El gobernador juró frente a una legislatura a la que asistieron la militancia, los intendentes y la familia. El presidente y la vicepresidenta también se hicieron presentes. Tras jurar se dirigió a Plaza san Martín para hablarle a los militantes que no pudieron ingresar.
LA PLATA (Corresponsalía)
Desde temprano la plaza amaneció partida en dos, con el camino que une la legislatura y la gobernación marcado con vallas y un escenario frente al lugar desde donde Axel Kicillof se comprometió a llevar adelante su mandato.
La música y las pruebas de audio comenzaron desde temprano en la mañana y con la llegada de los primeros partidarios, el clima en la plaza empezó a transformarse cada vez más para concluir en el armado de un verdadero “día peronista” al que el sol acompañó durante toda la mañana.
La Legislatura empezó a recibir funcionarios y periodistas, que poco a poco llenaron los palcos, del que resaltaba el que recibiría a Alberto y Cristina, con arreglos florales de gladiolos, yerberas, lirios y gipsofilas.
Cerca de las 10 los legisladores marplatenses empezaron a llegar al recinto y la futura ministra Fernanda Raverta se fundió en un abrazo con el ex legislador Rodolfo Iriart. Su esposa, Débora Indarte, vestida con un saco fucsia, ocupó una banca bajo el palco de periodistas y Johanna Panebianco, de un blanco impecable, se ubicó frente al estado de las autoridades de la Cámara. A la derecha del estrado, cerca de la puerta que da a avenida 7 estaba Marcela Faroni, vestida de un verde inglés que resaltó su presencia en el recinto.
Cerca de las 10:25 la chicharra empezó a sonar y las bancas se ocuparon en su gran mayoría. Los palcos se atiborraron de gente y los legisladores se paraban constantemente de sus bancas, mientras charlaban y se tomaban selfies.
Sobre la banca ocupada por Maximiliano Abad, unos 7 diputados formaron un grupo que charló largo y tendido, mientras los mozos iban y venían por el recinto recargando los termos de mate.
El palco en el que desde temprano el ex ministro De la Torre estuvo solo, fue coptado por funcionarios kirchneristas, pero sobre la hora del comienzo, sus compañeros de gabinete llegaron para ocupar sus lugares, relegando a Mario Secco, Ferraresi e Ishii a un rincón del mismo.
La fórmula presidencial ganadora de las elecciones del 27 de octubre llegó a las 11:33, momento en el que la gobernadora a cargo del Ejecutivo, Teresa García, declaró abierta la Asamblea en la que se les tomó juramento a Axel Kicillof y Verónica Magario.
Apenas siete minutos después, la Asamblea Legislativa dio el asentimiento para la proclamación del gobernador y la vicegobernadora, ante el aplauso de pie en todo el recinto, así como del presidente la Nación y su vice, que presenciaron la jura desde un palco frente al estrado en el que García comandaba la asamblea.
Junto a Kicillof y Magario entraron al recinto las autoridades salientes, para realizar la entrega de los atributos del gobernador. María Eugenia Vidal, vestida fiel a su estilo, con prendas sueltas color blanco y Daniel Salvador, de traje oscuro, camisa celeste y corbata azul.
El gobernador se mostró desacartonado, como suele hacerlo, de traje sin corbata. Mientras que su vice vistió un conjunto elegante de pantalón celeste con un saco blanco bordado con detalles en hilo rojo.
A las 11:55 Verónica Magario juró por Dios y la Patria el cargo para el que fue electa, para luego poder tomarle juramento a su compañero. Apenas dos minutos más tarde, quien juró fue Kicillof.
En el traspaso de los atributos María Eugenia Vidal se encargó de que la banda del gobernador quedara prolija sobre el pecho de su sucesor y puso especial empeño en que así fuera. La ahora ex gobernadora se mostró serena y no se pudo ver en su intercambio con Kicillof un atisbo de rivalidad entre ambos.
Luego de terminar con lo que el protocolo manda, Vidal y Salvador se retiraron, al igual que los ex integrantes de su gabinete, que despejaron el palco, donde sus lugares rápidamente fueron ocupados por militantes kirchneristas.
Luego de un corto cuarto intermedio, el gobernador se dirigió durante 70 minutos a la Asamblea Legislativa, dando un detalle de la situación en la que encontró Buenos Aires y poniendo sobre relieve que es una provincia en emergencia en todas sus áreas.
Tras el discurso, rápidamente se dirigió a la plaza en donde durante por unos 15 minutos se dirigió a la militancia que lo esperó desde temprano, para luego entrar finalmente a la Casa de Gobierno, en donde almorzó y empezó a definir cuestiones administrativas que le permitirán, entre otras cosas, enviar a la Legislatura la nueva ley de ministerios.
¿Que dijeron los marplatenses?
La nueva ministro de Desarrollo Social, Fernanda Raverta, dijo que serán importantes los primeros 100 días y que estarán presentes “desde la economía social y popular, que es esa economía donde intervienen aquellos que pueden generar ingresos genuinos a partir de un momento en donde los niveles de desocupación son tan alarmantes y preocupantes”.
“Por eso creemos que con un ámbito que permita desarrollar a la comunidad cuidando a los que menos tienen, empezando por los que más sufren, poder ir de a poco subiendo los escalones de una escalera que nos permitan volver a imaginar que el ascenso social es posible, porque las familias de la provincia de Buenos Aires se merecen vivir mejor”.
Preocupada tras escuchar el discurso del mandatario e la pudo ver a la legisladora Johanna Panebianco, quien remarcó que maneja números totalmente diferentes a los expuestos por Kicillof “claramente nosotros tenemos otros números. Fue un discurso muy enfocado en lo económico. Nuestra rendición de cuentas está publicada en la web mariaeugeniavidal.com.ar y la verdad es que lo que dijo de la deuda no es cierto. La caja que recibimos era una caja que no te permitía pagar sueldos y aguinaldos y hoy dejamos una caja que permite ese pagar gasto”.
“Nosotros vamos a hacer una oposición colaborativa y no estamos de acuerdo en las cosas que se dijeron, pero celebro que nos haya convocado a construir juntos lo que viene para adelante y ahí vamos a estar”.
“Se habló mucho de la deuda, pero la deuda que nosotros contrajimos fue una deuda sana porque se puede ver en dónde está la plata, que es en las 2400 obras ue se hicieron en los 135 municipios”
Por su parte, Débora Indarte remarcó que “el gobernador fue muy claro en lo que dijo y es tangible para cualquier habitante de la provincia, con un diagnóstico que no es muy bueno, pero que es alentador porque se pondrán a disposición una bateria de herramientas para cada uno de los sectores”
“Se va a tratar de estar cada vez más cerca de los sectores vulnerables, con los chicos, los jubilados y los maestros finalizó.