Hasta ahora los campus universitarios se encontraban trabajando con estrictas condiciones. Dinamarca y Finlandia lo harán entre agosto y septiembre. En Suecia y Noruega aún no tienen fecha de apertura.
por Anxo Lamela y Juanjo Galán
COPENHAGUE/HELSINKI.- Mientras las universidades islandesas reabrieron con restricciones desde principios de este mes, Dinamarca y Finlandia planean hacerlo antes de que acabe el verano y en Noruega y en Suecia aún no está claro qué ocurrirá el próximo curso, en medio de la pandemia de COVID-19.
Aunque no todos los países nórdicos cerraron sus escuelas primarias a mediados de marzo, cuando se decretaron las primeras medidas restrictivas por el coronavirus, sí que lo hicieron institutos y universidades que, salvo en Islandia, continúan cerradas, aunque con excepciones para laboratorios y trabajos de campo.
Islandia, que registró la última muerte por COVID-19 hace un mes y apenas detectó contagios en las semanas recientes, inició el 4 de mayo la primera fase de su desescalada con una amplia reanudación de la vida pública, que incluyó una reapertura lenta y gradual de las universidades.
Los siete campus de la Universidad de Islandia llevan abiertos desde entonces, pero con bastantes restricciones, debido a las reglas de higiene y de distancia social, así como de concentraciones de personas en espacios públicos.
Así, por ejemplo, el número de sillas por mesa en aulas de estudio, laboratorios y en cualquier local de la universidad se limitaron para cumplir la regla de dos metros de distancia y el número de personas juntas, a 50, el máximo permitido por las autoridades.
También se establecieron limitaciones para el personal de los centros universitarios, estableciendo o dos turnos de trabajo o trasladando a la mitad a otro lugar de trabajo temporal, sin que ambos grupos estén en contacto para reducir el riesgo de transmisión del virus.
Esas restricciones podrían ser aliviadas a partir de la próxima semana, ya que el lunes se amplían a 200 el número de personas concentradas permitido y, en tres semanas, podría subir a 500, según adelantó hace unos días el epidemiólogo jefe de la Dirección de Salud, Þórólfur Guðnason.
La reapertura permitió mantener el calendario de exámenes en las universidades, que ampliaron su calendario de cursos de verano, a los que podrán acceder alumnos residentes en el extranjero.
Apertura prevista en Dinamarca para agosto
De acuerdo con el plan de normalización presentado hace una semanas por la primera ministra socialdemócrata, Mette Frederiksen, la apertura de universidades está incluida en la cuarta fase, prevista para agosto, aunque todavía no se ha concretado una fecha ni tampoco cómo se desarrollará.
Aparte de las restricciones relacionadas con la higiene y la distancia social de un metro falta por aclarar cómo de grandes serán las concentraciones de personas permitidas para entonces por las autoridades, que de momento se reducen a solo diez.
El Gobierno ya anunció que elevará a 30 o 50 personas el número de personas permitido a principios de junio, pero no está claro qué regla regirá en agosto, lo que llena de incertidumbre la reapertura.
La buena evolución de la epidemia en Dinamarca -las autoridades la dan por controlada y descartan una nueva ola aunque no rebrotes puntuales- y las presiones de la oposición hicieron que Frederiksen anunciara hace unos días una ampliación de la segunda fase, adelantando varias semanas algunas medidas.
Entre ellas figura la apertura total de actividades investigadoras que exigen presencia física, que estará permitida a partir del miércoles, al igual que la enseñanza y los exámenes orales en algunas asignaturas y el regreso al centro de trabajo de todos los empleados públicos de universidades, salvo en Copenhague y su área de influencia, principal centro de la epidemia en este país.
La investigación había abierto ya parcialmente a mediados de este mes en algunos casos, pero de forma muy reducida, mientras buena parte de la vida pública y de la educación se ha reanudado, lo que provocó las protestas de varios profesores de las tres principales universidades, que enviaron una carta abierta al Gobierno y el Parlamento.
“Creemos que más investigadores pueden volver sin que aumente la tasa de contagio. Miles de escolares han regresado, bares, restaurantes y muchas otras cosas están en marcha. Hacemos algo que es tan importante como servir cerveza”, protestaba esta semana el presidente de la agrupación de universidades danesas, Anders Bjarklev.
Finlandia se prepara para reabrir
En Finlandia existe también una gran incertidumbre sobre si el próximo año académico podrá iniciarse con normalidad o se mantendrán las actuales restricciones, aunque la mejora de la situación en las últimas semanas invita a un cierto optimismo.
“Todavía es pronto para tomar una decisión porque aún no sabemos cómo evolucionará la pandemia, pero si la situación no empeora, las universidades retomarán la educación presencial cuando comience el próximo curso académico, a principios de septiembre”, dijo a EFE Maija Innola, asesora del Ministerio de Educación y Cultura.
El Gobierno finlandés decretó a mediados de marzo el cierre de todos los centros de enseñanza del país, salvo contadas excepciones en la educación preescolar y primaria, una medida que estuvo vigente durante dos meses.
A mediados de mayo, ya con la pandemia bajo control, el Ejecutivo finlandés ordenó la reapertura de las escuelas y guarderías, pero recomendó que todas las universidades y otros centros de enseñanza superior continuaran la educación a distancia al menos hasta el inicio del próximo curso académico.
No obstante, dejó en manos de las universidades la posibilidad de organizar enseñanza presencial de acuerdo a las necesidades.
De cara al próximo curso académico, los mayores afectados fueron, de momento, los miles de estudiantes de secundaria que optan a las escasas plazas universitarias disponibles, ya que las pruebas de acceso se están realizando por primera vez de forma telemática y no siempre con las mejores garantías.
La Universidad de Oslo continuará con la enseñanza online
Los campus noruegos continúan cerrados y no está claro cuándo podrán abrir, ya que las autoridades no han dado una solución concreta para las universidades, de modo que se mantiene la enseñanza a distancia y se ha optado ya por que la mayoría de los exámenes de este curso sean digitales.
Desde finales de abril se permite no obstante el acceso a laboratorios y locales de ensayo si es “absolutamente necesario” para completar la educación y si es asumible de acuerdo con las reglas sanitarias, en asignaturas artísticas, de ciencias, tecnología, sanidad, diseño y audiovisuales.
Varias universidades como la de Oslo, la principal del país, y la de Trondheim anunciaron que continuarán con la enseñanza por internet en otoño y suspendieron ya los programas de intercambio de alumnos extranjeros para el primer trimestre, mientras otras solo lo hicieron con alumnos procedentes de fuera de Europa.
Incertidumbre en las universidades suecas
En situación de incertidumbre se mantienen igualmente las universidades de Suecia, cerradas por recomendación de las autoridades desde el 18 de marzo, al igual que los institutos, aunque no las escuelas ni las guarderías, dentro de la línea más suave de restricciones seguida por el Gobierno sueco, en comparación con el resto de países nórdicos y de la mayoría de Europa.
Algunas de las principales universidades suecas como la de Estocolmo o Uppsala mantienen la enseñanza a distancia hasta el 30 de agosto y aún no han tomado una decisión sobre el próximo curso, aunque mostraron su deseo de reabrir en otoño.
Otras, en cambio, como la de Gotemburgo, prolongaron la enseñanza por internet hasta el 31 de octubre, y la de Malmoe, hasta el 8 de noviembre.
La incertidumbre sobre el próximo curso llevó a algunas universidades a suspender temporalmente sus programas de intercambio con alumnos extranjeros.
EFE.