El marplatense debutó como volante central con Yllana, en 2011, a los 19 años. Estuvo a punto de irse del club en 2012. Berti le dio confianza y se asentó como titular en 2014. Quiroz lo hizo jugar como zaguero y allí rindió en gran nivel.
Por Víctor Molinero
vmolinero@lacapitalmdq.com.ar
Los hinchas de Aldosivi, en su mayoría, no atesoran buenos recuerdos de los pasos de Andrés Yllana y Alfredo Berti por la dirección técnica del club portuense.
Sin embargo, a la distancia y más allá de los pobres resultados que ambos cosecharon, uno y otro fueron importantes para la aparición de un jugador que hoy es uno de los puntos altos del equipo en Primera División. Un jugador del club, con proyección de venta.
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“Hizo un gran partido. Era su debut y lo hizo con mucha personalidad, pidió siempre la pelota. Lo metimos a la cancha porque desde que estamos acá nos viene demostrando que juega bien al fútbol, y como siempre digo, los que juegan bien intentamos que jueguen todos”, manifestó en su oportunidad Yllana sobre Jonatan Galván, el pibe al que había hecho debutar como volante central aquel 3 de septiembre de 2011, en un 5-0 como local ante Guillermo Brown de Puerto Madryn por la cuarta fecha de la B Nacional 2011/2012.
Galván tenía 19 años y asomaba en Aldosivi.
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En la pelea de asentarse en primera estaba Galván cuando para la temporada 2012/2013 Sebastián Rambert sumó más de una docena de refuerzos y el pibe marplatense que había llegado al club a los 14 quedó relegado otra vez.
Por eso al finalizar el campeonato Galván tenía decidido probar suerte en otro lado. Tristán Suárez en la Primera B Metropolitana parecía ser su destino. Pero la llegada de Alfredo Berti cambió los planes. Porque el ex técnico de Newell’s le renovó la confianza, lo puso como titular y, si bien se tuvo que ir por los malos resultados en mitad del campeonato, Galván ya se había afianzado como un jugador profesional.
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Desde entonces, y fundamentalmente a partir de la decisión de Fernando Quiroz de ubicarlo como zaguero central el año pasado, ya con el equipo instalado en Primera División, Galván no paró de crecer. Al punto que fue probablemente el jugador de mejor rendimiento en el torneo de Transición que acaba de finalizar. Y aparece, junto a otro marplatense del club como Santiago Rosales, como el futbolista con mayor proyección de venta para la dirigencia de Aldosivi.
De todo eso, de Yllana, Berti, Quiroz, su pasado, presenta y futuro en el club habló Jonatan Galván en una entrevista realizada en la redacción del diario LA CAPITAL.
– ¿Coincidís que en el torneo que terminó se vio al mejor Galván?
– En lo personal, estos meses fueron los mejores de mi carrera.
– ¿Y seguís “protestando” por tener que jugar de zaguero?
– Hoy ya no. Lo he hablado con “Teté” varias veces y le comuniqué que ya se me hacía muy complicado volver a jugar de volante central.
– Pero en su momento avisaste que tu deseo era jugar en el medio…
– Si si, le dije que no tenía ningún problema en jugar como defensor pero que mi posición natural era la de volante.
– Sin embargo hoy alcanzaste como defensor un nivel y reconocimiento que por ahí no se te había dado como volante…
– Quizás la forma de juego, que ha variado durante estos años, por ahí no me beneficiaba como volante. Va a ser muy difícil que vuelva a jugar ahí.
– Se te ve más suelto atrás. ¿Lo habías hecho en inferiores?
– En inferiores lo había hecho varias veces. En cuarta y quinta.
– ¿Y qué considerás que te favorece para haber alcanzado este nivel como defensor?
– Me favorece el panorama que uno tiene desde atrás. El defensor tiene un tiempo más que el volante, que está en mayor contacto y con más presión. Se mueve en una zona con más jugadores.
– Se veía desde afuera que vos tenías buen manejo pero por ahí, con la presión que hay hoy en el medio, te costaba imponerte. Ahora, con mayor panorama, buen juego aéreo, se te ve más cómodo…
– Sí, por ahí mis características no son tanto de volante central porque no soy un jugador rápido. Haber retrocedido unos metros me benefició. Y también tengo buena altura que eso ayuda.
– ¿Y Quiroz te permite irte arriba? Se ve que te gusta…
– (Sonríe) Por lo general me pide que me resguarde un poco porque me gusta agarrar la lanza e irme. Me dice que lo haga dos o tres veces por partido, eligiendo bien los momentos. Y está bien porque si lo hacés siempre perdés sorpresa.
– Jugaste con Ledesma, Ortíz, con Lequi en 2015. ¿Con quién te has sentido más cómodo?
– Con Matías (Lequi) me sentía muy cómodo porque él manejaba el perfil zurdo y yo el derecho. Pero con Guille (Ortíz) también me sentí muy cómodo. No necesitábamos hablarnos demasiado para acomodarnos.
– En el último torneo podía cambiar el compañero de zaga pero vos eras una fija…
– El equipo y el cuerpo técnico me dieron una responsabilidad mucho más grande en este torneo y eso me hizo bien. Maduré como jugador.
– ¿Qué creés que le faltó a Aldosivi para repetir la excelente campaña de 2015?
– Ser más contundentes de local. De haber ganado los partidos contra Unión, Temperley o San Martín de San Juan, que para nosotros son rivales directos, estaríamos hablando de un Aldosivi con 25 puntos y cambia totalmente la ecuación.
