al año, Martín Yoca indicó que “todo tiene un proceso de adaptación. Tengo 53 años, ya no soy chico, y al cuerpo hay que acompañarlo. Todos los años me hago un examen con un cardiólogo deportólogo y trabajo con un nutricionista de alto rendimiento, que planifica la alimentación no sólo para el buen rendimiento deportivo, sino también para una buena recuperación. También es cierto que los años y el volumen de entrenamiento le van enseñando al cuerpo a recuperarse más rápido. Y es clave el gimnasio para fortalecerse. Este año corrí en abril las 100 millas del Patagonia Run, en San Martín de los Andes; al mes siguiente, los 100K del Desafío Punta Negra, en San Juan; y ahora, en Chamonix. Ya está cumplida la cuota para 2024. Para que la gente se forme una idea, nosotros tenemos un volumen mensual en torno a los 500 kilómetros. El pico es de unos 600 kilómetros al mes”, aseguró.
Sobre sus objetivos en el futuro inmediato, Yoca afirmó que “primero voy a apuntar a la recuperación del desgaste físico y mental que demandó el esfuerzo y después voy a encarar la pretemporada 2025. Al haber completado el TDS ya tengo index y además recibí 4 running stones, así que me puedo postular para entrar al sorteo para las pruebas principales en Mont Blanc. Es una movida tremenda. Chamonix es un pueblito pequeño, y entre los 2.500 participantes para cada una de las distancias, más acompañantes, periodistas y espectadores, se genera un movimiento de unas 50.000 personas. Es impresionante”.