Luis Esteban Kyburg fue segundo comandante de Buzos Tácticos en la Base Naval de Mar del Plata durante la última dictadura militar y está prófugo desde 2013. Un abogado marplatense, junto a organismos de derechos humanos europeos, lo denunció en Alemania para que sea juzgado allá y un periodista argentino lo encontró caminando libremente por Berlín.
Por Juan Salas
“Como a los nazis, les va a pasar
a donde vayan los iremos a buscar”
Canción entonada en marchas contra la dictadura militar.
El 18 de septiembre de 1976, un grupo de tareas militares ingresó por la fuerza en una casa del Puerto de Mar del Plata, ubicada en Alejandro Korn al 800, y secuestró a Omar Marocchi y Susana Haydée Valor, quien estaba embarazada. La joven pareja fue llevada a la Base Naval, donde Luis Esteban Kyburg era el segundo comandante de la unidad de Buzos Tácticos. Nunca más se supo de ellos, sus nombres integran la lista de los desaparecidos de la última dictadura cívico militar.
Por las desapariciones de Marocchi y Valor, y torturas, secuestros y asesinatos de otras 121 personas, en 2016 nueve militares fueron condenados a prisión perpetua, entre ellos Rafael Guiñazú, quien era el comandante de Buzos Tácticos.
Kyburg no participó de ese juicio, ni de ningún otro. El segundo comandante de Buzos Tácticos durante la dictadura militar supo evadir a la Justicia e integró siempre la nómina de militares acusados de delitos de lesa humanidad prófugos y, si bien el Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció recompensa por información para lograr su captura –primero 100.000 pesos, después 500.000-, Kyburg se las ingenió para no ser encontrado y se fue a Alemania, país del que tiene nacionalidad.
En 2013, la Justicia Federal ordenó la detención internacional de Kyburg y en 2015 solicitó a Alemania su extradición, la cual fue denegada. Sin la posibilidad de juzgar al militar en Argentina, víctimas, representadas por el abogado de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos César Sivo, entendieron que para evitar la impunidad la única alternativa era montar el caso en Alemania y que Kyburg fuera juzgado allá.
Para acompañar a las víctimas de terrorismo de Estado de Argentina, el abogado Sivo contactó a la organización European Center for Constitutional and Human Rights (Ecchr) y tras acercarle toda la información de la causa por mails y reuniones virtuales, participó como querella en Alemania y presentó la denuncia formal contra Kyburg en la fiscalía alemana.
Para Sivo no hay duda que a Kyburg le corresponde la prisión perpetua, ya que hay militares que estaban en el mismo nivel de mando que él que recibieron esa condena. “Es un contrasentido que esté impune”, dice el abogado.
En septiembre, integrantes de la fiscalía alemana iban a venir a Argentina para tomar declaraciones testimoniales en la embajada, pero el viaje está en duda en el marco de la pandemia mundial por el coronavirus.
“Es fundamental que vengan, que puedan ver los diferentes lugares donde se dio el terrorismo de Estado. Que puedan recorrer la ESMA y entender lo qué pasó. No es lo mismo mirarlo desde Alemania que desde Argentina”, insiste Sivo.
“Esto es volver a desandar el camino que han hecho otros contra la impunidad y es un honor seguir buscando justicia”, dice el abogado que representa a las víctimas del terrorismo de estado y agrega: “Vamos a seguir buscando justicia a donde estén y siempre como corresponde”.
El periodista argentino que halló a Kyburg
Kyburg, prófugo de la Justicia Argentina desde 2013, fue hallado en Berlín, Alemania la semana pasada y fotografiado y filmado por el periodista argentino Toni Hervida, para el diario Bild. La imagen del militar argentino acusado por delitos de lesa humanidad caminando libremente por la calle dio vuelta el mundo y reavivó el reclamo de justicia.
Terminada la dictadura militar, Toni Hervida compró un boleto de Buenos Aires a Budapest e inició un viaje que transformaría su vida. Recorrió Europa, se formó como periodista, ligado principalmente a causas de derechos humanos y movimientos sociales, y luego también terminaría viajando a Colombia y Cuba. Instalado en Alemania, trabaja como freelance.
Hervida recuerda que el 23 de marzo de 2017, en una reunión entre argentinos en Alemania por conmemoración del Día de la Memoria, surgió que había un represor que vivía en Berlín, de apellido Kyburg.
