En el inicio del fin de semana con mayores reservas de la temporada, el fenómeno alertado por el Servicio de Hidrografía Naval cubrió gran parte del sector público. La marea cubrió más de 50 metros de playa en algunas zonas. Puestos de guardavidas y chiringos quedaron en medio del mar.
La importante crecida del nivel del mar que afecta a buena parte de la Costa Atlántica redujo considerablemente en las últimas 48 horas el sector público de playas a lo largo de la costa marplatense.
El fenómeno alertado por el Servicio de Hidrografía Naval (SHN) comenzó el jueves y desde entonces no cesó y llegó a superar la línea de carpas en varias zonas en el inicio del fin de semana con mayores reservas de la temporada.
La situación se percibe a lo largo de todo el litoral costero. En la ciudad, los balnearios del sur fueron algunos de los más castigados por el avance de la marea, donde la orilla se corrió entre 50 y 70 metros en algunos puntos y llegó hasta las carpas en varios sectores, anulando la playa pública en su amplia extensión y cubriendo para de la infraestructura privada.
En algunos balnearios de La Perla, Playa Grande y Punta Mogotes, el nivel del mar también alcanzó a las primeras líneas de carpas y cubrió prácticamente en su totalidad el área de playa pública.
El buen tiempo que ofrece la ciudad por estos días, con temperaturas pronosticadas por encima de los 30 grados para este fin de semana, invitan concurrir a las playas, que sumado a la reducción del sector público, se aprecian colmadas.
El Centro de Prevención de Crecidas del SHN, dependiente del Ministerio de Defensa de la Nación, advirtió sobre el fenómeno en las primeras horas del jueves. La marea alta afectó como pocas veces en los últimos años a toda la zona atlántica.
En su informe hidrográfico, el organismo se refirió a “una tendencia ascendente” en el sector costero comprendido “entre Mar del Plata y San Clemente del Tuyú”.
LA CAPITAL recorrió distintas playas de la ciudad y constató el avance de la marea. Tanto en Punta Mogotes como en Playa Grande, los puestos de guardavidas quedaron ubicados en medio del agua, entre las olas. El mar además, registra este verano la temperatura más baja en seis años.
“Creció mucho el jueves, alcanzó a las primeras carpas. No vimos nunca nada así, o por lo menos hacía años que no crecía tanto. Es un fenómeno que se da aparentemente a partir del estado de la luna, que se mantuvo hoy también con el mar muy crecido y que por lo que dicen los pronósticos, mejoraría entre el sábado y el domingo”, indicó un guardavidas de Playa Grande desde la casilla, que quedó en medio el mar.
Al menos 50 metros de playa pública quedaron completamente devorados por este fenómeno en distintos sectores de la ciudad. Punta Mogotes también fue fuertemente castigado. La imagen de los chiringos pasando música y vendiendo comidas y bebidas dentro del mar se volvió recurrente a lo largo de la costa marplatense en las últimas horas.
El nivel del mar alcanzó las primeras líneas de carpas en el balneario 15 de Punta Mogotes.
En el Paseo Dávila, al igual que en Playa Chica, el golpe de las olas contra las rocas superó la pared protectora y alcanzó el sector peatonal. “Nunca había visto algo así, es terrible lo que creció. El mar golpea fuertísimo en las piedras y termina en la calle”, indicó una mujer señalando el asfalto mojado.
En medio del avance de la marea, los turistas y marplatenses que optan por las playas públicas buscan ingeniosamente sectores secos para disfrutar el día. Como consecuencia del fenómeno y del fuerte movimiento turístico que registra la ciudad -con una ocupación que alcanzaría el 90% este fin de semana-, en lo que queda de algunas playas públicas la gente pasa el día encimada -más de lo habitual-, alejándose de las olas que rompen sobre la línea corrida de la orilla.
“Mové la sombrilla, mové la sombrilla que sube el agua”, gritaba una mujer en Playa Grande, alarmada por el fenómeno. “Ya nos corrimos tres veces, pero más no se puede. No quedó nada de playa pública. La orilla está en el balneario, es de no creer”, siguió, sorprendida e indignada también por el avance de los balnearios privados.
A los vendedores ambulantes, de panchos, choclos, gaseosas y helados, entre otros clásicos infaltables, no les queda otra que caminar sobre la arena mojada, dejándose mojar el calzado.
“Qué se le va a hacer, yo tengo que salir igual”, se excusó un vendedor de choclos calientes con manteca con el agua mojándole el carro y las zapatillas.
Las historias se repiten, se multiplican. En algunas playas del sur, donde la crecida se sintió con mayor fuerza, la marea alcanzó los escenarios de Mute y obligó a mover los equipos de sonido.
Asimismo, en el sector de La Normandina, junto a Playa Grande, también se tomaron recaudos ya “por momentos el mar golpeaba fuerte contra la escollera y terminaba en la terraza del boliche”, indicó un trabajador del lugar.
Pese al fenómeno y a las complicaciones que la crecida genera, lo cierto es que la gente disfruta igual, como puede. Por más veces que haya que correr la sombrilla y más “pegados” queden los unos con los otros, el turista y también el marplatense aprovecha al calor, el mar, el sol y el disfrute en la costa aunque la marea le devore la playa.