La Ciudad

La historia del marplatense que lideró la revuelta en la cárcel de Devoto

Se llama Gastón Russo y está detenido desde 2018 en el marco de la causa “Dólar Blanco”. También su hermano Walter está preso. La historia detrás de la banda que le atribuyen liderar. Y su participación en las negociaciones de los presos de Devoto.

La problemática carcelaria está en la agenda, preocupa a la política, interpela a la Justicia y mantiene en estado de alerta a la sociedad. En ese panorama, los sucesos en la porteña cárcel de Devoto concentran la atención a partir del motín originado días atrás en protesta por las condiciones de encierro y la agilización de trámites judiciales. Y uno de los presos que tomaron la voz de mando es marplatense.

Gastón Russo le dicen Tato pero su seudónimo anterior es “Connan”. Está alojado en el penal del barrio próximo a la General Paz porque se lo acusa de liderar una banda dedicada al comercio de estupefacientes y el lavado de activos del narcotráfico.

Un perfil elaborado por el diario Perfil lo presenta como un empresario exitoso, dedicado a la construcción en Estados Unidos y a la compra-venta de dólares, aunque su detención se produjo en Mar del Plata, en el barrio Constitución, durante la denominada Operación “Dólar Blanco” en junio de 2018.

Dicha investigación, que fue rubricada desde lo judicial por el juez Santiago Inchausti, fue compleja y permitió descubrir que un grupo de personas encabezadas por Russo realizaban actividades de tráfico de dólares falsos y de drogas a Estados Unidos.

“Si leés mi causa te das cuenta de que está armado o malinterpretado”, dijo recientemente Russo a Perfil. Durante todo el proceso Russo fue defendido por César Sivo, pero cuando la causa fue elevada a juicio, diferencias en el enfoque técnico terminaron con la relación. De hecho ahora Russo tiene un defensor oficial.

En el penal de Devoto comparte pabellón con su hermano Walter “El Loco” Russo, también detenido por ser parte de la misma organización, según el juez Incahusti.

Cuando comenzaron los movimientos en Devoto, la ascendencia de Gastón Russo sobre otros presos, su locuacidad y audacia lo colocaron como un referente. Después fue cuestión de llamar la atención de las autoridades y que los medios se hicieron eco de los reclamos. Hoy el Gobierno se sienta a dialogar con ellos y los presos de otras penitenciarías federales están la expectativa de lo que allí se resuelva.

Foto Gastón Russo

Una banda familiar

Los delitos que se les atribuyen a Gastón Russo son complejos y forman parte de un entramado en el que participaron varias personas y que se inició con un frustrado envío de más de 6 kilogramos de cocaína a Estados Unidos en 2011.

Al ser detenido en Ezeiza el portador de la droga dio el nombre de un intermediario y la investigación llegó hasta los hermanos Russo, aunque no avanzó.

Pero en 2016 dos argentinos fueron detenidos en Estados Unidos por utilizar dólares falsos en un supermercados. Uno de los detenidos era ese intermediario y la policía estadounidense siguió la pista hasta que en 2017 pidió colaboración a las autoridades federales argentinas porque habían descubierto que había una organización enviando dinero falso a aquel país desde Mar del Plata.

Esa causa fue la que tomó el juez Inchausti y que derivó en la Operación “Dólar Blanco”, con varios allanamientos en junio de 2018, con la detención de los hermanos Russo, del ex boxeador Luis Patri y su familia (su hija era la pareja de Gastón), y de otros acusados de formar parte de la banda.

En enero pasado el juez elevó a juicio el expediente ya que ninguno de los defensores de los diez imputados se opuso, en una estrategia evidente: si hay dudas, que se resuelvan lo antes posible en un debate oral.

Para la fiscalía general federal de Mar del Plata a cargo de Daniel Adler y para el juez Inchausti no hay dudas. Gastón Russo lideraba la banda para traficar dinero y drogas a Estados Unidos. Incluso en la elevación a juicio recuerdan lo sucedido en la ciudad uruguaya de Paysandú en 2009, donde Gastón y Walter Russo fueron detenidos (también otras personas de esta causa) por lavado de activos.

Se cree que las propiedades y automóviles de Russo estaban a nombre de su familia política (un Audi y un Pegueot, entre otros), y que desde hace años viene realizando las maniobras.

Gastón Russo mantenía un perfil bajo en Mar del Plata -aunque le gustaba aparecer en los partidos del equipo de veteranos para el que atajaba con sus autos, bien perfumado y con ropa de la mejor- que quedó atrás. Ahora es una de las referencias en Devoto y su palabra es escuchada. En algunos meses más deberá volver a su ciudad para afrontar el juicio en el que, asegura, se sabrá toda la verdad y recuperará su viejo estatus de empresario.

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