El equipo global de DC Shoes, con tres de los mejores del mundo y un argentino, estuvo en Chapelco y en el inhóspito pueblo de Copahue. Allí hasta descendieron al cráter de la montaña con peligro de erupción.
Están acostumbrados a saltar sobre rampas y volar unos 30 metros mientras hacen piruetas por el aire. Están habituados a tirar decenas de trucos sobre todo tipo de obstáculos, incluyendo barandas, árboles, techos, túneles y hasta vehículos (si tienen nieve arriba, claro). Para ellos es normal descender con style por inexplorados fuera de pista, dibujando líneas artísticas en pendientes pronunciadas de nieve honda. No le temen a saltear laderas por el aire o pasar a 50 km/h pegados a rocas. Saben además que, a veces, los pueden perseguir avalanchas cuando, a su paso, rompen bloques de nieve.
Pero a lo que no están acostumbrados es a surfear la nieve dentro de un volcán activo, cuya vibración y emanación de olores y vapores haría asustar al más atrevido snowboarder. Con este desafío se encontró el afamado equipo global de DC Shoes durante la gira sudamericana (Chile-Argentina) que realizó para filmar un episodio más de la serie DC Transitors.
El barilochense Iñaki Odriozola (23) camina de regreso tras el hito de descender con su tabla por el volcán Copahue.
Fue en Copahue, un mítico pueblo neuquino ubicado a 10 kilómetros de Caviahue (centro de ski) que durante el invierno se vuelve un paraje inhóspito por la cantidad de nieve que lo cubre pero es un objetivo deseado por los mejores para grabar las más increíbles maniobras. El equipo dio cátedra en la locación, es verdad, pero sólo uno se animó a descender en este volcán que ha tenido erupciones hasta el año pasado. Y no fue un extranjero: lo hizo el barilochense Iñaki Odriozola, que se sumó a la aventura y cada día se fue ganando la confianza del team hasta ser ovacionado cuando se animó a hacer ese descenso de 200 metros pese al riesgo que significaba.
“Con ellos arranqué con un poco de vergüenza, porque son cracks mundiales y no sabés qué onda, pero cada día me sentí más integrado al grupo… Lo del volcán salió porque le tenía ganas desde el año pasado, cuando fuimos con el team argentino de DC. Los europeos prefirieron las maniobras en un tubo-rampa (quarter pipe) que habían construido y yo me animé a ir para ver si podía hacer una bajadita”, explicó Iñaki, quien a los 23 años ya se ha ganado el respeto mundial por su nivel sobre todo en montaña.
Ambos subieron en las motos de nieve que el equipo tuvo a disposición en Copahue para mejorar la logística. Fue un viaje de 25 minutos hasta la cima del volcán, donde Iñaki se animó a ponerse la tabla y bajar por una de las laderas hasta el mismísimo cráter, la cavidad donde se localiza la burbujeante lava. “Fue una sensación increíble. Sé que existió un riesgo y se me cruzó por la cabeza la posibilidad de que explotara… Pero me dejé llevar por la emoción y la adrenalina. El miedo lo tuve, cuando estaba arriba y sentía el olor a azufre. Y luego cuando empecé a bajar. Veía la chimenea de vapores saliendo y yo iba hacia ahí (se ríe). Te sentís muy chiquito, que no controlás nada. En un momento vibró y nos fuimos para arriba para estar tranquilos. Fue una linda experiencia, la volvería a hacer”, narró Odriozola. En las fotos sólo lo ve como una ínfima parte del paisaje.
El equipo tuvo motos de nieve a disposición para mejorar la producción en Copahue.
En el pueblo los esperaban el famoso noruego Torstein Horgmo (32 años), ganador de varias medallas en los X Games, el reconocido finlándes Iikka Backstrom (34) y una de las nuevas joyas del snowboard, el belga Sebbe De Buck (24). Ellos, fríos con él en un principio, lo aplaudieron al conocer la proeza y hasta le inventaron un apodo. “La Leyenda Patagónica”, tiraron entre risas. Iñaki se ganó el respeto, confianza y cariño de las estrellas mundiales. Por el conocimiento de los lugares de montaña y por su estilo sobre la tabla. “Ellos son cracks pero también chicos como yo, seres humanos normales que en definitiva sólo hacen muy bien su deporte. Está claro que un poco sentís la presión de estar a la altura, pero a la vez es una gran motivación y te exigís más”, explica. Torstein es top en innovación y saltos; Iikka en montaña y Sebbe es quizá demasiado alto para el deporte, pero cuando anda ni te das cuenta que mide 1m94.
“Ellos tienen otra sensibilidad y uno aprende cada día. De cómo andan y cómo ven la montaña. Fue un placer que hayan elegido venir al país y que una empresa como DC Shoes genere estos encuentros”, razonó Odriozola.
