Francisco Casavilla soñaba cuando vivía en Mar del Plata bailar junto a la artista que es una estrella mundial. Ayer lo logró en el evento deportivo más importante de los Estados Unidos.
Por Melanie Lamazón
“Yo quiero bailar con Lady Gaga, mamá”, le había dicho Francisco Casavilla a su mamá cuando sólo era niño y vivía en el barrio Stella Maris de Mar del Plata. Ese sueño se cumplió este domingo: el “marplatense” fue uno de los bailarines que estuvo junto a la artista en el entretiempo del “Super Bowl”, el evento deportivo más importante del año en Estados Unidos que es visto por millones de personas en todo el mundo.
Casavilla fue uno de los 39 bailarines que estuvo junto a Lady Gaga en el espectáculo que se montó durante el entretiempo del partido que ayer disputaron los Falcons de Atlanta y los Patriots de New England.
El bailarín nació en Pensilvania, Estados Unidos. Sin embargo a los 9 años, su familia se mudó a Mar del Plata, y difundieron en la ciudad su pasión por la danza. Hoy toda su familia sigue viviendo en la ciudad.
Su mamá, Isabel Junco, bailarina desde los seis años, es una referente de la actividad, fundadora del estudio Dance & Act y colaboradora del representante artístico de Disney en Argentina. “Fue la carrera que yo lo acompañé a hacer”, contó a LA CAPITAL con un notable orgullo y detalló la vida de su hijo desde que dejó su casa materna hasta que cumplió uno de sus grandes sueños: ser bailarín en un show de Lady Gaga.
Empezó a tomar clases con su madre “de estilo hip hop” y cuando notó que tenía aptitudes para la danza y destacaba en los espectáculos en los que participaba, decidió que quería dar clases por su cuenta.
A los 21, quiso profesionalizarse como bailarín y viajó a Estados Unidos donde, tras audicionar, consiguió una beca del 80 por ciento para la Universidad de arte AMDA. Durante ocho horas diarias tuvo clases de danza clásica, historia del ballet, tap, entre otros estilos.
Para poder sustentar su estilo de vida, consiguió diversos trabajos de medio tiempo que le permitieran a su vez entrenar. Así fue que trabajó en una hamburguesería, en una farmacia y en la Universidad en la que estudiaba.
Con esfuerzo y dedicación fue contratado por Disney y por Universal Studios. Audicionó además para shows de Jennifer López y Chayanne, pero el “cambio de ruta” en su vida fue cuando, a sus 26 años, el coreógrafo de Lady Gaga lo eligió entre los 40 seleccionados de millones de bailarines para participar del show que se llevó a cabo en el Super Bowl.
Su mamá aseguró que “él está dejando un mensaje claro: todos podemos soñar, hay que proponérselo, trabajar muy duro, ser un apasionado”. Respecto al futuro de su hijo reflexionó que la oportunidad que tuvo fue “un golpe de suerte” y espera que ahora “sepa aprovechar las nuevas puertas que se le abrirán”.