La participación de las juventudes en la política siempre ha sido el motor de los nuevos rumbos dirigenciales. Las Universidades, por ejemplo, suelen ser los semilleros de quienes en corto y mediano plazo se convierten en referentes partidiarios. A su vez, este camino conduce a un mayor compromiso con los temas comunes a la sociedad, fortaleciendo y mejorando la calidad democratica e institucional.
Melina Vázquez, investigadora del Conicet y docente universitaria, se refirió en declaraciones Portal Universidad a la injerencia de las juventudes en la política y su rol en los tiempos que corren.
Si tuviesemos que remitirnos a los orígenes de la incorporación de nuevas generaciones en este ámbito, “tiene que ver con una mirada histórica y relacional, donde se pueda entender un poco qué pasa entre las generaciones, si es algo propio de las juventudes o no”, afirmó.
La investigadora explicó que “estos movimientos se vieron en su momento con el kirchnerismo y se puede ver ahora con el crecimiento de la visibilidad pública de los libertarios”.
Haciendo referencia a la participación desde el punto de vista generacional, comentó que “en la década del 90 aparecía esta idea de que la juventud era apática y muy difícil discernir. Y de hecho explotó en el 2001, porque se venía gestando mucho más lentamente, desde abajo e involucraba generacionalmente a distintos grupos. Es interesante tener una mirada histórica y entender en cada contexto qué juventudes, formas de participación y en qué clima y ciclo político pasa esto”.
Historicamente, se idealizó a las nuevas generaciones en un plano vinculado más cercano a lo revolucionario, y esta idea es argumentada desde la década del 60 donde “fueron momentos de mucha visibilidad de las juventudes y nos quedó asociado a la idea de una revolución en el sentido progresista”.
Igualmente, “tampoco la juventud es revolucionaria o transformadora. Algo paradojal que surge es que las juventudes libertarias, cuando uno entrevista o lee un poco los materiales que circulan entre ellos, acusan a las juventudes kirchneristas de ser conservadoras e intentan disputar para sí mismos el atributo de revolucionarios”, consideró.
La producción artística y cultural también es importante para entender la participación política, que se ve “tanto en las redes con influencers, como en remeras, pins y consumos cultuales”. A lo que agregó que, “como en cualquier manifestación, suele haber los típicos manteros, que venden remeras o pañuelos verdes, en los actos políticos libertarios también encontramos ese tipo de productos culturales con consignas, es decir que hay una producción de un sentido cultural”.
Influencers, outsiders y la política en nuevas generaciones
Los influencers o intelectuales, que tienen mucho consumo y circulación en las redes sociales, “acercan ideas a jóvenes que tal vez no son activistas ni se reconocen como militantes en un espacio político, pero donde estas ideas empiezan a tener una cierta circulación. Van construyendo un sentido de que es disputable, es revolucionar lo existente que un poco rompe los esquemas, que es interesante y complejo”, afirmó.
Esta situación, muchas veces es acompañada por el fanatismo que genera la visualización de un influencer y la inserción a la política. “Hay que tomarlo enserio, no es algo local sino tiene que ver con un ciclo mundial y regional, donde por ejemplo la figura de Trump forma parte de estos sentidos que se van construyendo. La cuestión de cómo piensan la tenencia de armas está fuertemente incluida de ciertas visiones en Estados Unidos y la legalización del uso de las armas en algunos estados”, mencionó Melina.
Vázquez argumentó que este nuevo fenómeno, “tiene persistencias donde de repente este discurso que puede ser revolucionario o incorrecto políticamente. El animarse a decir lo que no se espera, cuando se han avanzado con la conquista de un montón de derechos, para ellos es algo transformador y si dudas hay una propuesta regresiva en materia de avance y conquista de derechos”.
Entre los jóvenes que participan de las movilizaciones opositoras, “hay un perfil muy heterogéneo entre esos militantes, por ejemplo entre los libertarios claramente son un sector de clase media baja o popular, interpelados más que nada por varones”, comentó.
“Milei disputa un poco la representación de esas juventudes enojadas que dicen cosas que son incorrectas, pero que esta en contra de la ley del aborto y del aborto en sí. Combina un discurso que pretende ser revolucionario pero que es conservador”, destacó.
Haciendo referencia a la idea de casta política que es mencionada por el diputado, dijo que “de alguna manera, no solo Milei disputa la participación de la juventud, que supo movilizar políticamente el kirchnerismo, sino que también este decurso de la anti política que fue tan productivo y rendidor en términos políticos para el pro”.
Por último, Melina planteó que “es interesante pensar no solo cuales son las figuras que hoy influyen, sino también cómo se leen generacionalmente en función de las claves de lectura actual. Y ese mundillo mas de las finanzas y de la economía es un lugar fuerte, como también el mundo de los influencers y los espacios claramente de anti derechos”.