Reconocen que es uno de los avances más importantes del siglo. Generarán papas que no se oxidarán y leche que no afectará a los alérgicos.
Por Sebastián Plaza (Corresponsalía Balcarce)- Investigadores del INTA Balcarce han comprobado que “apagando” genes indeseables mediante una técnica conocida como “edición génica” se puede obtener avances nutricionales importantes en plantas y animales. Para expresarlo en forma sencilla es “editar” aquellos genes que pueden traer una reacción alérgica o una condición no deseada a los seres humanos.
La investigación que lleva casi un lustro fue encabezada por el responsable del Laboratorio de Agrobiotecnología del Area de Investigación en Agronomía, Sergio Feingold, y la investigadora, Gabriela Massa.
Si hablamos de condiciones futuristas en los alimentos, el INTA lo tiene hoy para compartirlo con la comunidad. De hecho, ya comenzó a difundirlo entre productores y empresarios de la industria de la alimentación para que comiencen a utilizarlo.
“Estamos presentando una base tecnológica, que es uno de los avances más importantes del siglo en lo que se refiere a genética y no solamente para la papa sino para las plantas, los animales, los insectos y la salud humana”, expresó el Dr. Feingold a LA CAPITAL.
El profesional explicó que “se trata de una mutación en genes específicos que nos permite hacer cambios dirigidos en la secuencia de ADN. Esta tecnología se denomina edición génica y se usa como cuando uno edita un texto: cambiando unas palabras por otras, colocando un acento o agregando una letra que le faltara”.
La investigación se basa en conocer los genes que están interviniendo en procesos y aspectos morfológicos y de esa manera se los puede alterar y cambiar.
“Nosotros nos hemos centrado en aspectos industriales y nutricionales de la papa. Al conocer las variantes que existen en la naturaleza de esos genes podemos lograr un recambio alélico ¿Qué quiere decir?, que el mejoramiento genético de la papa o de cultivos clonales (que se propagan de manera vegetativa como la batata, la vid o los forestales y frutales) entran en una nueva era nunca vista antes, ya que vamos a poder hacer lo que se hace en cultivos como la soja o el maíz, que es tener una variedad mejorada genéticamente”.
Feingold mencionó que en trigo, girasol o maíz ya se está utilizando lo que se conoce científicamente como mejoramiento incremental basado en retrocruza pero en papa este método no se puede usar porque es tetraploide: tiene cuatro variantes por cada gen.
Beneficios con la papa
“En cambio, la posibilidad que brinda la edición génica es que podemos tener una variedad de papa que tiene una característica indeseable, cuya base genética es conocida, entonces podemos mejorarla. O sea, podemos tener una papa espunta que tenga mayor contenido de materia seca o una innoveitor, cuya conservación en frío sea mejor de lo que es actualmente”, argumentó.
Con la técnica aplicada se constató que se puede alterar la cantidad de antioxidantes que tiene el tubérculo y mejorar la capacidad de almacenaje de la papa a baja temperatura sin que se generen azúcares reductores que hoy representan un grave problema en la industria. “Cuando existen estos reductores hacen que el proceso de fritado genere un componente neurotóxico denominado crinamida y por otro lado, el pardeamiento encimático, que es cuando se corta la papa y enseguida se pone marrón. Esto hace que la papa se torne oscura y caiga en un desmedro nutricional”, reveló.
El responsable de la biotecnología del INTA aseguró que la técnica también hará que los productores sean más eficientes en la utilización de recursos como el agua. “Por la calidad de agua que tenemos en Balcarce, hasta ahora sólo se podía sembrar papa en el mismo lote cada cuatro años porque si se hacía todos los años la cantidad de agua que se aplicaba sobre el terreno hacía que éste se salinice. Ahora vamos a incrementar el valor por unidad de área”, admitió.
Para alérgicos a la leche
En paralelo, hay avances en bovinos para que la leche que producen no afecten a personas alérgicas. “Estamos apagando genes que le confieren a la leche propiedades alergénicas que hoy afectan al 5% de la población. Es la misma tecnología aplicada en otros organismos. Estamos muy avanzados porque probablemente en el próximo invierno vamos a contar con los primeros terneros editados genéticamente de Sudamérica”, expresó orgulloso.
Feingold comentó que la maquinaria de edición que se utiliza es una “riboproteína” que se encarga de hacer el corte y recambio y ya está incorporada en el genoma de la papa.
“Uno tiene que demostrar que no existen otros cambios en la secuencia genética más de los que se quisieron incorporar. Las primeras empresas o productores que se hagan de esta tecnología van a tener tecnología de punta. Existen solicitudes de aprobación de este tipo de productos en Estados Unidos, además de la Argentina”, concluyó el investigador.