Por Emiliano Rodríguez
En las últimas semanas comenzaron a crecer con fuerza las especulaciones sobre una posible candidatura presidencial de María Eugenia Vidal en las elecciones de 2019.
Consultados al respecto, funcionarios cercanos a la gobernadora bonaerense aseguran que Vidal mantiene enfocadas sus energías únicamente en la Provincia por estos días. Sin embargo, en el Gobierno seguramente están al tanto de las recientes encuestas que muestran que en un eventual balotaje el año que viene con la dirigente de la oposición que mejor mide, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, Vidal “casi que duplica” la diferencia -a favor- que podría obtener Mauricio Macri, en el caso de presentarse a una reelección.
“Macri tiene una ventaja de dos puntos y medio frente a Cristina en un posible balotaje, pero si se postulara Vidal, la diferencia con Cristina se estira y casi que se duplica”, señalaron días atrás especialistas de la consultora Synopsis.
Son justamente los resultados de este tipo de consultas de opinión los que alimentan las conjeturas en torno de una hipotética fórmula presidencial de Cambiemos encabezada por Vidal, y no por el actual jefe de Estado, en 2019.
Pese a la crisis, que también afectó su imagen, aunque no tanto como la del presidente Macri, la gobernadora bonaerense se mantiene en el podio de los referentes del Gobierno con mejor rendimiento en las encuestas, al igual que Rogerio Frigerio.
Si bien lidera el Ministerio del Interior, Frigerio suele cumplir también funciones de jefe de Gabinete para la Casa Rosada como “capitán de tormentas”. Marcos Peña, por su parte, continúa con perfil bajo (casi subterráneo).
De todas maneras, a Vidal los desaciertos económicos del Gobierno de Macri le están pasando facturas y en los últimos días enfrentó cierto clima hostil en recorridas por la Provincia. Por ejemplo, fue abucheada por un grupo de personas durante una entrega de viviendas sociales en Ituzaingó, de igual modo que hostigada por maestros en Chascomús.
Sin embargo, en la Gobernación bonaerense están convencidos en que deben “estar cerca de la gente” en momentos de crisis, según dijeron voceros, por lo que Vidal seguirá adelante con sus recorridas por el territorio provincial.
Su reacción después de las más recientes turbulencias con el tipo de cambio, lanzando medidas de perfil asistencial en medio de una disparada del costo de vida que alcanzó un histórico índice de 6,5 por ciento en septiembre pasado, y su postura combativa frente a posibles actos de corrupción han convertido últimamente a Vidal en un personaje cada vez más simpático para sectores progresistas dentro de la coalición Cambiemos.
¿La candidata de Carrió?
Si bien algunos consideran dentro del Gobierno que el “candidato natural” del oficialismo es precisamente Macri con vistas a las elecciones presidenciales de 2019, el juego propio que ha mostrado recientemente Vidal invita a suponer que no está dicha aún la última palabra.
Por más que resta un año todavía para los próximos comicios generales, la campaña electoral ya se encuentra en marcha en la Argentina y tanto en la oposición como en Cambiemos se ha comenzado a discutir sobre candidaturas y estrategias.
En este sentido, dirigentes de la Coalición Cívica (CC), socia fundadora de la alianza de Gobierno con Elisa Carrió a la cabeza, dejaron en claro en los últimos días que no están de acuerdo con mantener activo el juego electoral de la “grieta” a cualquier costo.
“No voy a desconocer que pueden haber algunos que quieran hacer este tipo de estrategias, pero nuestras convicciones en cuanto a la lucha contra la corrupción, la no impunidad y la búsqueda de justicia y de transparencia no pueden ser parte de una estrategia o de una especulación electoral”, enfatizó el legislador porteño de la CC-ARI Maximiliano Ferraro.
Ferraro se expresó en estos términos, en declaraciones a FM Milenium, consultado por la conveniencia política -o no- para Cambiemos de que Cristina permanezca en libertad y compita en las próximas elecciones, habida cuenta de la capacidad que demostraron en votaciones anteriores los arquitectos electorales del macrismo para obtener beneficios de la “grieta”.
En este sentido, la CC en general y Carrió en particular sospechan de un hipotético pacto entre el oficialismo y sectores del peronismo dialoguista para bloquear la discusión en el Senado de la Nación sobre el pedido judicial para quitarle los fueros a la ex presidenta y así poder avanzar con su detención.
Cristina en libertad y participando en los próximos comicios divide a la oposición y es funcional a Cambiemos.
Así las cosas, de Carrió se comenta en los pasillos del Congreso que, tras cumplir finalmente con su amenaza de presentar una solicitud de juicio político contra el ministro de Justicia, Germán Garavano, podría dar su bendición a una candidatura de Vidal, mientras continúa interpelando al Poder -de Macri y compañía- desde las entrañas mismas del Poder.
Mientras tanto, en la Provincia, quienes necesitarán seguramente de un postulante fuerte de Cambiemos, tanto a la Gobernación como a la Presidencia, en la boleta el año que viene son los intendentes del oficialismo que corren peligro de perder sus municipios, en especial, si juega Cristina.
La ex presidenta alcanza una intención de voto incluso superior al 40 por ciento en algunos distritos peronistas, lo que genera preocupación, por ejemplo, en intendencias como Quilmes, Pilar o General Rodríguez, frente a un posible “efecto contagio” que se pueda traducir en una derrota del oficialismo comunal en las urnas en 2019.
“Todos unidos triunfaremos”
Lo asegura la Marcha Peronista: “Todos unidos triunfaremos”.
Sin embargo, es muy poco probable que el Partido Justicialista (PJ) vaya junto a las elecciones del año próximo.
Si bien algunas diferencias internas parecen haberse zanjado, los festejos por el Día de la Lealtad confirmaron las divisiones puertas adentro. El rol de Cristina es el que, justamente, promueve esa confrontación visceral.
El pasado 17 de octubre los ex rivales a la Presidencia de la Nación Daniel Scioli y Sergio Massa coincidieron en el acto que encabezó el gobernador Juan Manzur en Tucumán, pero el líder del (sello del) partido, José Luis Gioja, celebró por separado en Corrientes y los intendentes peronistas bonaerenses animaron su propia quermés justicialista en el Conurbano.
Los jefes comunales invitaron a los referentes de La Cámpora, con Máximo Kirchner a la cabeza, aunque no le permitieron al hijo de la ex jefa de Estado brindar un discurso: “Los protagonistas del acto son los intendentes”, argumentaron.
En el Conurbano, no todos los líderes municipales del PJ necesitan del impulso de ese eventual caudal de votos con el que Cristina podría favorecerlos en 2019 para defender sus mandatos: hace un año probablemente sí, pero en la actualidad ya no. En medio de la crisis, producto de las fallidas políticas económicas del macrismo, varios intendentes peronistas han logrado revitalizar su poderío territorial.
Quizá por eso se atrevieron a quitarle el micrófono a Máximo Kirchner, a quien sí convocaron al encuentro en Merlo, junto a Wado de Pedro y al “Cuervo” Andrés Larroque, entre otros lugartenientes camporistas, “porque si no se tenían que quedar en sus casas, ¿a dónde iban a ir?”, deslizó uno de los organizadores del acto.
Sí temen algunos jefes comunales que Cristina pueda salir a disputarles el terruño con candidatos propios, integrando listas de Unidad Ciudadana, como está previsto que suceda en el ámbito nacional, por ejemplo, en provincias como San Juan, donde este viernes se realizó la presentación formal de esa agrupación con el ex gobernador Gioja como alma mater.