Tiene 34 años y hace 15 emigró a Estados Unidos con una beca para estudiar y jugar al básquetbol en una universidad cercana a Manhattan. Luego, trabajó en dos famosos bancos y hoy se codea con estrellas del deporte mundial.
Por Bruno Verdenelli
verdenelli@lacapitalmdq.com.ar
Si hay alguien que podría lucir a la perfección el traje de “marplanauta”, ese es Iván Maggi. El término, claro, no existe. Es más bien un concepto inventado por el ciudadano local, como el de “trotadora”. Aunque este, tal vez, se vuelve más sencillo de interpretar: un “marplanauta” es un marplatense que pulula, alto, por el planeta. Y además, es, a pesar de ello y por antonomasia, alguien anónimo.
Así es, más o menos, la historia de Iván, que se fue a vivir a Nueva York en 2009. Ahora, 15 años después y a sus 34, tiene un trabajo sorprendente: es delegado sindical de la NBA. Se codea con estrellas deportivas y del espectáculo, habla con personajes sumamente poderosos, y sin embargo, cuando vuelve a Mar del Plata, cada algunos meses, y camina por las calles de siempre, nadie que no sea parte de su entorno lo conoce. Un auténtico “marplanauta”.
“Todo empezó en Unión -cuenta Iván-, donde mi papá trabajaba con categorías formativas, y donde me trajo a entrenar por primera vez. Fueron mis inicios en el básquet, lo que tuvo una gran repercusión en lo que después fue mi vida personal y profesional”. Claro, su padre, Diego Maggi, había sido un reconocido jugador de la Liga Nacional (Ferro y Peñarol, entre otros) y de la Selección Argentina. E Iván, indefectiblemente, intentaría seguir sus pasos.
Al terminar el colegio, consiguió una beca para estudiar y jugar en Estados Unidos. “Fue en una universidad del norte del estado de Nueva York, cerca de Manhattan. Llegué, estuve ahí, me recibí y luego empezó mi carrera profesional: salté de la universidad a unos bancos. Estuve en JP Morgan, después en Morgan Stanley, y ahora estoy en la Asociación de Jugadores de la NBA, donde soy delegado sindical para el Sindicato de Jugadores de la NBA, un nexo entre la Asociación de Jugadores -que es el sindicato- y los jugadores extranjeros de la NBA”, explica en una conversación con LA CAPITAL, a lo largo de un paseo por el club que lo vio crecer, y durante su última visita a Mar del Plata con motivo de la celebración de su cumpleaños.
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Acto seguido, y acerca de su trabajo, agrega: “Me encargo un poco de desarrollar las experiencias internacionales que armamos para los jugadores, pero el día a día es estar cerca de los jugadores internacionales y ayudarlos en lo que necesiten“.
Respecto de cómo consiguió semejante cargo, Iván dice que “se dio un poquito por coincidencia, por estar en el lugar correcto, en el momento indicado”. “Lo más normal para llegar a ese puesto sería encontrar la posición on line y aplicar. En mi caso terminó siendo una cadena de a quién conocía. Mis referencias finales fueron Pablo Prigioni y Tiago Splitter, quienes terminaron hablando con mi jefe y dándole el visto bueno para que me contrate. Pero bueno, fue un poquito de coincidencia y haber estado en el lugar correcto”, señala.
Si bien debido al trabajo que tiene viaja continuamente por el mundo, Iván se encuentra establecido en Nueva York, cuidad que le apasiona. “Lo que más me gusta de vivir en Nueva York son las oportunidades profesionales que hay, las puertas que me abre el estar ahí”, apunta.
Por su trabajo en la NBA, el marplatense trata con estrellas del deporte y el espectáculo de fama internacional.
Y como contrapartida, remarca las cuestiones negativas de haber emigrado: “Lo que menos me gusta es estar lejos de mi familia y de mis amigos. Si bien hace mucho que estoy ahí, sigo muy apegado a Mar del Plata, a todos mis amigos y a toda mi familia que está acá. Pero bueno, es la decisión que tomé hace ya casi 15 años y es mi estilo de vida hoy en día”, subraya.
Extrañar lo mismo
Iván define a Nueva York como “una ciudad muy cosmopolita”. “No hay mayoría de nada. No hay ni muchos argentinos ni muchos estadounidenses, te diría”, describe. Y ante la consulta de cómo son vistos allí los argentinos como él, contesta: “Argentina ganó mucha popularidad después del Mundial, con Messi ahora llegando al fútbol estadounidense, pero no tenemos ningún tipo de reputación como por ahí puede haber en algún otro país sudamericano o en España. Somos uno más”.
El hecho de ser uno más en una jungla de cemento poblada por millones de habitantes que llegan desde distintos sitios del planeta, hace que cualquiera pase desapercibido, incluso personajes de fama internacional. Con muchos de ellos se relaciona o se ha relacionado Iván, que igualmente admite que la vorágine neoyorkina muchas veces lo hace extrañar “el día a día de Mar del Plata”.
“Extraño un poco lo mismo. El día a día de allá, cuando estoy acá, y el día a día de acá, cuando estoy allá. Por ahí un poco me gusta la tranquilidad de Mar del Plata y el poder arma planes espontáneos, y extraño la acción del día a día de Nueva York. Cuando estoy en uno, extraño el otro”, expresa.
Sin embargo, eso no alcanza para pensar en un posible regreso. “Está difícil que vuelva. Tendrían que cambiar mucho mis prioridades profesionales. Hoy en día estoy en un buen lugar, donde estoy muy cómodo, y realmente no es algo que me plantee”, concluye.