Diez de las 16 líneas del metro están cerradas y las demás saturadas, los autobuses con cuentagotas y hay enormes atascos en los accesos a la capital.
por María Elena Bucheli
PARIS, Francia.- Los parisinos viven un “viernes negro” en los transportes públicos debido a una huelga, la más grave de los últimos 12 años, para protestar contra la reforma de las pensiones que prepara el gobierno francés.
Diez de las 16 líneas del metro de París cerradas y las demás saturadas, los autobuses con cuentagotas y enormes atascos en los accesos a la capital evidenciaban el primer gran envite sindical contra la delicada reforma de las pensiones impulsada por el gobierno del presidente Emmanuel Macron.
Dié Sokhonadu, de 25 años, esperaba desde las primeras horas de la mañana en un andén de la línea 12 que cruza París de norte a sur, pero ningún metro circula. “Si no hay ningún metro voy a tener que regresar a casa”, suspira este obrero que trabaja en la renovación de la catedral de Notre- Dame, en pleno centro de París.
Muchos franceses optaron también por trabajar desde su casa.
“No quería perder tiempo intentando tomar el metro, mi línea está cerrada”, cuenta a la AFP Anne-Sophie Viger, ejecutiva en una empresa de seguros.
La Red de transportes de cercanías de París e Isla de Francia (RATP) pidió la víspera a los parisinos que se desplazaran únicamente en caso de que fuera estrictamente necesario y puso en marcha para este viernes “soluciones alternativas de movilidad”, que incluyen el uso gratuito limitado de motos o bicicletas eléctricas de libre servicio, subsidios a quienes compartan sus coches o aparcamiento a mitad de precio.
La peor huelga en 12 años
Esta huelga es la primera gran movilización contra el plan del presidente Emmanuel Macron de implementar un sistema de pensiones “universal”.
Los trabajadores del metro de París, así como los empleados de otras profesiones que desempeñan labores consideradas difíciles o peligrosas, perderían así los beneficios asociados a sus regímenes especiales, que actualmente les permite, por ejemplo, jubilarse antes que los demás franceses.
El auditor del Estado francés, el Tribunal de Cuentas, afirma que la edad media de jubilación de los trabajadores de la RATP en 2017 era de 55,7 años, frente a los 63 años de la mayoría de los trabajadores franceses.
Estos regímenes “no son una ventaja, sino un derecho”, afirmó el jueves a la radio RTL Philippe Martinez, secretario general de la CGT, uno de los principales sindicatos de Francia, para quien esta movilización es una muestra del “descontento en el país”.
Esta huelga se perfila como la mayor en los transportes de París desde 2007, cuando el expresidente Nicolas Sarkozy impulsó una reforma de las pensiones que retrasó la edad de jubilación de la mayoría de los funcionarios públicos.
“Estoy en la RATP desde 1996 y nunca había visto algo semejante. Tantos huelguistas, de todos los oficios, e incluso algunos directivos movilizados. Las pensiones afectan a todos”, dijo al diario Le Parisien Marc Brillaud, del sindicato SUD.
La reforma del sistema de pensiones es una promesa de campaña del presidente Emmanuel Macron, quien se comprometió a eliminar los 43 distintos regímenes especiales y a crear un sistema “universal” mediante el uso de puntos, en el que “1 euro aportado otorga los mismos derechos”.
Frente a este proyecto potencialmente explosivo, el gobierno quiere hacer frente a la situación con calma. “Nos tomaremos todo el tiempo necesario” para abordar la reforma de las jubilaciones, antes de un voto previsto en 2020, prometió el jueves el primer ministro, Edouard Philippe.
AFP-NA