por Gerardo Gómez Muñoz
Se sabe que las últimas semanas han sido un hervidero de negociaciones y pujas. En La Plata, donde todo se mueve a gran velocidad, parecieran haber algunas definiciones que ya se van perfilando, aunque los protagonistas no sueltan prenda. Todo indica que el marplatense Maxi Abad va a ganar la batalla por la presidencia del bloque de la oposición en la Cámara de Diputados provincial. Luego de haber demostrado pericia y conducción para lograr las leyes que necesitó la gobernadora Vidal, Abad se queda con la jefatura de los más de 40 legisladores que seguirán siendo la primera minoría en la Cámara, lo que implica que serán actores clave en las pretensiones del gobierno de Axel Kicillof.
Juntos por el Cambio define su estrategia como oposición en provincia y como oficialismo en General Pueyrredon. Se sabe que Montenegro y Abad formarán parte de la mesa política que definirá las estrategias del espacio para no perder iniciativa, y conducir a la nueva oposición. Desde su rol de jefatura de bloque, Abad deberá velar por las necesidades de los bonaerenses y de todos los intendentes de Juntos por el Cambio, trabajando fundamentalmente mano a mano con Montenegro para que Mar del Plata y Batán tengan la centralidad que merecen, a pesar del cambio de signo político en Nación y provincia.
Por ahora, y hasta que los armados políticos no estén todos definidos, en los protagonistas prima la prudencia y la mesura en las declaraciones, manejando el nuevo tiempo que se iniciará el 10 de diciembre.
Ya habría acuerdo en el Concejo
La tensión por la presidencia del Concejo tuvo nuevos capítulos esta semana, y aunque todavía no está definida, el nombre de Ariel Martínez Bordaisco genera consensos en el oficialismo y también en la oposición. Es un dirigente respetuoso, formado, y que tiene diálogo con todos los sectores políticos. Así, empezaría a verse con buenos ojos en este recambio de gobierno el desembarco de una figura con esas características al frente del cuerpo deliberativo.
El subtítulo, quizás, tenga una aparente dosis de excesivo optimismo, pero se basa en una circunstancia concreta y a la vista: el realismo. La contundencia de los números tornó casi una inocentada que el secretario de Gobierno Joaquín de la Torre exigiera enojado y casi desmadrado que el intendente electo le cumpliera la incierta promesa preelectoral de que llevaría a la presidencia del Concejo al arremetedor y solitario concejal de “Crear”, Alejandro Carrancio, sector que preside el hasta ahora ministro. Si la peregrina promesa la hubiera querido cumplir Montenegro, hacía estallar el bloque.
El radicalismo es el sector más fuerte, pero ¿quién tiene la plena seguridad que Vilma Baragiola va a ser una simple y mansa edil de la UCR, de brazo dispuesto a levantarse en disciplinado “sí”? Otros datos indican que la secretaría de Gobierno para Bonifatti debió ser compensada con diversas inclusiones radicales como la del “alter ego” de Daniel Katz, esto es el “Guasa” González. Para justificar un macrista alegó triunfal: “Es que maneja las botoneras”. Más filosa fue la respuesta de un radical de los que todavía quedan que respondió certero: “Eso es lo más jodido”. El empecinado oficialista cerró terminante: “Es viejo amigo de Guillermo”.
Las caras largas siguieron sin sonrisas
La gente que conoce la administración pública y cada día más los ciudadanos, que siguen la horrenda gestión del intendente Carlos Arroyo, y quienes siguen la información vinculada con el quehacer municipal se horrorizan con los desatinos del ex “cara pintada”, admirador del mariscal Rommel.
Los últimos sumados al espanto son futuros funcionarios del gobierno que asumirá el 10 de diciembre y técnicos que tienen a su cargo las tareas vinculadas con la transición de la administración.
“Los secretarios -dijo bajo reserva del apellido un funcionario- ya comenzaron con la tarea que, incluso implicó que debieran resolver algunos problemas que encontraron”.
La primera conclusión es categórica “cada área que observamos es un desastre”. Y sigue apabullando “en todas falta conducción. Hay áreas sensibles como la seguridad. Ahí se necesita coordinar fuerzas nacionales, provinciales y locales y hay una sola persona”. Habría que agregar que Arroyo timorato no se mueve sin ese funcionario policial al lado. En otro párrafo contundente el funcionario explicó que “en lugar de poner mucho más energía, en ordenar las áreas para que sean eficientes en beneficio de los marplatenses se preocuparon mucho más en pasar a planta permanente o subir de categoría a sus familiares y amigos”. Y concluyó en el último párrafo diciendo que “en cuanto a los números siguen apareciendo deudas del municipio Ceamse, IPS, cámaras de seguridad, etc. De lo único que hay superávit es de mentiras”.
Y hay más para el horror
Uno es del género preferido del “lord mayor”: la pelea sin qué ni para qué, es decir el gesto payasesco para plantar el “aquí mando yo”. Esta vez la benemérita entidad marplatense afrentada fue “Papelnonos”. Milico frustrado, “manu militari” dispuso el desalojo de una casa donde la entidad, que es orgullo de Mar del Plata, preserva sus elementos que han sorprendido en el mundo. El enojado rechazo de la población y entidades de la cultura lo obligó a unas aclaraciones en jeringozo que, tal vez, concluyan con una marcha atrás reparadora u otras dependencias.
Hay gente que está preparando como despedida de este personaje que tanto daño le hizo a la ciudad -recordar que quiso reelección y no lo votó ni siquiera el 4 por ciento del pueblo, tal vez los votos más caros para los marplatenses a través de la publicidad-, una antología de sus dichos mentirosos.
El sábado Arroyo nos sopapeó temprano a través de LA CAPITAL que, en tapa nos recordó algo así como un récord internacional, quizás mundial. En cuatro años nuestro jefe comunal aumentó las tasas que pagamos vecinos en un 383 por ciento. Cifra obviamente imposible de pagar para la inmensa mayoría. El atropello venía siendo denunciado por la Defensoría del Pueblo -entidad denigrada por el que se va en unos días- y que la asociación “Consumidores Argentinos” denunció ante la Justicia que resolverá si Arroyo está en su derecho de cobrar esta exorbitancia o no.