Arte y Espectáculos

Iñaki Urlezaga: “El teatro debe interpelar, no lo veo como un entretenimiento liviano y mercantilista”

Dirige "La ruta de Piazzolla", una propuesta artística con coreografía estilizada de danza tango y música en vivo. Se presentará este lunes y este miércoles 15 de enero en el Teatro Tronador.

 

“Es un espectáculo muy hermoso, tiene una riqueza musical enorme”, definió el bailarín -y ahora director artístico- Iñaki Urlezaga sobre “La ruta de Piazzolla”, la obra con la que regresa a Mar del Plata, en plena temporada de verano.

Recién llegado a la ciudad, brindó su visión sobre la accesibilidad a la cultura y adelantó que este año realizará una película sobre “el martirio” que es, a veces, llevar una idea al teatro, en una charla con LA CAPITAL.

Con la propuesta que rinde homenaje a los 50 años de Libertango, una de las creaciones más trascendentes de Ástor Piazzolla y que cuenta también con música de D’arienzo, Mores y otras leyendas del tango argentino, se presentará este lunes y este miércoles 15 de enero, en el Teatro Tronador.


Podés ver el video de la entrevista acá:

 


Primer bailarín

Urlezaga estudió danza clásica desde muy pequeño y en 1991 ingresó como Primer Bailarín en el Teatro Argentino y, más tarde, del Teatro Colón de Buenos Aires.

Durante diez años fue primer bailarín del Royal Ballet de Londres. Fue principal bailarín invitado en la Dutch National Ballet (Holanda) y ha bailado en los escenarios y Festivales Internacionales más prestigiosos como Covent Garden Royal Opera House, Het Muziektheater Opera House, Metropolitan Opera House de New York, Teatro Bolshoi de Moscú, Teatro Mariinski (ex Kirov) de Leningrado; Alla Scalla de Milán; N.K Hall de Japón; World Ballet Festival de Tokio, Japón; Lincoln Center Festival, Estados Unidos; Montreal, Asturias, Madrid, Cremona, Milán, Paris, La Habana, Edimburgo, entre otros.

 


“Lo que pasa con los tangos es que reflejan algo humano. O una tristeza o melancolía o dolor o rabia o felicidad, son microemociones, que… tendrías que morir, extinguirte (para no sentirlas). No sé si la inteligencia artificial lo valoraría”


 

Ha recibido numerosos premios por su habilidad y paralelamente a su carrera como bailarín, en el año 2000 fundó en Argentina su compañía privada de ballet,“Ballet concierto”. Ha incursionado en la actividad coreográfica y de dirección, creando obras que han recibido elogiosas críticas y que se han presentado en prestigiosos Teatros y Festivales Internacionales.

En 2012/2013 fue convocado por el Ministerio de Desarrollo de Nación para dictar un ciclo de clases magistrales en las que la danza sea tomada como herramienta de inclusión sociocultural. A partir de los logros obtenidos con ese ciclo se impulsa la formación del Ballet Clásico Nacional mediante 32 audiciones públicas, compañía de la cual Iñaki Urlezaga fue su director artístico hasta 2017.

Durante el 2018 realizó su gira mundial de despedida de los escenarios como primer bailarín. En el año 2019, convocado por el Teatro Yacobson de San Petersburgo, creó el ballet “La Dama de Picas”, en el marco de la celebración especial del 225 aniversario de Pushkin, junto aldiseñador Ezio Frigerio y Franca Squarciapino.

La Gala estará encabezada por Bautista Parada y Julieta Paul, reconocidos bailarines del Teatro Argentino de La Plata y, junto a ellos, El Cuarteto de Buenos Aires y un cuerpo de baile proveniente de la danza clásica, con destreza técnica y peso escénico.

“El tango habla de nosotros, todo el tiempo”

 

Danza estilizada y música en vivo, la propuesta de “La ruta de Piazzolla”, que dirige Urlezaga.


Urlezaga destacó el trabajo logrado con esta puesta y en la charla con LA CAPITAL no solo destacó que para él el teatro “debe interpelar, incomodar, dejarte preguntas”, sino que también consideró que es rol del Estado producir cultura: “El productor no tiene que generar cultura, eso lo tiene que producir el Estado, como la ciencia”, aseveró.

-¿Tiene algún significado especial hacer “La ruta de Piazzolla acá?

-Mirá, yo siempre siento lo mismo, cuando tengo un texto bueno o una música buena, me siento mucho más relajado porque la música te permite proyectar, armar, decir, contar algo hermoso. Entonces tenés de dónde agarrarte, tenés de dónde defender un material tan noble, tan hermoso. Eso me relaja.

-Piazzolla, Mores, siguen vigentes…

-Lo que pasa con los tangos es que reflejan algo humano. O una tristeza o melancolía o dolor o rabia o felicidad, son microemociones, que… tendrías que morir, extinguirte (para no sentirlas). No sé si la inteligencia artificial lo valoraría. Habla de nosotros todo el tiempo. No podés no emocionarte. Tener un estado de ánimo es inherente al ser humano y la cultura es inherente, es propia de capitalizar algo que te está sucediendo internamente. El teatro lo que tiene es que maravillosamente te lo magnífica, te lo expone, te lo saca afuera, te lo hace compartir con el otro. Pero es algo que seguramente es tan verdadero que resuena desde quién lo interpreta, quién lo produce, a quién lo recepciona. Porque esa es la magia, ahí tenés el bluetooth artístico.

-El espectáculo es con base en el tango, pero es un ballet. Hay bailarines clásicos…

-Sí, la mayoría, porque hay puntas, hay un lenguaje académico que tiene que ver con la danza clásica estilizada y llevada hacia el tango.

