Por José Di Bártolo
Al Mundial de Estados Unidos 1994 ya lo tengo más en mi memoria. Estaba en 4° grado y en el Colegio Don Bosco vimos juntos todos los alumnos del turno tarde en el viejo Salón Familiar el primer partido de la serie de grupos.
Pero antes de llegar ahí también tengo vagos recuerdos de cómo los medios de comunicación nos ponían como favoritos en la competencia con un grupo de jugadores que bajo la dirección técnica de Alfio “Coco” Basile, tenía a Diego Maradona como insignia, pero que a su par aparecían: Caniggia, Batistuta, Simeone, Goycochea, Redondo, Ruggeri, Sensini.
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La lista tenía además a Luis Islas (que fue el arquero titular), Sergio Vázquez, José Chamot, Ramón Ismael Medina Bello -el “Mencho”-, Jorge Borelli, Hernán Díaz, a un joven Ariel Ortega, Leo Rodríguez, Abel Balbo, Alejandro Mancuso…
El debut fue contra Grecia y la chapa de campeones ya estaba puesta cuando terminó la goleada de 4-0 con tantos de Gabriel Batistuta en tres ocasiones y de Diego Maradona.
El segundo escollo fue la fuerte Nigeria. Perdíamos con gol de Sasia apenas a los 9 minutos del primer tiempo. Pero el Cani en dos ocasiones en sólo 7 minutos dieron vuelta el partido.
Lo más trascendental del Mundial pasó luego de ese partido. La imagen de Maradona rumbo al vestuario acompañado de una enfermera quedará grabado. El control anti-doping que se realizó aquel día fue positivo y la frase “me cortaron las piernas” que dijo tras conocerse la noticia y la sanción, en la historia del deporte mundial.
Recuerdo en flashes lo que decían de Maradona por aquel tiempo. Pero lo más presente en la memoria fue esa conferencia de prensa, del Diego hablando, de los más chicos no entendiendo lo que había pasado: ¿Se imaginan si pasará lo mismo con un jugador como Messi en la actualidad? Miles de fanáticos chicos alrededor del mundo nunca entenderían…
Un equipo golpeado salió al tercer partido del grupo y una de las sorpresas del Mundial, Bulgaria, nos dio un cachetazo fuerte: 0-2 con goles de Stoitchkov y Sirakov.
Clasificados para los octavos de final dijimos adiós en esa instancia. El bajón anímico que significó la salida de Maradona del plantel se profundizó y Rumania nos mandó a casa con un 3 a 2 en Los Ángeles. Dumitrescu a los 11 del primer tiempo abrió la cuenta, pero el Bati de penal empató a los 16, aunque dos minutos más tarde, otra vez Dumitrescu adelantó a los europeos. En el segundo tiempo, el gran Hagi adelantó aún más a Rumania y el descuento llegó a 15 minutos del final con tanto de Abel Balbo.
Nos fuimos temprano. Íbamos a ser campeones, pero no lo logramos.