Piedras y proyectiles contra la comisaría; balas de gomas y gases lacrimógenos del cuerpo de Infantería. Corridas, personas lastimadas y el descontrol de una marcha que había sido pacífica.
La marcha en reclamo de justicia por el crimen de Luciano Olivera (16) concluyó con serios incidentes frente a la comisaría de Miramar cuando a la bronca de los manifestantes se le sumó la represión policial con balas de goma y gases lacrimógenos.
La convocatoria se había iniciado en la plaza principal, había marchado hacia la costa por la peatonal y en el regreso la propia madre de Luciano quiso pasar frente a la comisaría. Hasta ese momento todo se había desarrollado con absoluta normalidad, pero en medio de los insultos hubo algunas piedras que desataron la reacción del cuerpo de Infantería apostado para proteger el edificio de la avenida 23.