-Vine acá especialmente para conocerlos. ¿Puedo sacarme una foto con ustedes?
Eran poco más de las 9.30. Había nevado, hacía apenas un grado y el Cerro Chapelco llevaba abierto apenas minutos cuando el equipo llegó adelantado a la cima de la montaña (2000 metros) y se dirigió a los fuera de pista que están del otro lado del filo. Iban camino al primer destino donde comenzarían a filmar el nuevo capítulo de la serie cuando se sorprendieron al encontrar a un chico con su tabla… Era Nico, de 19 años. Se había enterado que sus ídolos estarían en el “patio de mi casa” y sintió que en la montaña era la mejor forma de conocerlos. Fue el primer en subir al cerro y lo esperó intuyendo para donde irían a grabar. Cuando lo vio, se acercó a ellos con timidez y pidió una foto. Cuando Backstrom y De Buck accedieron, la sonrisa iluminó su cara. Y no pudo creer cuando Iikka le preguntó el nombre y el equipo accedió a que presenciara la filmación de las primeras maniobras. “No puedo creerlo”, soltó con cara de feliz cumpleaños.
De Buck se hizo fana del mate. Con Backstrom se sumaron a las largas rondas de los argentinos.
Así, entre maniobras top y la devoción de los fans, pasó cada día en San Martín de los Andes, que incluyó una concurrida firma de autógrafos en Austria Ski Ranch. Los europeos se sorprendieron con la calidad de nieve, las joyas ocultas y las facilidades que encontraron en este pintoresco cerro, elegido como la mejor estación de nieve en 2015, 2016 y 2018 durante los World Ski Awards celebrados en Austria. “La mejor nieve de Sudamérica”, sentenció Backstrom, comparando con la que habían encontrado en Chile (Valle Nevado) en la primera parada de esta gira que sumará un episodio a esta saga que tuvo paradas cautivantes en Japón, Canadá, USA y Rusia.
Iikka fue el más activo en Chapelco. Quizá por ser un rider más de montaña que sus compañeros. Le gusta más y el backcountry (el “patio trasero” de la montaña) le sienta perfecto. También es el de más experiencia y eso se notó al tomar la delantera en las bajadas y lograr los mejores trucos y maniobras. El primer día arrancó primero casi sin calentar motores y planchó un 360 de frontside y un method de backside. Y, como buen amante del fútbol, a su manera, le hizo saber a De Buck que el match estaba 2-0. A Sebbe no le interesa el fútbol y no es un amante de la competencia (incluso ha criticado a los jueces de torneos por no estar a la altura), pero se motivó cuando Iikka le cantó la posta con un “aprovecha que la nieve está muy buena”. Sebbe contestó con un maniobrón llamado kriper: se lo vio volar con los pies mirando el cielo y bajó el truco para locura del team. “Valió por dos, el partido está 2-2”, dijo –a la pasada- Fer Natalucci, otros de los riders del team nacional de DC. Luego el mayor deseo y superior experiencia de Iikka se sintieron para terminar ganando “el partido”. El segundo día volvieron a subir temprano y Backstrom tomó otra vez el comando, saltando sobre rocas y mostrando una increíble eficacia para bajar maniobras. Sebbe lo siguió con una línea cautivante, flotando sobre la nieve polvo. Una locura.
Luego de disfrutar de Chapelco se subieron a las tres Nissan Frontier que los habían traído desde Chile y viajaron hasta Copahue, donde tuvieron que acceder en motos de nieve. “Es un pueblo casi fantasma en invierno. Pero ellos quedaron cautivados, les encantó. Se conectaron más con el lugar, la nieve y la experiencia porque no hay otra cosa que hacer que andar”, explicó Iñaki. “Me hizo acordar a un pueblo que conocí en Islandia. Me fascinó”, dijo Iikka, que se hizo fanático del mate, una costumbre que Sebbe ya había adoptado. Fue llamativo ver a los dos europeos mateando a la par de los argentinos. “Me encanta. Igual que la carne y las mujeres de aquí”, tiró Backstrom, con picardía. La esencia de estos viajes, de conocer nuevos lugares, montañas y culturas, es lo que los motiva más allá de ser profesionales. “Yo competí y gané medallas, pero luego me di cuenta que no me gustaba competir. No lo hice por mí, lo hice por el negocio… Yo sufrí una fractura antes de los Juegos Olímpicos de Invierno y me los perdí. Fue lo mejor que pasó, un alivio, me permitió enfocarme en lo que más me gusta… Prefiero esto, viajar, conocer gente, lugares cool, grabar videos y disfrutar de andar con amigos”, sorprendió Torstein con su confesión. “Me gustó Chapelco y también Copahue. Son dos cosas distintas. Yo nunca había estado en un lugar así, tan inhóspito y con un volcán activo. Muy loco todo. Queremos volver algún día”, finalizó De Buck. Que así sea, señores.