Antes de desembarcar en Mar del Plata con la obra "Perdida mente", que debutará el 6 de enero en el Teatro Atlas, la actriz repasa su trayectoria, cuenta qué encontró en la poesía y confiesa sus proyectos.
Nacida en una familia artística, Julieta Ortega siempre supo que quería ser actriz. Con una larga y variada trayectoria profesional, la hija de Palito Ortega ha conducido diversos ciclos, actuado en cine, teatro y en algunas de las novelas que fueron furor en nuestro país.
En un diálogo exclusivo con LA CAPITAL describió su carrera, la incertidumbre de su profesión, de dónde viene su gran espíritu emprendedor y resaltó algunos de los momentos que recuerda que marcaron un antes y un después.
-¿Qué momento sentís que fue especial o funcionó como una bisagra en tu carrera?
-“Disputas” es un programa que recuerdo como la primera vez que me gustó mucho mi trabajo y ya había llegado a cierta madurez como actriz. Mientras que “Graduados” fue un exitazo televisivo que también fue un antes y un después, digamos hay gente que sigue recordando ese personaje y ese programa. Pero hay un programa muy poco visto, “Un año para recordar” que fue lo primero que hice y me pareció gracioso, me pareció que era una la comedia que podía hacer bien, y es lo que menos hice. Después volví a hacer algo parecido en “Viudas e hijos del rock and roll” y tal vez destacaría mi primer protagónico en cine. Hubieron momentos, pero antes y después no significa que la carrera sea otra, pero sí que se te recuerde de otra manera. Es verdad que hay actores que después de un trabajo determinado les han ofrecido cosas mejores pero nosotros no estamos en Hollywood, digamos la industria nuestra no es tan grande como para que pasen cosas tan extraordinarias que cambien una carrera que la den vueltas por completo, creo yo. Se va construyendo, todo es más azaroso, que te vaya muy bien un año no garantiza que al año siguiente ni siquiera que tengas una entrada y ni siquiera que lo bien que te haya ido el año anterior haya servido para vivir el año siguiente sin trabajar, esa es la realidad nuestra, te diría de todos en realidad, pero a los actores y las actrices también nos pasa.
-¿Por eso creaste tu marca de pijamas?
-La creación de mi marca de pijamas hace seis años fue pensando en que me tengo que poder quedar tranquila, que voy a dar siempre una entrada de dinero viniendo de otro lado pase lo que pase conmigo como actriz.
-Este espíritu emprendedor ¿de dónde sentís que que viene? ¿siempre fuiste así o las condiciones de tu profesión te fueron llevando a eso?
-Siempre fui muy independiente y creí que la verdadera libertad, sobretodo de las mujeres, estaba en poder tener independencia económica y no depender ni de padres ni de novios, ni de maridos, ni nadie. Entonces, si bien soy una chica que bueno nació con 1.500 privilegios por la familia en la que nací, soy muy consciente de que el dinero de todos los días me lo tengo que ganar yo y que elegí una profesión muy intermitente. Lo he visto en otras personas, crecí viendola a Ana María Picchio que a veces trabajaba y a veces no y a veces tenía muchísima dinero y otras poco y se empezaba a preocupar entonces esa es la realidad de los actores y actrices en nuestro país.
-Se acerca el 2023, ¿tenés algún desafío o sueño en mente?
-Yo quiero seguir trabajando, eso es lo único que tengo en mente siempre. El sueño lo tenía este 2022, que fue concretar un programa de poetas argentinas para Canal Encuentro y es un proyecto que propuse hace 5 años y finalmente salió al aire, y me encantaría que eso tenga una continuidad, pero creo que es porque había algo muy personal en ese proyecto. Después a mi me gusta mucho la conducción y es lo que menos hice, y tal vez es algo que me gustaría que vuelva a aparecer la oportunidad de conducir algo.
-Mencionaste lo especial que fue lanzar el ciclo de poetas argentinas, ¿qué lugar tiene hoy en tu vida la poesía?
-Yo soy una gran lectora de poesía, más que de otras cosas, entonces para mi es una gran compañía, ha sido un lugar de tanto calor que me parece un refugio muy hermoso y creo que lo puede ser para mucha gente. Es un género que para mucha gente queda viejo, y cuando se da cuenta de que en realidad es cerca, te acompaña como ninguna otra cosa porque tiene como la velocidad del rayo, son tres palabras a lo mejor y no necesitas nada más. La literatura en general tiene otro tiempo, por ahí te encontrás una frase que te conmueve especialmente y la subrayas, pero tenes que terminar el libro para entender hacia donde va. La poesía es fabulosa en ese sentido, es un segundo y cuando te convoca lo hace plenamente, es un tiro en el medio del pecho. Mi intención era que otra gente que por ahí la tenía más lejos, la pudiera empezar a ver más cerca.