En Estados Unidos, el presidente Joe Biden dijo que ya había decidido qué respuesta dar a un ataque con drones que el domingo pasado mató a tres soldados estadounidenses en una base en Jordania y que, según el mandatario, fue cometido por una milicia iraquí vinculada a Irán.
Tropas israelíes libraron más combates en la Franja de Gaza con el grupo islamista palestino Hamas como parte de una ofensiva que ha inflamado las tensiones en Medio Oriente y entre Estados Unidos e Irán, que amenazó con responder a cualquier represalia a un ataque que mató a soldados estadounidenses en Jordania y del que Washington lo responsabiliza.
El Ministerio de Salud del gobierno de Hamas en Gaza dijo que 150 palestinos murieron y 313 resultaron heridos en las últimas 24 horas en ataques israelíes y enfrentamientos del norte al sur de la asediada Franja de Gaza, a una semana del inicio del quinto mes de un conflicto sin precedentes por su magnitud, extensión y letalidad.
Al menos 26.900 palestinos murieron y casi 66.000 resultaron heridos en bombardeos y combates desde el inicio de la ofensiva israelí, el 7 de octubre, luego de que milicianos de Hamas infiltrados desde Gaza asesinaran a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraran a otra 240, incluyendo a una veintena de argentinos, ese día en el sur de Israel.
Desde entonces, la violencia se propagó rápidamente por todo Medio Oriente, con decenas de ataqu6es de milicias alineadas con Irán contra intereses de Israel y Estados Unidos en solidaridad con los palestinos de Gaza y en rechazo al apoyo diplomático y militar de Washington a la operación de su aliado en el pequeño territorio a orillas del mar Mediterráneo.
En Estados Unidos, el presidente Joe Biden dijo que ya había decidido qué respuesta dar a un ataque con drones que el domingo pasado mató a tres soldados estadounidenses en una base en Jordania y que, según el mandatario, fue cometido por una milicia iraquí vinculada a Irán.
Funcionarios estadounidenses ya habían dado señales de que las fuerzas del país estaban preparando una represalia al ataque, que también hirió al menos a 40 soldados en la Torre 22, una base secreta en el noreste de Jordania crucial para la presencia estadounidense en la vecina Siria.
Pero existe preocupación de que cualquier ataque estadounidense pueda inflamar aún más la región, ya en vilo por la escalada en Gaza y los continuos ataques de las milicias vinculadas a Irán, incluyendo bombardeos al norte de Israel del grupo islamista libanés Hezbollah y ataques de los rebeldes hutíes de Yemen contra el transporte marítimo en el mar Rojo.
“No creo que necesitemos una guerra más amplia en Medio Oriente. No es lo que estoy buscando”, dijo Biden sobre los temores por las consecuencias de un ataque directo contra Irán, sin especificar qué respuesta decidió al bombardeo contra la Torre 22.
Un destructor de la Armada estadounidense derribó anoche desde el mar Rojo un misil de crucero antibuque lanzado por los hutíes, en el más reciente ataque dirigido a las fuerzas estadounidenses que patrullan esa ruta comercial marítima clave, informaron autoridades.
En un comunicado, el Comando Central estadounidense (Centcom) dijo que el barco USS Gravely no sufrió daños ni heridos a bordo.
Horas más tarde, los hutíes afirmaron haber lanzado “varios misiles” al USS Gravely.
Las advertencias iraníes motivadas por las declaraciones de Biden provinieron primero de Amir Saeid Iravani, embajador de Irán ante la ONU, durante una sesión informativa con periodistas iraníes el martes por la noche en Nueva York, según informó la agencia de noticias estatal iraní IRNA.
“La república islámica responderá decisivamente a cualquier ataque contra el condado, sus intereses y sus ciudadanos bajo cualquier pretexto”, dijo Iravani, citado por IRNA.
El diplomático describió cualquier posible represalia iraní como una “respuesta fuerte”, sin dar más detalles.
En Irán, el Gobierno dijo haber tomado nota de las amenazas de represalias de Estados Unidos por el ataque a la base en Jordania.
“En algún momento, nuestros enemigos plantean la amenaza y hoy en día escuchamos algunas amenazas entre palabras por parte de funcionarios estadounidenses”, dijo en un acto el comandante de la Guardia Revolucionaria, general Hossein Salami.
“Les decimos que nos conocemos. No dejamos ninguna amenaza sin respuesta”, agregó Salami, que responde solo ante el líder supremo iraní, ayatollah Ali Jamenei.
“No estamos detrás de la guerra, pero no le tenemos miedo”, añadió, según IRNA.
Las advertencias coincidieron con otro día de bombardeos y combates en Gaza, sobre todo en la sureña ciudad de Khan Yunis, la segunda más grande el enclave, que se ha convertido en el epicentro de las hostilidades luego de que Israel afirmara haber derrotado casi por completo a Hamas en el norte, partes del cual han quedado completamente devastadas.
Los enfrentamientos en Khan Yunis han atrapado a cientos de pacientes y miles de desplazados en el hospital más grande de la ciudad, el de Nasser.
Testigos dijeron que tanques israelíes dispararon hoy al hospital Nasser.
“Hemos abandonado el hospital Nasser sin colchones, bajo los bombardeos y ataques aéreos. No sabíamos a dónde ir. Estamos abandonados a nuestra suerte”, dijo a la agencia de noticias AFP una mujer que huyó hacia la ciudad de Rafah, unos 20 kilómetros más al sur, en la frontera con Egipto.
La ofensiva israelí ha causado una gran crisis humanitaria en Gaza, donde escasean los alimentos, medicamentos y combustible y donde el 85% de los 2,3 millones de habitantes tuvo que huir de sus hogares por los combates, según la ONU.
Israel dijo ayer que había comenzado a inundar túneles cavados por Hamas en Gaza desde que en 2007 se alzó en el poder, un laberinto de galerías que constituyen una trampa para los soldados israelíes y donde fueron retenidos varios rehenes.
Esta extensa red es una obsesión para Israel, que justifica sus bombardeos a hospitales y otros edificios civiles por supuestamente esconder túneles.
Con el avance de los combates, la mayoría de los desplazados palestinos se dirigió hacia el sur. Más de 1,3 millones de desplazados, según la ONU, se hacinan en Rafah, cerca de la frontera con Egipto, que está cerrada.
Las operaciones de ayuda a los civiles de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (Unrwa) peligran desde que Israel acusara a una decena de sus empleados de estar implicados en el ataque del 7 de octubre.
Tras estas acusaciones, 13 países, incluyendo Estados Unidos, suspendieron su financiación al organismo.
Mientras, Estados Unidos, Egipto y Catar intentan convencer a Israel y Hamas de iniciar una nueva tregua, después de una pausa de una semana en noviembre que permitió la liberación de un centenar de rehenes en Gaza a cambio de 240 presos palestinos encarcelados en Israel.
El líder supremo Hamas, Ismail Haniyeh, quien vive en Qatar, tenía previsto viajar a Egipto hoy o mañana para discutir una propuesta de tregua a cambio de liberación de rehenes, dijo el movimiento.
La delegación de Hamas debe reunirse “con dirigentes de la inteligencia egipcia” para discutir una propuesta de tregua formulada en una reunión entre el director de la inteligencia estadounidense, el director de la CIA, William Burns, y responsables egipcios, israelíes y qataríes.
Hamas insiste en un cese total de la agresión israelí y en una retirada de sus fuerzas de Gaza.
Israel, por su parte, se opone a un alto el fuego mientras Hamas no sea eliminado.