Según informó este viernes la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN), se pasó de un total de 25.163 en 1996 a 72.693 a fines de 2015.
La cantidad de presos en Argentina aumentó casi un 190 por ciento en los últimos 20 años, al pasar de 25.163 en 1996 hasta 72.693 a fines de 2015, una “tendencia que se mantiene hasta los primeros meses de este año”, informó hoy la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN).
“La mayoría son hombres jóvenes, de ámbitos urbanos pobres y con un nivel de instrucción bajo“, dijo hoy a Télam Carlos Motto, sociólogo del Departamento de Investigaciones de la PPN, quien agregó que “esta población tiene menos capacidad de defensa ante el sistema penal“.
El informe estadístico anual de la PPN, que reúne la información de los servicios penitenciarios provinciales y el federal, sin contabilizar las personas detenidas en comisarías, detalla que el 62 por ciento de las personas presas en cárceles tenía en 2015 menos de 34 años y el 85 por ciento menos de 44.
Por otro lado, el 96 por ciento eran hombres, el 94 por ciento argentinos y el 90 por ciento vivían en ámbitos urbanos al momento de ser detenido.
En cuanto al nivel de instrucción: el 72 por ciento no había alcanzado o pasado del nivel de escolaridad básica: el 38 por ciento contaba con primario completo, el 28 con primario incompleto y el 6 por ciento no registraba ningún nivel educativo formal.
“Es complejo definir la causa de la inflación penitenciaria, pero sabemos que a lo largo del período analizado aumentó la presencia policial y hubo una intensificación de la persecución hacia poblaciones pobres“, afirmó el investigador.
El aumento de la actividad policial en la calle tiene como resultado más capturas por sospecha de delitos menores. De estos detenidos, “el 30 por ciento aproximadamente sale inmediatamente o unos meses después porque no son condenados” y de este modo se combina una “dinámica de captura con la demora de la justicia”, continuó Motto.
El 68 por ciento de las personas presas en el país al año 2015 se concentraban en cinco provincias: Buenos Aires (33.482), Córdoba (6.802), Mendoza (3.862), Santa Fe (3.027) y Salta (2.602); “los distritos más poblados con centros urbanos más grandes”, apuntó Motto.
El estudio también compara las cifras de Argentina con las de otros 19 países del G20 seleccionados por su “relevancia tanto en términos económicos como políticos a nivel mundial”, porque tienen aproximadamente el 62 por ciento de la población mundial y el 66 por ciento de los presos del mundo.
“A nivel mundial, en los años ochenta comenzó una tendencia homogénea de crecimiento de la población penitenciaria; a partir del 2008 algunos países europeos y Estados Unidos lograron estancarla o incluso bajarla. Argentina, en cambio, está entre los países que siguen incrementando su población en cárceles, junto con el resto de los países sudamericanos a excepción de Chile”, comentó el investigador.
Los países seleccionados son Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, México, República de Corea, Federación Rusa, Arabia Saudita, Sudáfrica, Turquía, Estados Unidos e Inglaterra y Gales.
“Entre los años 2000 al 2008 se produjo un incremento del 19 por ciento en la cantidad de presos mientras la población total de los 19 países creció un 8 por ciento. En la segunda etapa, 2008-2016, los presos totales disminuyen un 1 por ciento mientras la población crece en un 6 por ciento”, detalla el estudio.
Y agrega: “Es así que la tasa de población carcelaria aumentó en casi un 10 por ciento durante la primera etapa, entre los años 2000 y 2008, de 151 presos cada 100.000 habitantes a 165, pero a partir de ese año comienza una caída que lleva los valores de la tasa a 155 presos cada 100.000 habitantes en 2016”.
Sin embargo, esta evolución de conjunto no fue homogénea. Mientras 10 países bajaron su tasa otros 8 siguieron con su tasa en crecimiento y sólo uno se mantuvo estable; “la Argentina, por su parte, se ubica en el segundo grupo con un aumento del 24% de su tasa entre 2008 y 2016”.