La policía tardó más de un año en descubrir la razón del fallecimiento.
Un hombre de 57 años perdió la vida accidentalmente luego de intentar separar dos hamburguesas congeladas con un cuchillo.
El hecho ocurrió en Gales en julio del año pasado, pero recién esta semana cobró trascendencia con el cierre de la investigación.
La policía tardó más de un año en descubrir la razón del fallecimiento de Barry Griffiths. Cuando encontraron su cuerpo, apuñalado en el vientre, sólo hallaron tirado un cuchillo de cocina.
Griffiths vivía solo, salía poco de casa y tenía poca movilidad de un brazo después de haber sufrido un derrame cerebral.
Los vecinos acudieron a la policía cuando no lo vieron por más de una semana. Su teléfono, su billetera y su computadora estaban intactos y no había señales de disturbios ni rastros de terceros en la casa. Además, el hombre fue encontrado vestido en su cama sin signos de agresión.
Pero recién en la audiencia judicial se supo la verdadera razón del deceso. “En la encimera de la cocina, junto al freezer, había dos hamburguesas crudas, un cuchillo y un paño de cocina. La herida en el abdomen habría estado aproximadamente a la altura de la superficie de trabajo (la mesada). Mi hipótesis en ese momento era que Griffiths estaba intentando separar hamburguesas congeladas con un cuchillo”, explicó el inspector jefe y detective Jonathan Rees.
Finalmente fue el médico forense quién dictaminó que Griffiths murió por un accidente con la comida congelada y no por suicidio.