La vivienda no sólo es de material, sino que también está amoblada, y con todo lo necesario para que ella y sus hijos puedan vivir en las condiciones que merecen.
El grupo solidario Gigantes de Amor se vinculó con Jorgelina hace casi un año, cuando en un festejo por el día del niño vieron las condiciones de precariedad en las que vivía. En ese momento, sintieron que había que ayudarla.
No sólo las condiciones de su vivienda eran poco dignas, sino que la sensación de inpotencia hacía que Jorgelina estuviera pasando un proceso de deterioro de su ánimo. Sentía que no tenía la fuerza ni las capacidades para revertir la situación en la que vivía. En ese contexto, sus hijos eran los que salían más perjudicados: sin un espacio cómodo para vivir, y con una mamá que, aunque hacía todos los esfuerzos posibles, no podía combatir la tristeza.
Así fue que, después de que Jorgelina tuviera que ser evacuada a principio de año por unas inundaciones, los miembros de Gigantes de Amor tomaron una decisión: construirle una casa de material.
Desde entonces hasta ahora, se trabajó mucho, y fueron otros tantos quienes colaboraron. Se realizaron eventos solidarios y rifas, y se pidió la colaboración de otros grupos, que pronto se animaron a sumarse.
Hoy, después de tanto esfuerzo, Jorgelina está en su casa nueva. No sólo es de material, sino que también está amoblada, y con todo lo necesario para que ella y sus hijos puedan vivir en las condiciones que merecen. Además, Jorgelina recibió ayuda también para superar el mal momento que pasaba y hoy puede cuidar de sus niños y su bebé recién nacido con esperanza.