El equipo marplatense quemó las naves después del gol rival y le alcanzó sólo para un empate con gusto a poco ante Sansinena.
Por Juan Miguel Alvarez
Kimberley cosechó un punto con gusto a poco ante Sansinena de General Cerri, gracias a la reacción de la media hora final que le alcanzó sólo para rescatar su segundo empate consecutivo (1-1) en casa en el torneo Federal de fútbol.
El equipo marplatense tuvo tiempo y espacio para jugar en la primera media hora, después se diluyó hasta el gol rival y finalmente quemó las naves para ir por todo en el último tercio del partido.
El rival no ejerció una presión agresiva, pero Kimberley careció de “punch”: un buen pase filtrado, una gambeta que rompa líneas o profundidad por los costados (tuvo apenas un par de incursiones de Santiago Vasquez).
Con el formato inicial, insistió por el medio, por donde se desprendió Roselli, Goiburu se hizo eje o apareció Iriarte. La chance más clara fue un remate de Goiburu que atajó muy bien Partal.
Después, el local aminoró el ritmo y la búsqueda en largo a Diego Martínez fue infructuosa.
Sansinena complicó las pocas veces que despegó por afuera con la velocidad de Joaquín Parra y un criterioso Favio Durán como nexo.
El complemento comenzó todavía más apagado, para beneficio de la visita. Que, encima, armó una buena combinación por izquierda que concluyó con el gol de un Parra que acompañó y resolvió por el otro costado.
Mariano Mignini dio un mensaje con los cambios. Así, Kimberley cambió de actitud y contó con mayor personal en los últimos metros.
Desde la primera situación de esa etapa, a los 17′, empezó a llegar cada vez más seguido. Sansinena se metió muy atrás y el DT local redobló la apuesta: quedaron en cancha Goiburu (parado de “5”), Axel Pereyra, Ullúa, Matías Gómez y Diego Martínez, todos de vocación ofensiva. No lo empató antes porque el “9” otamendino no estuvo certero con sus cabezazos y Ullúa definió mal, por arriba, con derecha. Pereyra, en cambio, ajustó su zurdazo cruzado y bajo para el 1-1.
Después, Kimberley empujó sin claridad y con muchos centros. Pero no consiguió el deseado gol del triunfo. Que mereció más por ambición que por fútbol.