Ocurrió a la 1.30 en Brown y Santiago del Estero, cuando un peatón anónimo golpeó con una madera en la cabeza a un hombre que acababa de romper un vidrio de un auto para robar. El delincuente había sido acusado hace casi 20 años de uno de los más brutales crímenes de Mar del Plata.
A la 1.30 de la madrugada de este jueves un hombre que caminaba por la zona de Brown y Santiago del Estero vio que un ladrón acababa de romper el vidrio de un automóvil para robarlo y no dudó en detenerlo. Tomó un palo de madera y le pegó en la cabeza, para dejarlo fuera de acción. Luego siguió caminando y se perdió en la oscuridad de la noche. Algunos vecinos que vieron todo aquello llamaron a la policía y los jóvenes agentes tras identificarlo probablemente no reconocieran al frustrado delincuente ni mucho menos su historia persona.
El herido, al que se lo acusó de robo, es Fernando Ernesto Spotter (52) un hampón reincidente que a comienzos de siglo fue acusado de participar en la violación y asesinato de la joven María Leticia Filosi (17), la adolescente cuyo cadáver apareció en mayo de 2004 en proximidades del GADA 601, a la vera de la ruta 11 que une Mar del Plata con Santa Clara del Mar.
En el hecho de esta madrugada, Spotter fue acusado de merodear los vehículos estacionados hasta elegir Chevrolet Tracker para sustraer pertenencias del interior. El ventiluz trasero de la camioneta fue destrozado de un golpe y Spotter, probablemente junto a otro hombre, extrajeron de allí un kit de primeros auxilios y una llave cruz.
A raíz del golpe, Spotter fue aprehendido y trasladado al HIGA (Hospital Interzonal General de Agudos), ingresando consciente, no lúcido, por lo que permanece internado en observación. La fiscal María Isabel Sánchez le imputó el delito de robo, pero ordenó su libertad.
Spotter aparece así nuevamente involucrado en una causa penal después de, por ejemplo, haber sido condenado en marzo de 2018 a dos años de prisión de ejecución condicional por los delitos de robo y robo agravado en poblado y en banda y por la intervención de un menor. El primero de los casos fue muy similar al de las últimas horas, ya que el 21 de mayo del 2017 Spotter y otra persona rompieron los vidrios de un Ford Sierra que estaba estacionado en O’Higgins entre Arenales y Lamadrid y robaron elementos de su interior.
Además, se le agregó otro cargo porque a las 5 de la madrugada del 6 de julio de ese mismo año Spotter, Angela Brecciaroli y un menor rompieron uno de los vidrios de la puerta de acceso del comercio “Tienda Chic”, ubicado en Juan B. Justo al 1000. Ingresaron al lugar y, tras revolverlo, se llevaron 695 pesos.
María Leticia Filosi, hoy tendría 36 años.
Salvo este caso corrido varias cuadras al sur, Spotter fue sorprendido más de una vez cometiendo delitos en el centro de Mar del Plata, zona de la que desapareció Leticia Filosi el 10 de mayo de 2004. Fue acaso ese merodeo, esa presencia permanente en el sector más comercial de la ciudad lo que puso en el ojo de la investigación del crimen a Spotter, además de su relación de amistad con Sergio “Cara de goma” Molina.
Vale decir que Spotter y Molina llegaron a juicio en 2008 acusados de ser los asesinos y violadores de Filosi, sin embargo, el Tribunal N°1 los absolvió luego de un controvertido estudio de ADN efectuado por el Servicio de Huellas Genéticas de la Facultado de Farmacia y Bioquímica de la UBA, a cargo de Daniel Corach.
Spotter y Molina habían sido imputados por ser el fiscal Alfredo De Leonardis tras establecerse que conocían a Filosi del boliche Alta Birra, de Colón y Lamadrid. Luego, en la mañana del 10 de mayo de 2004, cuando Filosi asistió a un café de San Luis y San Martín a dejar un currículum laboral y de allí a un local de insumos para velas decorativos, fue interceptada. Para De Leonardis quienes la levantaron en un automóvil Charade color dorado fueron dos hombres, que la llevaron hasta la zona del GADA, la violaron y la estrangularon hasta matarla.
Distintas relaciones llevaron a identificar primero a Molina y detenerlo, y luego a Spotter. Cuando se le hicieron estudios genéticos comparativos con muestras halladas en el cuerpo o ropa de Filosi, el resultado fue positivo. Pero durante el juicio de 2008 surgió algo imprevisto: el novio de Filosi admitió en ese momento que horas antes de la desaparición había tenido relaciones con ella, cosa que antes había negado por miedo.
El juicio se suspendió para hacer un nuevo ADN, esta vez comparativo con el novio, y el resultado también dio positivo. Ante esta ambigüedad y esa policoncurrencia de perfiles genéticos, el tribunal calificó como poco fiable los estudios y absolvió a los imputados.
Pero el proceso penal siguió y llegó a Casación, donde los jueces en esta instancia dijeron que había que hacer un nuevo juicio porque no podía descartarse lo descartado anteriormente. Así fue que se fijó un segundo debate oral y público para septiembre de 2015 y una semana antes volvió a suceder algo inaudito. Cuando se intentó ubicar a Molina, la Justicia comprobó que lo habían asesinado en Villa Gesell en 2014. El entonces fiscal del juicio, Mariano Moyano, recibió además de esa noticia un informe de especialistas genéticos que cuestionaban duramente a Daniel Corach y su método (ya había fallado en el juicio por el crimen de Marlene Michiensi), confirmándose que el semen de Spotter no estaba en el cuerpo ni la ropa de Filosi.
Ante la muerte de Molina y el nuevo resultado genético desincriminatorio, el fiscal Moyano desistió de la acusación de ambos: Molina por extinguirse la acción penal y Spotter por el ADN negativo.
Tras prescribir por el tiempo transcurrido, la causa por el crimen de María Leticia Filosi se archivó de manera definitiva.