Ese nombre quedó en la cabeza de Hervida y el instinto de periodista pudo más. Contactó a Néstor López Corrales y Luis Tomé de la agrupación Argentinos para la Victoria y empezó a investigar para dar con la ubicación del militar argentino acusado de crímenes de lesa humanidad.
“Una información anónima me acercó la dirección de Kyburg en Alemania, que si bien no era la actual, era un inicio. La perseverancia me ayudó a encontrarlo, hasta que vi su apellido en el timbre de una casa y fue chequear para asegurar que se trataba de esa persona”, cuenta Hervida desde Alemania a LA CAPITAL.
“En cuanto pude fotografiarlo, filmarlo y estar seguro que era él, fuimos al Centro Europeo de Derechos Humanos y se pusieron en contacto con la fiscalía en Berlín”, dice el periodista argentino que encontró en Alemania al acusado de cometer delitos de lesa humanidad y agregó: “Le están dando forma a la denuncia para que se llegue a un resultado satisfactorio, sobre todo para las víctimas de la dictadura militar”.
La imagen que Toni Hervida tomó a Kyburg y que salió en el diario Bild dio la vuelta al mundo y fue levantada por medios internacionales. “La presencia mediática tiene una implicancia para la Justicia. Recordemos que Alemania tiene una responsabilidad histórica con estos casos y esperemos que esto haga que los jueces en Alemania tomen conciencia de lo que está pasando, que hay una persona sospechada de haber participado de homicidios y torturas que camina libre por las calles”, remarca el periodista.
Kyburg fue encontrado en las calles de Berlín por el medio Bild.
Verdad y justicia, un reclamo real
Pasaron casi 44 años de que el hermano de Anahía Marocchi, Omar, fue secuestrado y desaparecido en Mar del Plata y a 12000 kilómetros uno de los hombres acusados de lo sucedido camina en libertad, con parte de la oscura verdad de lo sucedido durante la última dictadura militar.
“Era importante dar con Kyburg. Este hombre, en una actitud cobarde y con mucha sagacidad pudo escapar para quedar impune. Quedaba un hueco muy grande si este hombre no era juzgado. Y eso que estuviera caminando me hizo acordar mucho a los nazis, que se fueron a otros lados. Tuve un paralelismo, de esta gente que se iba a otras ciudades para ser buenos vecinos, cuando habían cometido crímenes inenarrables. Las cosas que pasaron en la Base Naval fueron aberrantes”, dice Anahía Marocchi, luego de conocer la noticia de que el militar argentino fue encontrado en las calles de Berlín.
Para la hermana de uno de los 30.000 desaparecidos, estos 44 años han sido de búsqueda constante para intentar reconstruir la verdad. “A pesar de los años, del esfuerzo, de la necesidad de tener respuestas y de los juicios todo todavía es dificilísimo. En los juicios nos quedaba una sensación rara, porque algunos eran condenados, pero otros quedaban sin ser tocados por la Justicia. Y eso es doblemente injusto, porque cada uno de ellos además tiene parte de la verdad que se nos ha negado”, expresa.
“A nosotros a los desaparecidos los asesinaron y nos negaron toda posibilidad de acompañarlos hasta el último día de sus vidas. De poderlos llorar en algún espacio, en algún lugar. Y queda siempre esa incertidumbre, algo te sacude y pensás que a lo mejor está. Esa esperanza es terrible. Porque la tenés, está y es muy difícil de sobrellevar”, cuenta Marocchi.
Marocchi destaca que todo el reclamo que han hecho las víctimas y familiares de desaparecidos “ha sido en paz, con paciencia y pensando en el futuro”. “La idea de que no queden estos huecos terribles en la Justicia, en nuestra historia, es justamente para afianzar el futuro”, dice.
“Ahora que apareció Kyburg se renueva la esperanza por conseguir justicia. La condena no es el objetivo, es algo que surgirá por añadidura, a mí lo que me interesa es la justicia”, concluye la hermana de Omar Marocchi, desaparecido desde el 18 de septiembre de 1976, quien espera que 44 años después y a 12000 kilómetros, uno de los responsables responda por sus crímenes, porque, como dice la canción, como a los nazis lo fueron a buscar y en este caso, justamente hasta Alemania.