Juan Manuel Abal Medina la necesidad de declarar por ley la emergencia alimentaria. Explicó que el plan se financiaría con una alícuota diferencial para los grandes supermercados.
Basándose en datos de la FAO que advierten sobre un crecimiento del hambre en América latina -incluso la Argentina- y en las cifras del Indec que marcan que junto a una baja de la pobreza en los últimos meses se registró un aumento de la indigencia, el senador Juan Manuel Abal Medina volvió a plantear la necesidad de declarar por ley la emergencia alimentaria. “En un país que produce alimentos para 400 millones de personas la mitad de las familias no tienen lo que necesitan para nutrirse correctamente todos los días. No es un problema que haya surgido hoy, pero es algo que en los últimos meses se ha agravado”, le aseguró a LA CAPITAL el candidato a diputado por el Frente Justicialista Cumplir. El ex jefe de Gabinete, enrolado en el randazzismo, estuvo en Mar del Plata junto al primer candidato a diputado por esa fuerza. Eduardo “Bali” Bucca, acompañando a la candidata a senadora provincial Inés Arrondo y al primer candidato a concejal Fernando Maraude.
“En una campaña en la que no hay propuestas nosotros estamos impulsando esta idea”, remarcó, asimilándola con la declaración de la emergencia social, sancionada por el Congreso a fines del año pasado. “Lejos de dedicarnos a llorar por haber perdido la elección o a sólo criticar al gobierno nosotros buscamos soluciones”, sostuvo.
– ¿Cuáles son las disposiciones puntuales que de la emergencia alimentaria que se está proponiendo?
– El objetivo es crear un programa nacional con la participación de los ministerios de Salud y Desarrollo Social y organizaciones sociales para hacer un gran mapa de la nutrición en la Argentina, identificando lo que le falta a la gente para comer y por lo que la gente come mal. Para financiarlo planteamos una tasa específica de Impuesto a las Ganancias para los grandes supermercados, que han sido los grandes beneficiados de la concentración económica. Va a ser más alta en general y va a bajar si esas empresas se comprometen a favorecer la compra a los pequeños y medianos productores de la zona.
– ¿Y los supermercados qué dicen al respecto?
– Estamos consensuando esto en tanto una política de incentivos, pero son discusiones que se tienen que dar. Otra idea que estamos trabajando es en un impuesto específico para las bebidas de alto contenido calórico, como hay en muchos lugares del mundo. Acá no se trata de sólo darle comida a la gente, sino de promover una alimentación saludable.
– ¿No teme que un proyecto de este estilo se resienta por la falta de compromiso del Gobierno a la hora de aplicarlo, tal como muchos señalan que sucedió con la emergencia social?
– Siempre va a estar ese riesgo. Pero la emergencia social plantea pasar de la cultura del plan a la cultura del trabajo porque la pobreza estructural no se termina con planes sociales sino con la cultura del trabajo. El Gobierno ha entendido el reclamo, ha dado recursos económicos, pero después no acompañó con otras herramientas, es cierto. Pero siendo sincero hay que reconocer que se van consiguiendo los recursos. Sobre todo el área de Desarrollo Social del Gobierno tiene una mirada interesante en un tema, que en verdad, nuestro gobierno no tuvo.
– El Gobierno se entusiasma con el dato del Indec que habla de caída de la pobreza. ¿Es para celebrar?
– Es una reducción de la pobreza, pero acompañada por un aumento de la indigencia que preocupa. Creo que eso muestra que este modelo económico y social puede generar un crecimiento muy pobre, en el mejor de los casos, con tasas del 2 o el 3% y con muy poca generación de empleo. Con este modelo y sin políticas activas de otra naturaleza es muy difícil que haya espacio para más de 40 millones de argentinos.
– En el Coloquio de IDEA se percibe algo de entusiasmo frente a las políticas económicas que pueda impulsar de ahora en más el Gobierno. ¿Le parece justificado?
– Los empresarios se han entusiasmado muchas veces sin comprometerse con la inversión. Nosotros como opositores creemos que el rumbo económico es desacertado, pero como todos, queremos que al país le vaya bien. Sólo que para eso los empresarios tienen que invertir.
– Pero para invertir piden que el Gobierno cumpla con reformas impositivas, laborales, previsionales. ¿Está de acuerdo?
-Gran parte de los empresarios siempre quieren arreglar los problemas de competitividad de la manera más fácil posible, que es bajando salarios. En verdad es que no son muy imaginativos. La tarea del Estado es pensar la competitividad en términos globales y sostenibles. Con la baja de salarios Argentina no va a llegar a competir nunca con los salarios del sudeste asiático y por eso hay que trabajar en otra agenda. Y dentro de esa agenda trabajar sobre lo impositivo es más factible.
– ¿Por qué?
– Lo que vemos es que se puede generar un entendimiento para hacer una reforma muy gradual. No es que se pueda proponer hoy eliminar el Impuesto al Cheque, que les provee 150.000 millones de pesos a las provincias y a la Nación. La reforma posible es la de ir eliminando impuestos distorsivos lentamente a cambio del aumento de otros. Y armar una agenda de mediano y largo plazo. Los empresarios seguramente querrán que mañana mismo no haya más Impuesto al Cheque y que los ingresos brutos de las provincias bajen a la mitad. Lo que sí se puede hacer es un compromiso mutuo entre Nación y provincias para ir bajando estos gravámenes. Existe esta oportunidad. Un ejemplo es el de disminuir el Impuesto al Cheque para aplicar el impuesto a la renta financiera, definitivamente. Yo creo que el Gobierno lo va a hacer, porque sino se lo vamos a imponer nosotros en la agenda.
– ¿Se pueden hacer reformas de esa naturaleza con alto déficit y alto ritmo de endeudamiento?
– Salga como salga la elección ningún bloque va a ser mayoritario, en un momento en el que les conviene a todos llegar a entendimientos para resolver los problemas. Si es cierto que hay un déficit enorme y sí es cierto que hay una dinámica de endeudamiento que nos preocupa mucho. Por eso nosotros sacamos una media sanción en el Senado para recuperar el control parlamentario del endeudamiento, pero hace un año y medio que eso está en Diputados. Tenemos que recuperar el control parlamentario para saber cómo nos endeudados, a qué tasa, en que plazos y ante qué tribunales. Si bien hoy el stock de deuda sigue siendo razonable, a este ritmo va a dejar de serlo rápidamente.
– ¿Qué opinión le merece la decisión de Vidal de pedirle a la Corte que descongele el monto del Fondo del Conurbano?
– Muy correcta, la apoyé desde el principio. Cuando vino al Senado por primera vez ella hizo un discurso muy duro contra la gestión de Scioli, diciendo cosas que compartimos, pero más allá de esta discusión le dije que iba a tener nuestro apoyo para discutir por la coparticipación. Que la Provincia haya perdido 10 puntos de la coparticipación explica la falta de hospitales, escuelas o rutas. Con su decisión se ha avanzado mucho porque si bien se señala que los gobernadores se oponen, hay que destacar que esta es la primera vez que los gobernadores reconocen la legitimidad del reclamo. Ya no se discute si a la provincia le corresponde o no, sino quién lo tiene que pagar.