"Me gustan los libros y las historias que sorprenden y así armo mi set para que nunca sepas qué puede venir y con que te vas a encontrar", dijo Laborda. Su gran vínculo con Mar del Plata.
Juani Laborda, el joven DJ referente del estilo Open Format que comenzó a pasar música con su hermano, siendo apenas un adolescente, es un asiduo visitante de Mar del Plata. Cada verano suele tener su calendario de fechas para musicalizar las noches y fiestas de reconocidos espacios de entretenimiento para el segmento joven y, en la temporada 22/23, esta ciudad fue su “base” a la que volver entre presentaciones en otros destinos.
“Fue la mejor temporada de mi vida”, asegura cuando se le pregunta por este verano. “Tuve la suerte de viajar por más de quince ciudades en cinco países, en solo dos meses, o mes y medio. Durante una gran parte, Mar del Plata fue mi casa, mi lugar para ir y venir en toda la gira, mi hogar… Y obvio para no faltar a nuestra cita de cada semana en el boliche de la temporada de Mardel, donde tuve noches inolvidables”.
Según contó “en Mardel estuve en una cabina que me encanta, porque está al alcance de la gente. Pueden verme y yo también puedo verlos y relacionarme con cada persona, con cada estímulo. De los dos lados rompimos miles de barreras”, destacó.
Y recordó: “Mar del Plata fue el primer lugar en el que me tire al público y por idea de ellos desde la cabina”. Además, evoocó: “Una pareja que siempre viene a verme me entregó, en plena fiesta, un regalo que trajeron especialmente del Vaticano. No lo podía creer”.
Para Juani, cada set se plantea como “una conversación”.
“Yo voy con una idea y la voy amoldando a lo que me encuentro en el lugar y con la gente. Quizás el espacio no te limita el set, pero sí predispone a la gente de una manera u otra, y hay muchos factores entre medio”, definió acerca de las diferencias entre musicalizar una fiesta en un espacio cerrado o en la playa.
Juani combina su experiencia en publicidad, con su pasión por la música.
Y compartió: “No es lo mismo hacer una noche después de un día increíble de playa que después de un día nublado. Después de un día nublado tenés que poner mucho más de vos y, a la vez, tiene que ser un set de más impacto, que te levante rápidamente, con solidez y mucha energía”.
Pero el mar, su cercanía “siempre tiene un condimento especial, te invita a fluir con y dejarte llevar”.
-Definiste tu estilo como “open format”. ¿Cómo pensás o amalgamás los estilos?
-Open Format se denomina internacionalmente a lo que hago, en Argentina le decimos Cachengue. En mi caso, quizás soy un poco más amplio que lo que suena tradicionalmente en el Cachengue. Escucho música constantemente, lo nuevo y lo viejo, de todas partes, además de generar mis propias versiones de los tracks.
Son bastantes horas al día o semana. Mi manera de amalgamar se da por mil formas, hay conexiones que se dan por rítmica, métrica, tonalidad, clima, temática, otras por género, es una combinación gigante de factores, pero sobre todos ellos está lo emocional, lo que cada canción nos hace sentir.
-¿Qué características tiene el público que te sigue?
-Es gente dispuesta a disfrutar y que le no importe nada más, solo dejarse llevar, contagiando y compartiendo buena onda, sin prejuicio. Puede sonar cliche, pero es así de simple, lo contrario al famoso “qué dirán”, el “no da”, o la postura de estrella. A mí me gusta vincularme, conectar y contagiar lo mejor que tengo para dar, y eso se da de los dos lados. Planteo mi show como una conversación, un ida y vuelta.
-¿Cómo contribuye tu experiencia en publicidad en la manera de pensar y trabajar los climas?
-Mi rol es el de creativo, redactor y me dio muchas herramientas no solo creativas si no tambien narrativas.
Para mi una noche es como una peli, como un guión que tiene que tener sus momentos. Su inicio, el núcleo o conflicto, y al final su resolución. No podés quemar todas las etapas de una, hay que saberlo llevar. Pero esa estructura no puede ser tan rígida u obvia, porque termina aburriendo. En esa búsqueda de salir de la rigidez es donde entra la construcción viva, las emociones y los tiempos, con los que busco generar climas y momentos que hagan al relato y construyan la noche. En mi caso me gustan los libros y las historias que sorprenden y así armo mi set para que nunca sepas qué puede venir y con qué te vas a encontrar. Disfrutemos esta peli, que esta noche somos los protagonistas.
-¿Creés que la postpandemia cambió la forma de divertirse, la demanda de experiencias relacionadas con la música y la fiesta?
-Totalmente, nos mostró que de un día para el otro las cosas pueden cambiar. Se revalorizaron las experiencias y todos elegimos apostar a disfrutar un poco más. Esa ola tuvo una consecuencia muy copada, y fue que todos ganamos más apertura musical, le dimos lugar a escuchar y probar nuevos géneros y artistas, así empezaron a sumarse nuevos nombres a la escena. Más opciones, más experiencias, más data. Es un momento increible para vivirlo.
-¿Qué significó para vos la música, de chico?
-La música es mi refugio y pilar desde siempre, un lugar no solo donde estar sino para expresar. De muy chico, en una Navidad mis viejos me regalaron un grabador, con casette y microfono, era mi juguete favorito y definitivamente fue mi primera consola. Todas las tardes salía al pulmón del edificio a hacer un programa de radio para mis vecinos, poniendo música y presentando canciones y lo más loco es que casi como ahora, todos los veranos ibamos a Miramar y yo trasladaba mi programa para allá. Ibamos en la bici con mi hermano poniendo musica por el barrio y la peatonal.
-¿Hoy, sigue la música teniendo los mismos valores/motivaciones?
-A mí me mueve completamente. Me parece que la clave está en no romantizar las obras o los tiempos, porque te podes llegar a cerrar a los que vienen. No hay nada más lindo que ver cómo cada generación y cada epoca tiene algo para aportar y la música es el reflejo claro. Puede gustarte más o menos, pero si para un grupo de gente tiene valor… mejor volve a mirar.