– ¿Mira el jugador lo que viene en cuanto a la reestructuración del campeonato. Si va a haber cuatro, seis o diez descensos?
– Siempre estás atento pero vos jugás igual cuando empieza el torneo. Por ahí es la gente la que está más ansiosa con ese tema porque en este último torneo no hicimos una gran campaña y no llegamos al objetivo de los 20 puntos. Pero nosotros estamos tranquilos. Sabemos que vamos a hacer las cosas y bien y que no vamos a tener problemas con el descenso.
El sueño de ser campeón
– ¿Y con qué soñás en el fútbol? ¿Una transferencia al exterior?
– El sueño que siempre tiene uno es ser campeón, poder dar una vuelta olímpica. Y jugar en alguno de los cinco grandes no se si es un sueño pero si que está dentro de los objetivos.
– ¿Sos hincha de alguno de esos cinco grandes?
– De Boca. No soy hincha de Aldosivi pero después de estar tantos años acá le tomé cariño a la gente y a la camiseta. Obviamente que nunca jugaría en Alvarado pero soy hincha de Boca.
– Santiago Rosales, en una entrevista que hicimos un par de meses atrás te marcó como su referente, aunque no sos mucho más grande…
– “Santi” es un pibe muy humilde al que quiero prácticamente como un hermano menor. Carranza y Lugüercio también lo ayudaron mucho cuando él volvió al plantel después de que lo habían bajado a cuarta división. Somos amigos y lo conozco de muy chiquito. Yo jugaba con los hermanos mayores.
– En el barrio cómo jugaba porque se lo ve muy despreocupado…
– Así jugaba en el barrio y así juega ahora. Es como que no tiene noción de lo que está pasando y eso por ahí lo hace diferente.
– ¿Eran “picantes” esos torneos de barrio que jugaban no?
– Si. Jugábamos un torneo que se sigue haciendo. En Nación, en Quilmes…, lo organizaba la gente del barrio. Diez o doce equipos y se juega por plata. Se pone una inscripción y hay premio para el campeón y el segundo nada más.
– ¿Y hoy cuando mirás por televisión partidos de Europa a qué seguís más? ¿A volantes centrales o a zagueros?
– Miro las dos cosas. Principalmente defensores centrales pero sigo mirando a los que juegan de “cinco”. Pirlo era un fenómeno. Un jugador distinto.
Yllana, Berti, Franco…
– Debutaste en 2011…
– Sí, con Andrés Yllana. Me hizo debutar contra Brown de Madryn en el Minella.
– Y tuviste técnicos muy distintos: Yllana, Quiroz, Franco, Berti… ¿Qué te ha quedado de ellos?
– Lo que más me quedó es la forma de juego de Darío Franco. La personalidad para imponer lo que quiere. Y también lo de Berti. Porque es un técnico que ha jugado en mi posición y me marcó muchísimo. Lamentablemente no se pudo quedar en esa campaña que terminó con el ascenso. Berti me aconsejaba mucho sobre la posición, sobre cómo manejar los perfiles. Eso me marcó mucho.
– Es curioso porque en Aldosivi los hinchas no tienen un buen recuerdo de Berti y a vos te ayudó…
– Es verdad que por ahí para los hinchas fue malo que Berti haya venido a Aldosivi. Para mi fue bueno. Yo estaba a punto de irme a Tristán Suárez y tenía cinco o seis jugadores adelante. Me dio la oportunidad de jugar, creo que la aproveché y jugué los 21 partidos del ascenso en 2014.
– De Franco, muchos jugadores reconocen que los hizo crecer aunque hayan tenido cruces por su personalidad…
– Con Darío siempre hay cosas así porque por ahí en alguna práctica está normal y de la nada te pega un grito. Y alguno reacciona. Pero es un buen técnico, que está muy convencido de lo que hace.
Su relación con el hincha
– Hoy tenés contrato vigente con Aldosivi…
– Renové a principio de este año y tengo hasta junio de 2018.
– ¿Y recibiste vos o tu representante alguna oferta para salir del club ahora?
– Hasta ahora nadie me llamó. Ni a mi ni a mi representante.
– ¿Y cómo es tu relación con la gente de Aldosivi?
– Por lo general siempre tuve una buena relación con la gente de Aldosivi. No soy muy demostrativo y por ahí algunos me tildan como que soy de Alvarado, por ahí por el barrio en donde viví.
– Pero esas son cosas que por ahí quedan en las redes sociales…
– Y bueno pero hoy la gente le presta mucha atención a las redes sociales
– ¿Y vos?
– La verdad que no pero siempre te llega por algún amigo o familiar. Igual trato de no darle bola porque si le hacés caso a todo lo que se dice en las redes sociales en cierto punto te perjudica.
– Llevás casi diez años en el club…
– Llegué a los 14 a Aldosivi. Estuve dos años en Camet cuando era muy chico y a los 7 me fui a Almagro Florida. Cuando el club se desafilia todos los chicos quedan libres y “Curly” Peralta me dice de ir a Aldosivi. Hice dos pruebas y quedé.
– ¿Con qué club te encontraste entonces y qué club ves ahora?
– Cambió mucho. Se nota en las instalaciones del club. Y también como se expandieron los hinchas de Aldosivi por la ciudad. Hoy vas a cualquier lugar y ves hinchas o gente con la ropa del club. Eso es importante.
– ¿Y sentís el afecto de la gente en la calle o, en Mar del Plata, todavía no se percibe esa identificación con el jugador?
– Por ahí alguno te para en el centro para alguna foto y yo no tengo drama pero por lo general paso desapercibido. Ando tranquilo. Soy muy perfil bajo.