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La emotiva carta de un escritor para despedir a Débora Pérez Volpin

El escritor y autor del libro "Aspirinas y caramelos", Luciano Olivera, despidió a su amiga.

El escritor y autor del libro “Aspirinas y caramelos”, Luciano Olivera, le dedicó hoy una emotiva carta a su amiga Débora Pérez Volpin, quien murió ayer en el Sanatorio de La Trinidad de Palermo tras realizarse una endoscopía.

“Tomo un sorbo y me despido escribiendo, porque eso es lo que hago cuando no me sale decir nada. Que hablen mis dedos, son menos tímidos, les sale el te quiero más fácil. Y yo te quiero, mucho te quiero. No, a mis dedos tampoco les sale decirlo en pasado”, escribió el director y guionista en su cuenta de Facebook para despedirse de la periodista y legisladora porteña.

Olivera contó en la carta que conoció a Pérez Volpin en el Colegio Nacional Buenos Aires a los 16 años y la definió como “magnética” y “la mina más segura del colegio más importante del país”, y luego relató cómo eran las reuniones de militancia en la Franja Morada.

“Una tardecita de esas me decís que te vas, que querés dedicarte a la profesión. Me enojo, te digo que sos egoísta, que no podés pensar solo en vos, que la política es lo único que transforma de verdad. ‘Nunca me voy a ir del todo’, me decís”, contó Olivera sobre la incursión en el periodismo de Pérez Volpin.

“Un poco después salís por primera vez al aire en TN. Le sonrío a la pantalla, ese día todos llegamos un poco”, agregó Olivera, que luego trabajaría con la periodista.

 



“Hacemos decenas de capítulos y luego otro programa y después un noticiero. Todo lo que hacemos juntos nos sale bien. Nunca venís a grabar de mal humor, solo una vez llegas triste, tuviste un quilombo, llorás un poco, me decís que conmigo podés soltarte porque somos casi iguales. Me río, te digo que claro, que somos dos cabras y entonces las lágrimas se van”, narró.

Olivera contó que fue él quien le dio un “consejo importante” cuando a Pérez Volpin le ofrecen ser candidata a legisladora porteña para el partido Evolución, cuya banca obtuvo en las últimas elecciones.

“-Creo que me quedó una deuda, la de cuando éramos chicos, me gustaba eso de pelear por ideales- me contestás. Te brillan los ojos”, relató y agregó: “Te digo que entonces lo hagas, que no te quedes con las ganas. Unos días después las paredes de la ciudad se llenan de tu sonrisa. Le saco una foto al primer cartel que veo, te la mando. Me decís que gracias, que es muy loco, que fui importante”.

“Te moriste hace qué, ¿dos, tres horas? No puedo parar de pensar en vos. Te quiero mucho”, concluyó Olivera en su carta para despedir a su amiga.

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