Entre las historias de la vida real que por su trascendencia difícilmente pueden ser imaginadas sobre un escenario con formato de musical está la que eligió Angel Mahler a la hora de componer la partitura de “Ana Frank. El musical“, con música de su autoría y protagonizada por Albertina Ferrucci, que se estrenará el próximo jueves en una sala porteña.
El viernes 12 de julio, Ana Frank hubiese cumplido 90 años de no haber sido descubierta, cuando tenía 15, en la buhardlla de una fábrica de especias de Amsterdam, en Holanda, y trasladada como su familia y otros perseguidos por la Gestapo a campos de concentración donde todos, menos su padre Otto, murieron de la peor manera.
Acerca de este musical que se presentará en el Centro Ana Frank, Superi 2647, Coghlan, desde el jueves, el compositor de musicales como “Los Borgia”, “Drácula” y “Yerma”, y la protagonista hablaron con Télam acerca del compromiso qué significa traer al presente la historia de esta adolescente, su diario y su tragedia.
La entrevista tuvo lugar en un lugar muy especial: la reconstrucción de esa buhardilla que se puede visitar en el mismo edificio en el que se pone en escena está puesta, un lugar para que la memoria de generación tras generación tenga registro del significado del Holocausto y de alguna forma se inscriba en el deseo de “nunca más”.
– ¿Porqué Ana Frank?
– Ángel Mahler: Las cosas siempre se dan por un motivo. El hecho de recrear esos personajes durante esos dos años en el que dos familias convivieron tiene como meta poder dimensionar lo que ocurrió para que no se repita y que las nuevas generaciones tengan en cuenta lo difícil que es manejar a las mentes de quienes tienen en su cabeza como meta en su vida el poder. Si nosotros repasamos la historia de la humanidad está llena de esos personajes. Hitler, fue uno pero si vamos para atrás los hay desde el rey Saúl y actualmente. El poder desvirtúa presencia de lo que el hombre viene a ser a esta tierra. Tengas la cantidad de dinero que tengas no te lo vas a poder llevar el día que te mueras. Qué cosa rara es que lo que se persiga sea conquistar…
– ¿Cada personaje tiene su melodía?
– Ángel Mahler: Al componer cada personaje y situación uno es el que elige la música; me gusta mucho la música ‘que cuenta’. Cuando escuchas a Debussy es una cosa y cuando lo escuchas a Bach es otra. Poder trabajar sobre esta historia fue apasionante. Los musicales deben tener un leitmotiv importante, el personaje un tema personal que le guste cantar, porque si el actor lo disfruta lo va a disfrutar el público. Así le fui pasando melodías y situaciones a Marcelo Kotliar, autor de las letras. Admiro mucho a los músicos que componen para el cine. El lenguaje de la música es noble, y si la música es mala no funciona, no se puede mentir.
– ¿Cuando descubriste a Ana Frank?
– Albertina Ferruchi: La primera vez que escuché algo sobre ella fue cuando estaba en tercer grado y vi en una Feria del Libro una versión reducida del diario en inglés, con citas textuales y algunas fotos. Ahora, que estoy en el último año del colegio secundario, me toca reencontrarme con ese personaje. Leer el diario fue muy movilizante. Pensaba que era muy difícil entender qué era lo que le pasó a ella porque se trataba de una situación muy diferente a toda conocida, sin embargo las primeras páginas fueron claves. Comienza hablando sobre sus compañeros de escuela y eso me acerco a ella. Me di cuenta de que seguimos tocando los mismos temas, sin embargo la tensión del encierro fue lo más difícil de interpretar, y en una hora tenía que mostrar esa evolución: de golpe pasas de su única escena de amor a un bombardeo…
– Una elección afortunada…
– Ángel Mahler: Es difícil interpretar la ternura de un personaje y lo difícil de la situación al mismo tiempo, sin embargo a través de la música es más fácil. Albertina se conecta muy bien con el personaje. lo que me pasa con ella y con todo el elenco es que son chicos con los que he trabajado muchos años. A ella la conozco más porque estudia en mi conservatorio en Pilar y tomó de la opera el ‘cómo se dice’. Pensamos la producción como una gran cooperativa y lo importante es que todos tenemos muchas ganas de hacerla.