Según datos de los organizadores, más de de 20.000 personas participaron de la tradicional actividad que incluyó picnic en la zona del Faro y un final a pura música y emoción.
Más de 20.000 personas iluminaron un domingo gris en la 56º edición de la Caravana de la Primavera. A pesar del día nublado y un poco desapacible, enorme cantidad de familias madrugaron, prepararon sus bicis, acomodaron la vianda y partieron para formar parte del tradicional y original evento que los integrantes del Oratorio Juvenil Pequeño Mundo organizan con gran esfuerzo y dedicación desde hace más de medio siglo. Con las bicicletas decoradas, disfraces y alegría, las familias le pusieron color a la jornada.
Una vez más, la caravana fue todo un éxito e incluyó la primer bicicleteada por Matheu, avenida Independencia, avenida Juan B. Justo, por la costa hasta el Auto-camping “El Faro”, que partió poco antes de las 9.
Quienes se inscribieron previamente, pudieron acceder a un vaso de gaseosa, un helado y participar de diferentes sorteos, como así también el acceso a los colectivos que van detrás de la caravana y subir la bicicleta al “Pinchazo”, en caso de necesidad.
Además de una actividad de entretenimiento y diversión para toda la familia, la Caravana es un espacio de reflexión y solidaridad. Los organizadores destacan y demuestran con hechos en cada edición, la importancia del trabajo en equipo y, también la de olvidarse por un rato de los temas personales, para mirar a quienes tenemos al lado. Ese espíritu se cristalizó en el lema de este año “Unidos, pedaleemos la vida con Jesús”. Asimismo antes de la fecha original de la caravana -el 18 de septiembre- que se postergó por mal tiempo, los jóvenes realizaron una colecta a través de la que obtuvieron 1.800 unidades de alimentos no perecederos para beneficiar a comedores de la ciudad.
Al llegar al Faro hubo alegría, música, descanso, comida y camaradería antes de emprender el regreso por la costa hasta avenida Luro, hasta el monumento al General San Martín, donde se realizó el Acto Clausura.
El cierre de la actividad fue a pura música y emoción. Un grupo de personas y la banda del Grupo de Artillería Antiaérea 601 aguardaban a los ciclistas, especialmente a los organizadores, que se abrazaron al llegar con la alegría y el orgullo del objetivo cumplido.
El acto fue el momento en el que los organizadores aprovecharon para destacar su compromiso y unión en este emprendimiento y también para invitar a la comunidad a mirar al otro.
En ese sentido compararon a la bicicleta “con una guía de la vida”, señalando el manubrio con el sentido, la dirección que cada uno puede darle, el asiento como el apoyo que todos necesitamos, los pedales como la fuerza personal, el empeño que cada uno pone y las ruedas como la realidad plena. “La bicicleta representa el compromiso y la libertad de cada uno” sostuvieron los chicos que, además, aseveraron que el éxito de la caravana es una muestra “de que la juventud de Mar del Plata no está perdida”, que “hay muchos que trabajan, ponen su tiempo y su dedicación” a una actividad en grupo. Asimismo agradecieron a las familias, que colaboraron con ellos para armar el difícil de un evento multitudinario y que todo esté en su lugar y también destacaron que “la bicicleta es un símbolo de unión”. En ese sentido invitaron a los presentes “a mirar a quién tenemos al lado, reflexionar que debemos ayudar al otro y, también, a pedir ayuda, a dejarnos ayudar”.
Antes de la desconcentración de los ciclistas y del último tramo de los organizadores hasta la sede de la obra para el abrazo final, se desarrolló el esperado sorteo de la bicicleta. El número ganador fue el 3305 y quien lo tiene, podrá retirar su premio en Don Orione.