Juan Ignacio Macció, el capitán de Once Unidos, hizo un balance de la temporada del equipo marplatense en la Liga de Vóleibol Argentina.
Por Marcelo Solari
Es el capitán, armador y referente absoluto del vóleibol de Once Unidos, que recientemente concluyó su participación en la Liga Argentina (LVA).
Y tras el frenético fin de la competencia (eliminación a manos de Ciudad, el número uno de la fase regular) le llegó la citación para sumarse al cuerpo técnico del seleccionado argentino menor (U19), como primer asistente del entrenador Marcos Blanco. Ese equipo jugará este año el Mundial de la categoría como local, en San Juan. Una excelente noticia para el vóley marplatense.
También tiene horas como “profe” en el Emder, colegios e incluso en Once Unidos. Pero también se hizo tiempo para hablar en extenso con LA CAPITAL. La temporada, el futuro, Facundo Conte y mucho más.
-¿Para Once Unidos, se la puede catalogar como una temporada irregular con un buen cierre, más allá de que no se le pudo ganar a Ciudad?
-Sí, jugamos en nuestro mejor nivel en los últimos tres partidos. Contra River, en Bariloche, cuando conseguimos la clasificación para los play-offs, creo que fue un partido bisagra, vital y lo ganamos muy bien. Y los dos de cuartos de final que perdimos en sendos tie-breaks contra Ciudad.
-Durante toda la temporada le hicieron muy buenos partidos al mejor equipo de la fase regular…
-Sí, por eso no teníamos ningún tipo de temor para jugar contra ellos. Al contrario, fue una motivación. Tratamos con Gonzalo (Borstelmann) de enfocarnos en dos o tres cosas y plantear eso en cada entrenamiento. Repetirlo, repetirlo y repetirlo. Después, sacar bien, lo cual era un buen objetivo para que ellos no nos hicieran tanto daño. Y lo otro que sabíamos que teníamos que hacer era tocarle la pelota a Facundo Conte y al chileno (Vicente Parraguirre) con nuestro bloqueo. Cuando lo hicimos y defendimos a morir, incluso llegamos a despegarnos por 4 puntos en el resultado.
-¿Esos dos partidos fueron una montaña rusa de emociones desde adentro también?
-Sí, es que fue así, realmente. Yo les dije a los chicos que, en el cuarto set del segundo partido tuve una sensación en mi cuerpo que no la había sentido nunca. Una adrenalina gigante porque estábamos al borde de quedar eliminados y, al mismo tiempo, también estábamos muy cerca en el juego y en resultado. Cuando forzamos el tie-break creíamos que lo teníamos. Lo fuimos a buscar pero no se dio.
-En ese nivel tan alto, los partidos suelen definirse por detalles. ¿Esos detalles fueron para Ciudad?
-Una lástima. Nos va a quedar ahí para siempre esa sensación inexplicable acordándonos del 13-13. Se la armo a Santi (Aulisi) y quedó Mano a mano contra el armador de ellos (Gaspar Bitar), que no había bloqueado una pelota. Y lo agarraron esa vez. Quedaron 14-13 arriba, viene el cubano (José Romero) que había reemplazado a Mauro (Zelayeta), quien había tenido que salir por un dolor de cabeza, le pegó durísimo, la sacó Tommy Ruiz como pudo. No me quedó otra que tocar de segunda -no era lo que yo quería hacer- la salvó el líbero tirándose al piso y después el chileno cerró el punto y el partido. Se nos fue en un abrir y cerrar de ojos. Lo único que se me ocurría era pensar “no puede ser”. Ni siquiera podía reprocharme haber tomada una mala decisión o una mala ejecución en el armado. Estaba todo bien hecho. Pero cuando no tiene que ser, no es.
-En el tie-break del primer partido también hubo un punto larguísimo que cayó para el lado de Ciudad y puede haber sido determinante también. ¿Cómo lo viste?
-Sí, ese punto del 10-10 fue como un resumen perfecto del partido. Es increíble como un solo punto puede definir tantas cosas. Cuando llegamos al hotel, después del partido, los chicos de los otros equipos nos decían eso. Que si ese punto era para nosotros, también ganábamos el partido. Fue una locura. Nadie podía creer que el octavo le estuviera jugando así al primero, que había perdido un solo partido en toda la fase regular. Nos demostramos algo que quizás no se había visto en toda la temporada y creo que jugamos nuestro mejor voley en ese tramo final.
-¿Cuáles son las causas para que no hayan podido mantener ese rendimiento más tiempo?
-El tiempo de trabajo también influye. Así que no es ilógico pensar que juegues en el mejor nivel hacia la parte final. Tanto Franco Ybars como Nahuel García levantaron mucho su nivel. Evolucionaron un montón durante la temporada. Y también Tommy Ruiz, que se lesionó, volvió y empezó a jugar cada vez mejor y terminó en un nivel altísimo. Tal vez nos llevó más tiempo de lo que creíamos porque estábamos muy acostumbrados a que nos conocíamos todos de más tiempo y arrancábamos con una fluidez que esta vez no tuvimos tan rápido. Eso sí, tuvimos altibajos durante los partidos, pero también una media esperada de ganarle siempre a los equipos que estaban abajo nuestro en la tabla (salvo a San Lorenzo en Bariloche), de perder 3-2 con Paracao y Monteros y después no pudimos sumar puntos contra los de arriba. En los números hubo un cierto equilibrio que marcaba dónde tenía que estar el equipo y allí nos puso al final de la fase regular. Pero notábamos que había material y terminamos jugando realmente bien.
-¿En líneas genearles, el balance es positivo?
