Fundó Karmate junto a dos colegas argentinas y ahora están presentando "Dall'altra (parte del mar)", una puesta original que combina el teatro físico, el relato y la poesía.
Radicada en España, la marplatense Natalia Castrege pudo volver a subir a un escenario a fines del mes de agosto, en el marco del Festival Internacional de Teatro que se realizó en Girona.
La actriz, fundadora de la compañía Karmate, junto a sus colegas argentinas Paula Guzzo (La Plata) y Julieta Moras (Puerto Madryn) y desarrollaron su obra “Dall’altra (parte del mar)”.
Comenzaron a trabajar juntas investigando el teatro físico junto a Yamil Ostrovsky en la ciudad de Buenos Aires y luego profundizaron su formación por diferentes caminos, pasando también por la Universidad Nacional de las Artes (UNA).
La compañía ha realizado tres funciones en los municipios catalanes de Girona, Lloret de Mar y Llança de esta puesta original que combina el teatro físico, el relato y la poesía.
Partiendo de la inmigración de sus abuelos y bisabuelos hacia Argentina, se embarcan en un viaje de vuelta a sus raíces, en Europa, la tierra donde ellos nacieron. Tres caminos se unen en un mismo momento, tres relatos de experiencias atravesados por una búsqueda de la verdad que nos lleva a sentirnos identificados y profundamente convocados a revisar nuestra propia historia.
Karmate, con base en Barcelona, se encuentra aguardando la confirmación de fechas de otros festivales en otros países de Europa y entre sus anhelos se encuentra “poder compartirla pronto en nuestra tierra natal”.
“Las tres somos las dramaturgas, actrices y directoras de esta obra y tuvimos la colaboración en dirección de Yamil Ostrovsky desde Buenos Aires”, contó Natalia a LA CAPITAL.
La compañía surgió cuando, tras haber trabajado juntas en Buenos Aires, se reencontraron en España y “decidimos continuar investigando y produciendo en esta estética concreta, que es el teatro físico”.
“Dall’altra (parte del mar)” es producto “de un work in progress acerca de la inmigración (las 3 estamos en España porque tenemos abuelos y bisabuelos italianos) en mayo de 2018 cuando presenté mi primer libro, ‘Descalza’, y luego nos eligieron para una residencia artística en el Centre Civic Drassanes el mismo año. Después de 6 meses de ensayo estrenamos la obra en el 2019 e hicimos funciones allí”, relató.
“Finalizando el confinamiento nos avisaron que habíamos quedado seleccionadas para este Festival. Dudábamos de que se haga, pero se hizo! Obviamente con muchas medidas de seguridad: aforo limitado, control de fiebre, distancia entre espectadores, entrada y salida sin contacto de los espectadores y mascarilla en todo momento”, describió.
“Contar con la posibilidad de este encuentro artístico, en estas circunstancias adversas que estamos atravesando hoy, ha sido factible gracias al cumplimiento de todas las medidas de seguridad promovidas por parte de la organización del Fitag, bajo el lema Cultura segura”, agregó.
“Seguiremos con las funciones, en la medida de lo posible, en Barcelona y en toda Catalunya, mientras aguardamos que se confirmen fechas de festivales en Europa” contó la actriz, quién indicó que durante la cuarentena realizaron algunas presentaciones online de otras puestas teatrales junto a Yamil Ostrovsky. “Pero poder tener la oportunidad, en un contexto tan particular, de presentar la obra presencialmente, ha sido un desafío y un orgullo enorme”, reconoció.
“Nuestra profesión gira en torno al arte y la cultura. Poder sostener y apoyar la cultura desde el escenario en estas circunstancias tan difíciles, me ha dado fuerzas para continuar. Sentir el agradecimiento de la gente por vivir nuevamente algo real y no virtual nos ha hecho reforzar las ganas de luchar por el teatro, por nuestra profesión. La presencia y el estar aquí y ahora, inmersos en una historia, en una obra que invita a reflexionar e ir hacia adentro en la búsqueda de nuestra verdad, hoy se resignifica y cobra especial sentido. Y también dar ánimos porque se puede hacer, pero se necesita de la colaboración, el compromiso y la responsabilidad de todas las partes”, reflexionó.
Natalia, se crió en Mar del Plata, donde continúa residiendo su familia, y a los 17 años fue a Buenos Aires a estudiar Licenciatura en Comunicación. Paralelamente comenzó con clases de teatro y tuvo oportunidad de volver a la ciudad en diferentes oportunidades como actriz y asistente de producción.