Tras varias semanas de trabajo, fuentes judiciales y policiales advirtieron una actividad similar en ese sector de la ciudad.
En abril de 2021 la existencia de una Zona Roja en Mar del Plata se instaló definitivamente como tema en los medios de comunicación. No era algo nuevo, claro, pero producto de que el oficialismo había presentado un proyecto en el que reconocía la problemática y proponía una mudanza de sector, la cuestión era debatida tanto a niveles políticos como en la prensa.
Los meses pasaron y la propuesta cayó en desgracia. Sin embargo, los mayores controles policiales y las numerosas detenciones que se registraron en ese sitio -que estaba compuesto por las manzanas ubicadas entre las avenidas Luro, Champagnat, Jara, y las calles San Martín y 25 de Mayo– hicieron que con los meses el movimiento delictivo allí se disipara casi por decantación.
En el último tiempo se llevaron a cabo distintas investigaciones y se terminó de confirmar que la Zona Roja, tal como había sido conocida en Mar del Plata, había dejado de existir… En ese lugar. Claro: no se extinguió, sino que finalmente se produjo una mudanza, algo forzada pero también como consecuencia de la iniciativa de los propios implicados en la comercialización de droga y prostitución, que comenzaron a explorar nuevos (o viejos) espacios públicos de la ciudad.
La aparición de emprendimientos comerciales en la avenida Luro y una mayor presencia de fuerzas de seguridad, contribuyeron para la desintegración paulatina de la “Zona Roja”. Pero así como se realizaron las mencionadas pesquisas oficiales en pos de formalizar el destierro de esos delitos del sector antes citado, hubo otras para detectar hacia qué lugar fue la mudanza. En esa línea, y tras varias semanas de trabajo, se advirtió una actividad similar a la de la vieja Zona Roja en un área comprendida entre el edificio de Tribunales y las sedes de la Jefatura Departamental de la Policía Bonaerense y la Policía Federal Argentina.
Si bien sobre las manzanas comprendidas por las calles Almirante Brown, Gascón, Las Heras y Tucumán en el pasado había presencia de vendedores de droga y exponentes de la prostitución, aquello siempre era considerado como algo esporádico, no organizado. Además, en los últimos años había dejado de verse. Pero regresó. Vale recordar que el crimen espeluznante de la travesti ecuatoriana Yésica Pullúa Córdova se inició en esa zona de la ciudad en el año 2008.
Último antecedente
El 5 de enero pasado, LA CAPITAL publicó una nota en la que se revelaba que el Concejo Deliberante volvería a poner en su agenda el debate por la Zona Roja en 2022. Tres días después, también este medio, en su sección de Policiales, contaba que un colectivero había sido atacado por un hombre y una mujer trans en Las Heras y Gascón.
La crónica aseguraba que se trataba de la nueva Zona Roja de la ciudad, “autorrelocalizada” en el macrocentro “por la necesidad de sostener la demanda de estupefacientes y servicios sexuales”. En esa oportunidad, el chofer a cargo de un ómnibus de la línea 571, se detuvo en el sitio indicado antes para que ascendieran dos pasajeros. Cuando la pareja lo hizo, intentó viajar sin la correspondiente tarjeta SUBE, único dispositivo permitido para abonar el viaje.
En ese momento, el chofer les informó a ambos que debían bajarse del colectivo. Y entonces el hombre extrajo un un arma blanca y lo atacó, provocándole un corte en el abdomen.
De inmediato los agresores se dieron a la fuga y la víctima fue auxiliada por los testigos, que le pidieron que llamara a la policía. Al constatar que la lesión que tenía era apenas superficial, el colectivero optó por continuar con el recorrido de su unidad.
Sin embargo, una vez que finalizó en el punto cabecera su viaje, se dirigió a una sala de salud para recibir atención médica y, entonces sí, fue también hasta la comisaría segunda para radicar la denuncia. La causa fue derivada a la Fiscalía de Composición Temprana de Conflictos Penales, a cargo de Graciela Trill, que ordenó una investigación en el marco de una causa judicial caratulada “Lesiones leves”.
Detención
Poco antes de la medianoche de este miércoles, personal de la Policía Federal detuvo una mujer trans tras advertir que vendía droga en Falucho, entre Lamadrid y Las Heras. Luego de detectar las maniobras sospechosas, requisaron a la acusada y en su poder hallaron 1,2 gramos de cocaína, distribuidos en seis envoltorios de nylon.
Además de los narcóticos, los efectivos le secuestraron a la detenida la suma de 5.200 pesos y un teléfono marca Samsung Galaxy J2 Prime, que ahora será peritado.
Al identificar a la mujer trans, los investigadores supieron también que su nombre ya figuraba en una pesquisa que llevaba adelante la Fiscalía de Estupefacientes provincial, a cargo de Leandro Favaro y Daniela Ledesma. De esta forma, tras ser notificados de su detención, los instructores judiciales dispusieron sumar al expediente las nuevas pruebas en su contra.