Cultura y Estado

-¿Eso contribuye de alguna manera a acercar más públicos a una disciplina sobre la que quizás hay un prejuicio de que es más erudito, que es para un público entendido?

-Yo creo que lo erudito o lo no erudito tiene que ver con la capacidad económica de la gente de poder acercarse. Yo creo que tristemente ahí, el meollo -dicho de este país o de cualquier otro- es que si tenés acceso a la cultura se va a hacer democrático, porque tenés la posibilidad de llegar y es un estilo, una conversación, es como un diálogo que se va sucediendo entre el interlocutor, lógicamente y el artista. Después es una cuestión de gusto, te gusta más el tango, vas a ver una propuesta más de prosa, vas a ir a ver a un festival de rock, lo que sea, pero ya estás en el ámbito teatral. El problema es que cuando vos no tenés acceso económico a la posibilidad de poder disfrutar de lo que vos considerás qué es bueno o malo, qué te gusta o no. Yo creo que tiene que ver con esto: lo democrático o lo monárquico.

-Esta experiencia que estás haciendo tiene un rol preponderante porque es con la provincia de Buenos Aires.

-Que aporta, seguramente. Y sí, siempre que el Estado esté en beneficio del pueblo siempre es una ayuda y no un estorbo.

-Para que la cultura no termine siendo solo un consumo…

-Solo un consumo mercantilista, lógicamente que donde tenés que encontrar un productor que ve un resultado y siempre el resultado es el económico, porque el productor no tiene que generar cultura, eso lo tiene que producir el Estado, como la ciencia, el arte. No es político el mensaje, si no es real, es genuino. No vas a encontrar un Gandhi produciendo obras de teatro, no existe, no ha sucedido nunca y no va a pasar. Acá se inventan muchas cosas, pero estas no creo que sucedan.

-Aparte estás haciendo “El fluir de las mariposas” ¿una temática diferente?

-Sí, la estrené y la hice el año pasado, pero no me la pidieron para el verano. Es una obra que está inspirada en El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, un libro de ella, que es un manifiesto feminista y que yo lo leí hace muchos años. Siempre propuse hacer algo con esto porque me parecía que… de nuevo, a mí me gusta que el teatro te interpele, a mí me gusta que te vayas feliz, incómodo, con alguna pregunta, con algo que te ha sucedido, el teatro para mí debe de interpelar, no lo veo como un entretenimiento liviano y mercantilista, yo. Celebro a quien lo haga y me parece bárbaro, porque la oferta tiene que ser variada, porque lo es el público, pero a mí me gusta hacer un tipo de espectáculo que a veces incomoda como es el Tiempo de las mariposas, a veces es disfrute, pero donde siempre está relacionado con la persona. Todos tenemos cosas que resolver en la vida y el teatro a veces ayuda.

-A la hora del proceso creativo del trabajo con los bailarines…

-Es incómodo, siempre es incómodo.

-¿Cuánto de tu experiencia como bailarín te sirvió? Es decir, esto lo quiero repetir. Esto no quiero que me pase. ¿Usaste eso como bagaje para cambiar de rol?

-Sí, sí. Porque entendés un poco más, te podés poner más fácilmente en el lugar que está atravesando el bailarín. Yo creo que eso, por ahí el director que nunca actuó, es más incómodo en ese aspecto porque hablás desde un cierto desconocimiento, porque seguramente estás formado como para poder estar sintiendo lo que le pasa al otro. Yo creo que esto tiene que ver un poco con el buen manejo de la dirección o no. Poder asistir… porque el director en realidad no dirige, acompaña los procesos que va viviendo la persona, lo que hacés es entenderlos y entender por dónde lo podrías ayudar mejor. Eso tiene que ver con un buen director, liberarlo de una realidad que por ahí la persona está.., no negada, sino atrapada en algo que no ve porque es muy difícil verse a sí mismo. El que está adelante, por eso digo una palabra que es hermosa que para mí es clave: atestigua. Entonces desde ese lugar podés, tal vez, como romper esa barrera que tiene esa persona y acompañarla porque vuelvo a lo mismo: siempre lo hace el artista. El desafío es más para el artista que para el director, el director ya comprendió la obra, por eso está en la totalidad del cuento, después los artistas van caminando en un terreno nuevo. Son lindos los dos lugares, si te gusta. Todo siempre termina el ser humano.

De la danza al cine

-Siempre me llamó la atención cómo de tanta belleza del ballet no se ve el dolor que hay detrás. ¿Cierto?

-Bueno, para eso el público no paga la entrada, no me gustaría que se llevaran esa parte. De hecho voy a hacer una película que habla de eso. De lo que es el martirio, a veces, otras no, pero de lo que cuesta poner una obra arriba del escenario, porque el resultado que se ve, es hermoso, si Dios quiere, pero la búsqueda cuesta hasta que uno lo encuentra. Y hace rato que pienso en hacerlo y lo voy a hacer a lo largo de este año.

-¿En qué estado está?

-En preproducción.

-¿Tenés el guión? ¿Vas a protagonizar, dirigir?

-No, no, yo cine no dirijo. Tengo el guión, la historia y la manera en cómo quiero contarla. Tengo una directora divina, Paula de Luque, así que vamos a trabajarla con ella y la va a filmar ella. Zapatero a sus zapatos.

-Y vas a protagonizar…

-Voy a estar en la película, sí, muy lindo proyecto.

-Y después, el estreno, según los tiempos del cine.

-Sí, los tiempos del cine. Otra área, otra disciplina.

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