El hijo del líder gremialista Hugo Moyano estuvo en su ciudad para participar del Primer Congreso Bonaerense de Derecho del Trabajo celebrado en el NH Gran Hotel Provincial.
Por Natalia Prieto
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El abogado Hugo Antonio Moyano (h) ensayó una autocrítica en cuanto al accionar de determinadas organizaciones sindicales al decir que “algunas dirigencias se han deslegitimado”, pero defendió a rajatabla el derecho a huelga como “el más potente y efectivo que tienen los trabajadores”. Los conceptos fueron expuestos en un panel -junto a Héctor Recalde y Natalia Salvo- en el
Primer Congreso Bonaerense de Derecho del Trabajo celebrado en el NH Gran Hotel Provincial.
Huguito, como lo conocen todos, es el hijo del líder camionero Hugo Moyano, del que heredó el nombre completo, pero su perfil es el más bajo en comparación con sus hermanos Pablo y Facundo. Hermano de sangre del expresidente de Alvarado, nació y se educó en la ciudad, cursó el primario en la escuela 41 y el secundario en el Manuel Belgrano. Se graduó en la Universidad Nacional de Mar del Plata y se mudó a Buenos Aires, para trabajar junto al todavía presidente de Independiente. Actualmente, integra el equipo jurídico de la CGT y de otras organizaciones, como el sindicato de Camioneros.
Este es el diálogo que mantuvo con LA CAPITAL:
– Resúmame, por favor, su ponencia sobre “La huelga y sus modalidades en la coyuntura actual”.
– Es una temática muy importante siempre, en cualquier momento de la historia. Pero hoy tiene cada vez más relevancia analizarla por lo urticante que resulta para algunos sectores que los trabajadores protesten y reclamen a través de la huelga. Y por las reacciones que viene teniendo la metodología, que la historia no desconoce, pero que después de la última gestión de gobierno del ingeniero Macri se han establecido mecanismos, sistemas para atacarla, callarla, perseguir dirigentes y tratar de combatirla a través del derecho penal, de la criminalización de la huelga.
– Y los otros mecanismos que menciona, ¿cuáles serían?
– Definir la huelga ya es complejo. Arrancó siendo un delito penal, después se la toleró y, por último, se la consagró en todo el mundo como un derecho constitucional. Es el derecho más efectivo y potente que tienen los trabajadores al organizarse, ya sea por ejercerla o porque esté latente la posibilidad. Dicho esto, no hay duda que el reclamo gremial, la acción colectiva, es lo que les da más poder a los trabajadores. Existe un momento del mecanismo, pero cuando el empleador no quiere ceder o incumple con algún derecho, no le queda otra acción al trabajador como último recurso de apelar a este derecho.
– Bueno, pero estos últimos días se vieron videos de gente de Atilra intentando no dejar entrar a trabajadores a una planta tomada.
– No conozco ese conflicto en particular. Sí conozco esta metodología de la que te hablaba, que incluye a la comunicación mediática, a la justicia, al impulso político, que cuando determinados grupos ideológicos están en el poder es mucho más grave y fuerte, que incluye hasta a servicios de inteligencia. Se actúa conjuntamente con los medios. Puede ser que algún reclamo se exceda, que no sea por los canales que corresponden, pero también muchas veces se desvirtúa malintencionadamente reclamos que son legítimos para presentarlos en sociedad como ilegítimos. Se habla de mafia, de patota, de extorsión, y nunca o muy poco sobre cuáles son los puntos del reclamo, cuáles son los incumplimientos.
– En los últimos años, ¿los sindicatos fueron perdiendo fuerza?
– Sí, por distintas situaciones, ha ocurrido. Igual, en nuestro país tenemos un sindicalismo de los más potentes de Latinoamérica. Y en el mundo también es reconocido por el modelo sindical heredado del peronismo. Ha cambiado, en parte, el mercado del trabajo, ha crecido el trabajo autónomo, hay nuevas figuras, situaciones que no son laborales que se contienen socialmente. Algunas dirigencias se han deslegitimado, es una autocrítica que cabe hacer. También desde ciertos sectores se ha atacado fuertemente no a los que están inactivos, sino a los que ejercen algún tipo de reclamo. Son muchos factores que hay que analizar y tratar de potenciar nuevamente.
– En esta coyuntura inflacionaria, ¿qué recomienda? ¿Reapertura de paritarias o bono con suma fija?
– Creo que se pueden complementar, o sea, un bono y la reapertura de los paritarias. Con esta inflación incesante, necesariamente tiene que haber reapertura. Muchos gremios lo han hecho, se ha desordenado, porque las paritarias no son más anuales. Todas tienen cláusulas de revisión y creo que para los gremios que tienen menos poder de negociación, un bono puede ser importante, pero siempre con el canal abierto de la paritaria para que cada organización lo pelee de acuerdo con sus circunstancias.
– ¿Se va a dedicar a la política partidaria?
– Actualmente, no tengo eso en mente. Soy de una familia que está en eso y es inevitable tener intereses en esas cuestiones.