El equipo marplatense visita a Gimnasia, en Comodoro Rivadavia, por la Liga Nacional de Básquetbol.
Todavía se disfruta el dulce sabor de una de las mejores actuaciones de la temporada en las filas de Peñarol. Pero como es habitual, la Liga Nacional de Básquetbol no da respiro. No hay demasiado tiempo para celebrar grandes triunfos ni tampoco para amargarse por duras derrotas.
Lo positivo es que el “milrayitas” llegará al partido de esta noche con la confianza en un plano superior, luego de haber bajado de la punta de la Conferencia Sur a Ferro Carril Oeste, tras vencerlo en el mismísimo “Héctor Etchart”.
Esta noche, desde las 21.30, Peñarol visitará a Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia, en el siempre difícil estadio de los “Socios Fundadores”. Sin embargo, extrañamente, los dirigidos por Gonzalo García llevan dos derrotas consecutivas en su propio estadio, algo a todas luces infrecuente.
Después de perder en Concordia, Gimnasia había ganado en Paraná y en Sunchales, pero cayó en su propia casa frente a Bahía Básket y el propio Estudiantes de Concordia.
A causa de las inundaciones que sufrió la ciudad chubutense, el “verde” sureño tuvo que reprogramar algunos partidos y acaso esas cuestiones extradeportivas le hayan impedido conservar la concentración a Gimnasia que supo pelear arriba en la Conferencia Sur y al día de hoy todavía no tiene garantizado su lugar en los play-offs. Por ahora conserva su récord balanceado, con 24 triunfos y 24 derrotas (50%).
A Peñarol, el triunfo ante Ferro lo dejó al borde de la salvación. Apenas necesita una victoria más (en los cinco partidos que le quedan en el fixture de la Fase Nacional) para asegurarse la permanencia. Pero al margen, si lo consigue esta noche, también le restará puntos a Gimnasia y matemáticamente conservaría aún una remota chance de play-offs.
El buen juego que ha caracterizado a los patagónicos en los últimos años, tiene en esta temporada algunas fisuras, porque suele exponerse más defensivamente (es una de las defensas más vulneradas de la Conferencia), con la salida de Sam Clancy ha perdido poder en el rebote y aunque ha corregido en parte la cuestión de las pérdidas de balón, su registro sigue siendo elevado (13,3 por partido). Por contrapartida, su tiro abierto sigue siendo garantía de confiabilidad, con un 40,0% de aciertos en triple, el mejor de toda la competencia.
Para Peñarol será cuestión de trasladar todos los méritos defensivos que supo imponer ante Ferro, y que tanto Steffphon Pettigrew como Louis Dabney se involucren de la misma forma en la ofensiva.