Arte y Espectáculos

Homenaje a Spinetta a través de la pintura de Daniel Casamayor: abrió la muestra “Aratud”

La música lo lleva a la pintura y al revés. El artista marplatense, que expone hasta fin de julio, cuenta por qué mira a los grandes creadores y reconoce su gusto por crear murales.

“Todas las hojas son del viento” es el título del imponente mural que pintó con la música de Luis Alberto Spinetta de fondo. Esa es una de las más de veinte obras del plástico Daniel Casamayor que se pueden ver en la muestra “Artaud, delineando expresiones”. Hasta el 20 de julio permanecerá abierta en la galería de arte Coral (Alberti 1882).

Se trata de un recorrido por su obra nueva, que creó específicamente para este espacio de exposiciones. El mural que se lleva todas las miradas, contó, tiene 2,40 metros por 5.80 y como no salía por la puerta de su taller, decidió pintarlo y trasladar la tela, que terminó de ajustar a los bastidores en el salón donde se lo puede ver.



“Arrancó un año con murales, me gusta pintar en grande”, dijo el artista a LA CAPITAL. Y recordó que otra de sus obras permanece a cielo abierto, en la esquina de Juan B. Justo y Edison junto a imágenes de varios marplatenses.

Cómodo con las abstracciones, Casamayor aprendió a mirar y a releer a los grandes: Jackson Pollock, Wassily Kandisnsky, Joan Miró.

De ellos toma elementos, los rearma, los mixtura: del primero no solo el dripping (la técnica del chorreado que utilizó el norteamericano), también la manera de relacionarse con la tela. En vez de pintar en caballete, de forma vertical, lo hace horizontal, sobre el suelo.

“Desde arriba y no en perpendicular, como cuando uno mira un plano desde arriba, es más cómodo en horizontal que en vertical, de Pollock tomé el dar vuelta el juego, al revés de lo que es la regla de la pintuta”, indicó. “Para mi hay que mirar a los maestros, después reinterpretarlos, no copiarlos”, agregó.

Y no es casual que equipare la tela al plano. Casamayor estudió arquitectura y, por voluntad, decidió alejarse de esa disciplina antes de terminar de cursar todas las asignaturas. “Me faltan cinco materias”.

No obstante, mantiene -y aplica a lo visual- conceptos como el trabajo con los materiales, la composición, el color y la estructura. Eso si, advierte: “Me olvido de la arquitectura cuando pinto, no pinto líneas rectas”.

Abierto a lo extra pictórico y a los estímulos que emanan de otras artes, reconoció que es la música su otra pasión. Por escuchar cientos de veces el disco “Artaud”, de Spinetta, decidió imponerle ese nombre a la flamante muestra. Ya lo hizo con Gustavo Cerati. Sus muertas anteriores llevaron por títulos “Siempre es hoy”, “Episodios Sinfónicos” y “Ahí vamos”, todos discos del ex Soda Stereo.

Y aún más: cada cuadro también tiene el título de una canción o el verso de una letra. Solo cambió el título “Cementerio club”, extraordinaria canción de Spinetta, por “Ceremonia sacramental”. “El nombre del cuadro predispone a cómo se arranca a verlo”, dijo.

“Spinetta fue un artista completo, además de músico fue dibujante -repasó-. Trato de indagar (en esa faceta) y de hacer guiños en las obras con la música, no son muy explícitos pero están”.

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