Reconocimiento al especialista que, desde hace 30 años se encuentra al frente del área de Entomología del Museo de Ciencias Maturales Lorenzo Scaglia.
Le parece ayer, pero fue en junio de 1987 cuando Juan Farina pasó por primera vez las puertas del edificio de Libertad y la costa como empleado y no como un visitante más. Desde entonces, es el encargado del área de Entomología del Museo de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia, donde cada día trabaja en las colecciones de insectos, busca, reconoce especies, cataloga, estudia archiva, atiende a las personas que le llevan en frascos “raros bichitos” que encontraron cerca de su casa para saber de qué se trata.
No fue fácil. Farina debió conocer, abordar y llevar a su casa a un destacado entomólogo nacional Abraham Willink, para mostrarle su trabajo y pedirle una carta de recomendación. De esa forma, logró ingresar como empleado al Museo y dejar la tornería de su padre.
Son 30 años de trabajo formal en el área, pero, en realidad, Farina lleva una vida fascinado por los insectos. En realidad dice que los observa, los persigue, los colecciona, desde que tiene memoria. Nació con la vocación. Parte de la colección que inició de pequeño, continuó en su adolescencia y perfeccionó durante los años que estudió biología en la Universidad Nacional de Mar del Plata, forma hoy parte del acervo que el cuida en el Museo Municipal, “mi segunda casa” asegura. Allí fue el creador del reservorio de más de 15000 especies de “bichitos” del sudeste bonaerense y de otras zonas de la provincia -hay insectos, arácnidos, miriápodos y crustáceos-.
“No me recibí de biólogo, soy autodidacta, pero siempre me formé, estudié, hice cursos con gente que sabe mucho, me perfeccioné y me mantuve actualizado” asegura el referente, quién además forma parte del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Biotecología (Inbiotec).
Por su trayectoria y dedicación, Farina será reconocido hoy, en el Concejo Deliberante, como “Vecino destacado”. La distinción se le dará en el marco de un acto a realizarse a las 10.30 en el Recinto de Sesiones del cuerpo deliberativo.
“Más allá de mi sorpresa ante esta iniciativa, ya que jamás trabajé pensando en ningún tipo de reconocimiento, estoy sumamente agradecido y me honra esta distinción” confió el responsable del área de entomología del Museo. Y aprovechó la ocasión para agradecer. “Esto no sería posible sin el aporte de muchas personas que he conocido a lo largo de estos años y que por algún motivo me ha permitido llevar adelante esta actividad y cumplir con mi vocación científica, en particular, aquellos que han confiado en mí y me dieron la posibilidad de llevar adelante este desafío y hacer que el trabajo, además de placentero para mí, haya posibilitado sentar las bases en esta institución de un conocimiento de la entomofauna regional que está disponible para todos aquellos estudiantes, profesionales, artistas o curiosos de la naturaleza que tienen a los insectos (y otros artrópodos no menos simpáticos) como objeto de estudio o interés”.
La curiosidad infantil de Farina por los insectos no solo se mantuvo a lo largo de los años, sino que fue adquiriendo valor en la medida en que tomaba conciencia de su importancia. Es que el especialista no solo los valora como objeto de estudio, sino por su rol en el medio ambiente. “Los insectos son indicadores de biodiversidad”.