El intendente se sintió traicionado por el cierre de listas y este lunes le pidió la renuncia a la secretaria de Desarrollo Social, Vilma Baragiola. La historia detrás de la crisis.
El gobierno de Carlos Arroyo atraviesa horas clave: el intendente le pidió la renuncia a la secretaria de Desarrollo Social, Vilma Baragiola y en este momento son intensas las negociaciones para frenar la crisis que podría desembocar en la salida del gobierno de la UCR.
Mientras los operadores buscan cicatrizar heridas y convencer al intendente de dar marcha atrás, LA CAPITAL reconstruye la historia de cómo se generó la crisis.
La interna explotó el sábado a la durante el cierre de listas en el búnker de Cambiemos en la Ciudad de Buenos Aires. Los designados por el intendente para sentarse en la mesa de negociaciones por su línea política fueron su hijo y actual concejal, Guillermo Arroyo, y su yerno y funcionario, Mauricio Loria. En la misma mesa estaba el sector del radicalismo que representa Baragiola, el del diputado provincial, Maximiliano Abad; representantes de la Coalición Cívica de Elisa Carrió y el presidente de la Cámara de Diputados, Manuel Mosca.
Guillermo Arroyo.
Los emisarios de Arroyo llegaron con un objetivo: conseguir el segundo lugar para Loria y el cuarto para Manuel Tonto. Faltos de reflejos y cintura política, sus exigencias se chocaron contra las concesiones que la gobernadora María Eugenia Vidal ya había hecho.
Desde La Plata le dejaron en claro que habían sido aceptadas los dos principales pedidos del intendente: que no haya internas y que la lista de Cambiemos en Mar del Plata la encabezara Baragiola.
El primero de los puntos generó un fuerte rechazo en un sector de la UCR – entre los que se encontraba el ex intendente Daniel Katz- que se preparaba para competir en la interna del oficialismo. Pero la intención de la gobernadora se impuso y no se habilitaron otras listas.
En este escenario, Guillermo Arroyo y Loria se encontraron con que su objetivo sería difícil de concretarse.
Con el primer lugar seguro para Baragiola, el segundo casillero de la lista fue para uno de los históricos del PRO en la ciudad: Guillermo Volponi, un hombre que contó con el respaldo de Juan Aicega y el Ministerio del Interior de la Nación.
En el tercer lugar de la grilla se coló una sorpresa: la representante de la Coalición Cívica, Angélica González. Muchos fueron los operadores que especularon con que iba a poder ser desplazada. Hasta que desde el gobierno llegó un mensaje contundente. El tercer lugar para Mar del Plata había sido un pedido de la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. En este punto las fuentes consultadas por LA CAPITAL difieren: están los que sostiene que ese lugar en la lista de General Pueyrredon fue pactado con el presidente de la Nación, Mauricio Macri. Otros afirman que fue con la gobernadora María Eugenia Vidal. Lo cierto es que el tercer lugar quedó inamovible para González. “Al que no le gusta que llame arriba”, fue la respuesta que se escuchó.
El cuarto casillero de la grilla fue para la joven promesa de la Unión Cívica Radical, Ariel Martínez Bordaisco. El dirigente cercano a Maximiliano Abad es uno de los de mayor futuro dentro del radicalismo marplatense.
En el quinto lugar de la lista, Baragiola logró un lugar para la actual concejal, Cristina Coria.
Si bien las elecciones serán en octubre y el resultado electoral no se puede predecir, las cálculos preliminares hace creer que podrían ser estos cinco los concejales que ingresen al cuerpo deliberativo en diciembre de este año.
Por debajo de esta línea recién fueron ubicados los candidatos del gobierno de Arroyo. Sexto quedó Loria y octavo Tonto.
Al ver que esta lista era inamovible, Guillermo Arroyo y Loria explotaron. “Lo están cagando a mi viejo. No le pueden hacer eso. Sus propios funcionarios le armaron una lista y nos dejaron afuera”, reconstruyen las distintas fuentes consultadas por LA CAPITAL sobre lo ocurrido. Algunas, que pidieron reserva, aseguraron que se vivieron momentos de fuerte tensión.
El pase de facturas, los reproches y las críticas hicieron que Baragiola amagara con declinar su candidatura. “Yo no voy”, le dijo a su círculo cercano cansada de las quejas.
Desde La Plata, el jefe de Gabinete bonaerense Federico Salvai seguía de cerca la crisis. A esa hora de la noche del sábado, todos los distritos de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires ya habían armado sus listas. Sólo faltaba Mar del Plata.
Sin llegar a un acuerdo, el espacio crujió. Y se puso en marcha un plan B: impulsar la ruptura con Arroyo en Mar del Playa y habilitar una interna que llevara en la otra lista a Abad como candidato. La circulación de la noticia alcanzó para frenar la sublevación: Baragiola aceptó encabezar la nómina y el arroyismo firmó en el sexto y octavo lugar.
Una vez confeccionada la lista definitiva, Guillermo Arroyo y Loria volvieron a Mar del Plata con una tremenda derrota política. El intendente que había seguido por teléfono las negociaciones sintió que sus aliados y propios funcionarios de gobierno lo habían traicionado. Y este lunes actuó en consecuencia.