Desde Cáritas indicaron que también hubo un aumento de las personas en situación de calle. En este marco, aseguraron que el obispado está “dialogando” con el municipio y la Provincia para evitar que en el invierno se registren fallecidos a causa del frío.
Desde Cáritas y el obispado señalaron hoy que en la ciudad hay “un incremento muy grande” en los pedidos que reciben de asistencia alimentaria, a la vez que hubo un “crecimiento evidente” de las personas en situación de calle, por lo que la Iglesia se encuentra “dialogando” con el municipio y la Provincia para que en el invierno no se registren fallecidos a causa del frío.
“Hay un incremento muy grande en la demanda alimentaria. En cuanto a las personas en situación de calle, el número más o menos permanece estable, con algún crecimiento que evidentemente ha tenido”, manifestó el director de Cáritas Mar del Plata, Roberto Benza, en el marco de la presentación de la colecta anual del organismo, que esta vez tendrá como lema “En tiempos difíciles, compartamos más”.
En este sentido, Benza remarcó: “Ahora viene la temporada alta del frío. El año pasado hubo una iniciativa muy difundida en la Ciudad de Buenos Aires en la cual se decía que cualquier noche con menos de cuatro grados significaba riesgo de vida para las personas en situación de calle”.
“Nosotros de esas noches tenemos 60 ó 70 en el año, con lo cual la respuesta nuestra tiene que ser suficiente y oportuna”, advirtió el referente de Cáritas en la ciudad, durante una conferencia de prensa brindada dentro de la Iglesia Catedral.
No obstante, destacó que “el año que pasó no murió un solo hermano nuestro en situación de calle por frío”.
“Eso es algo que nos tiene que reconfortar a todos y dios quiera que podamos este año estar a la altura de las circunstancias”, finalizó.
Por su parte, el obispo de la ciudad, Gabriel Mestre, consideró que “no hace falta aclarar lo que los datos del Indec y del Observatorio Social de la UCA van marcando con respecto a cómo la pandemia ha desnudado con muchísima más claridad esta situación de pobreza endémica y estructural que en nuestra patria y en nuestra región se hace presente”.
“Más allá de los datos, me hago eco de los rostros, que yo veo y los que ven los que están sirviendo en nuestros barrios”, agregó ante una pregunta de LA CAPITAL.
El obispo de Mar del Plata, Gabriel Mestre.
Seguidamente, Mestre sostuvo que la situación social “ya era difícil en los últimos 10 o 15 años”, pero señaló que “se vuelve más complicada en este marco de pandemia y sobre todo con estos cierres intermitentes que limitan la posibilidad de la tradicional ‘changuita’”
“Sabemos el trabajo informal no es lo ideal, pero eso es lo que permite a muchas familias sobrevivir”, expresó.
En este marco, el obispo afirmó que “la cantidad de gente” que se acerca a la Iglesia a solicitar asistencia alimentaria o habitacional “ha aumentando”.
“Subió con focos, hubo un momento, el más crítico, en los meses de mayo, junio y julio. Recuerdo que en noviembre se complicó y en verano todo se hace un poco más holgado en nuestra zona, porque, a pesar de que la temporada fue muy magra, mucha gente consigue trabajo. Ahora, otra vez, estamos en un franja de aumento”, alertó.
En este contexto, el obispo aseguró que están “trabajando y dialogando” con el municipio y la Provincia de cara al invierno para evitar que se registren fallecidos a causa del frío. “Estamos conversando para tratar de acompañar y tener presente lo que ocurrió el año pasado, que gracias a Dios no tuvimos a ningún fallecido en situación de calle, cosa que sí ocurrió en otros años”, dijo.
Presencialidad
Por otra parte, Mestre dio su opinión con respecto a la presencialidad restringida tanto en ceremonias religiosas como en escuelas católicas.
“La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal en nombre de todos los obispos, y algún planteo que yo hice a nivel personal y particular hace unos diez días atrás, es pedir que se tenga en cuenta de manera ecuánime y justa el protocolo”, sostuvo y añadió: “En fase 3 se nos prohibió el culto del tipo presencial adentro de nuestros templos y estaban permitidas otro tipos de actividades que, objetivamente y según los cálculos de los que estudian estas cuestiones, eran más graves y más serias”.
Por ello, adelantó que seguirán planteándole a las autoridades la presencialidad en las ceremonias “entendiendo que estamos en un momento difícil por los contagios y que tenemos que cuidarnos, pero marcando lo vital y esencial que es el culto para fortalecer a las personas que son creyentes en tiempos de crisis”.
Para finalizar se refirió a las clases dentro de los colegios católicos y destacó “la importancia del equilibrio para garantizar lo más rápido posible y de manera más efectiva la presencialidad y a la vez tener presente la realidad sanitaria y epistemológica de cada lugar en concreto”.
“Las autoridades sanitarias de cada jurisdicción nos van planteando en cada momento lo que corresponde y en ese sentido lo hemos acatado”, concluyó.