La directora de la puesta, Loreto Yeomans, explica sobre la elección de varones para los personajes femeninos:"es una indefinición de géneros, pues no tenemos que ser hombres o mujeres, sino personas". La obra sube a escena hoy en la sala Piazzolla del Teatro Auditorium.
“La casa de Bernarda Alba”, dirigida por Loreto Yeomans, llega este martes a las 21:30 a la sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium.
La pieza cuenta con un elenco de actores que interpretan personajes femeninos. Su gran repercusión la llevó a recibir una nominación en los premios Estrella de Mar 2020 como Mejor Obra de Teatro Marplatense.
Federico García Lorca escribió “La Casa de Bernarda Alba” para un elenco íntegramente femenino, pero la elección de actores busca visualizar un cruce de géneros y enviar un fuerte mensaje. Estos protagonistas se refieren a ellos mismos en términos de “nosotras”, pero no adoptan voces ni gestualidades femeninas, generando una fuerza escénica en el resultado, ya que los personajes siguen siendo mujeres.
“La puesta pretende, sin desvirtuar el objetivo del autor, visualizar a través del hombre el dual comportamiento de estas hermanas y su madre, que por momentos son mujeres en celo y por otros, hombres en guerra, jugando todo el tiempo con la delicadeza de sus personajes y la agresividad de su género. Por eso, al alzarse el telón, el espectador se enfrentará a un conjunto de hombres vestidos correctamente de varones ataviados y riguroso velo negro”, dijo Yeomans.
Y agregó: “los personajes siguen siendo mujeres. Hay un especial desdoblamiento, de los personajes, a los actores. Esa brecha se mantiene presente, insalvable, desde la primera a la última escena”.
Cada actor encarna al personaje femenino que le tocó representar desde su modalidad, fijando cada uno ese límite personal entre un género y el otro. Los intérpretes son: Eduardo Liuzzi, Rodolfo Steiner, Rodrigo Prado, Mauro Martínez, Diego Romero, Ariel Alonso, Victor Cutrono, Marcelo Altable y Sergio Llera.
El espectáculo ofrece una visión masculina, y a la vez feminista, sobre la naturaleza femenina, pero también del ser humano. “La casa de Bernarda Alba es un canto a la libertad de las minorías oprimidas”, subrayó su directora y agregó: “esta obra es una indefinición de géneros, pues no tenemos que ser hombres o mujeres, sino personas”.
Un grupo de hombres que desafían la norma establecida y encarnan a las protagonistas de esta obra. Los actores en cada función hacen un homenaje a cada mujer. En cada escena encarna en la propia piel el anhelo aparece de la importancia del acceso a la educación de las mujeres, y el derecho a la libertad.