-Sí. Es como quedaron un poco los extremos. La medalla de bronce en la Súpercopa, algo muy destacado, y el final con ese play-off ante Ciudad. Y en el medio, otra vez en cuartos de final palo y palo ante Ciudad perdiendo en el tie-break, fue muy bueno. Yo no viajé y Matías Martín tampoco, así que el equipo demostró mucho ahí y aún disminuido peleó de igual a igual.
-Santiago Aulisi se mantuvo toda la temporada como el mejor sacador del torneo. ¿Era un arma que tenían prevista?
-La realidad es que en los entrenamientos siempre nos mató a saques (risas). Por ejemplo, había ejercicios en que estábamos 12-12, jugábamos a llegar a 15 puntos y terminaba con tres saques seguidos de Santi. No es casual, porque so también se trasladaba a los partidos. Y empezamos a ver que cuando él iba al saque, los rivales se paraban más atrás, lo respetaban mucho.
-Al margen de que todas las series de cuartos de final terminaron 2-0, los partidos fueron todos muy parejos. ¿En las llaves se notó menos la diferencia que sí hubo en la fase regular?
-Eso nos llamó mucho la atención. Creíamos que la Liga estaba más dividida como en tres o cuatro bloques de tres o cuatro equipos. Pero eso no se vio en los play-offs. Quedó todo mucho más parejo. Y antes eso no era así. El primero contra el octavo o el segundo contra el séptimo era 3-0 y 3-0.
-¿Cuál sería la explicación para eso?
-Creo que los equipos de arriba hicieron una buena temporada regular, y después encontraron con que no eran tan superiores en un partido mano a mano, sino que tenían la misma dificultades para recibir y rotar en pelotas difíciles. Tal vez el hecho de jugar en una cancha neutral equilibra un poco más, eso ayudó, y además, los equipos de arriba tenían más presión, la cual no sintieron durante la fase regular.
-¿Te convence esa situación de escenario neutral o preferías jugar de local y visitante?
-Me parece que está bien en la fase regular el sistema de Tours. No siento que algún un equipo salga beneficiado, mientras todos tengan la posibilidad de ser locales, en tanto y en cuanto quieran serlo. Sí creo que, a partir de cuartos de final, todos tendrían que tener la chance de jugar al menos un partido en casa. Es como un premio también para los jugadores. Jugar de local con la cancha llena. Ni me quiero imaginar lo que hubiese sido un partido de play-off en Once Unidos, contra Ciudad, con Facu Conte, con todo lo que él atrae, lleva, mueve, habla y pelea. Pero como hay equipos que no tienen estadio, creo que el formato de Tours ayuda en la temporada regular, con algunos viajes menos para disminuir el esfuerzo económico.
-Se sabe que lo que pasa en la cancha, queda adentro de la cancha. Pero hubo algunas situaciones que se vieron públicamente y cierto enojo con Facundo Conte. ¿Podrías dar tu visión?
-La verdad es que venía de arrastre. Empezó en Formosa. Creo que Facu se animó a hablarles mucho a los chicos. Yo no estaba, pero vinieron muy enojados. Me lo dijeron un montón de veces que él les había dicho de todo, mal, y que estaban un poco cansados de esa situación. En los dos partidos en Bariloche, si bien dentro de todo se comportó, hubo momentos en los que habló un poco de más o hizo algún gesto sobrador. En un momento que quedamos lado a lado de la red, le dijo “no tenés que hablar con mi equipo. Vos tenés que jugar. Si sos tan bueno, jugá”. Hubo roces, sí. También con Santiago Aulisi y con Iván Quiroga. Porque los provocaba. Por suerte, nosotros habíamos hablado un montón para no entrar en el juego con él, porque cuando lo hacés, juega diez veces mejor. Y cuando te viene a buscar, es porque no le están saliendo las cosas. Realmente, todos esperaban otro tipo de comportamiento. Nada grave, pero en algunos momentos estuvo demasiado pesado. Ya pasó.
-¿La Liga de 12 equipos fue mucho mejor?
-Sí, ni hablar. Nosotros vivimos tres Ligas muy diferentes. De 7, de 10 y ahora de 12 equipos. Sin dudas, la más competitiva fue ésta. La que más nos costó entrar a play-off, la más dura. Nos enseñó muchas cosas. A los jugadores y al entrenador. A reinventarnos, a no bajar los brazos, a modificar sobre la planificación, a no dudar de nosotros mismos.
-Es muy difícil generar los recursos para jugar una Liga profesional. ¿Ya se habló de la continuidad para la próxima temporada?
-Quedamos todos tan conmocionados después de esos dos tie-breaks contra Ciudad, que ninguno pudimos dormir. Nis los jugadores ni el cuerpo técnico. Durante la fase regular nos vimos un poco más lejos y pensamos que quizás no podíamos porque el nivel de la competencia había crecido. Pero con nuestro final de temporada, tuvimos una renovación muy fuerte de energía y volvimos con otra mentalidad. Tenemos muchas ganas de sentarnos con el club y tener una una buena charla, ya la hemos pedido, para tener bien claro cuál es la situación. Sabemos que fue carísima la Liga, que demandó muchos millones de pesos. Son varios puntos a tener en cuenta. Porque de un presupuesto inicial, la inflación lo desvirtúa por completo. Y también lo deportivo es importante. Tenemos que saber cuántos jugadores se van a quedar. Porque si se van dos o tres porque reciben buenas ofertas, se los puede reemplazar. Pero el club no está en condiciones de salir a contratar diez o doce jugadores nuevos. Jugar la Liga es muy lindo y también muy caro. Nosotros somos el equipo con menor presupuesto. Es una decisión que el club tiene que tomar seguro y convencido, para después no echar culpas ni recriminar nada, sino acompañar como se hizo hasta ahora.