Lo resolvió la fiscal Ana Caro en relación a Alejandro Nahuel Cepeda, un policía que no participó en el operativo policial en el que fue asesinado Luciano Olivera (16). Sin embargo se lo acusa de colaborar con su compañero que realizó el disparo fatal.
Un oficial de policía pasó a ser este miércoles el quinto imputado en la causa que investiga el homicidio de Luciano Olivera (16) durante una persecución en la localidad de Miramar.
Tal como lo adelantara LA CAPITAL la semana anterior, la fiscal Ana Caro decidió la imputación de un nuevo policía, Alejandro Nahuel Cépeda, por el delito de encubrimiento ya que quedó establecido que ocultó el teléfono policial de Máximo González (26), autor del disparo que terminó con la vida de Olivera en la madrugada del 10 de diciembre de 2021.
González está con prisión preventiva por el homicidio triplemente agravado (cometido por miembro de una fuerza de seguridad, mediante el empleo de armas de fuego y con alevosía) a la vez que el oficial Nelson Albornoz es el otro policía preso por encubrimiento doblemente agravado y falso testimonio.
Los otros dos policías que tienen una imputación en la causa son la oficial inspectora, Rocío Mastrángelo y el sargento, Kevin Guerricagoitía, por encubrimiento.
González está acusado de disparar contra Olivera, un adolescente que escapaba de la persecución de móviles policiales tras huir de un intento de identificación en la plaza central de Miramar.
Olivera avanzaba a gran velocidad por la avenida 9 y poco antes de llegar al cruce con la calle 34 avistó a un patrullero que le cortaba el paso. De ese móvil había descendido González, Albornoz y estaban también Rocío Mastrángelo y Kevin Guerricagoitía.
Tal como quedó registrado en cámaras de seguridad de la zona, González disparó a distancia contra Olivera y el impacto de la bala 9 milímetros fue en el pecho. Al perder el equilibrio la moto derrapó y llegó a golpear un pie de González, circunstancia que luego fue aprovechada por todos los policías para falsear el relato de los hechos. Es que todos dijeron que González disparó tras ser embestido por la moto.
La herida le produjo la muerte casi instantánea a Olivera y en pocos minutos, al conocerse lo sucedido, decenas de personas se acercaron al lugar. En ese momento hubo incidentes y González fue trasladado hasta el hospital de Miramar. El traslado lo hizo Cepeda, quien permitió que González efectuara llamados a los otros policías involucrados y finalmente le hizo el “favor” de no secuestrarle el teléfono y dárselo a los familiares.
Cuando la fiscal Caro profundizó la investigación de entrecruzamientos de llamadas días después del hecho se determinó que González tenía el aparato dentro de la cárcel de Batán. Ante eso se efectuó un allanamiento y se lo secuestró.
Cepeda, por lo tanto, quedó imputado del delito de encubrimiento doblemente agravado y ahora deberá prestar declaración el próximo 6 de septiembre aunque no será detenido.