Arte y Espectáculos

Hombres y ratones, una obra sobre los vínculos y la dinámica de la explotación

Del off porteño a la temporada marplatense. Los protagonistas de la puesta hablaron sobre el texto basado en la obra de Steinbeck, los desafíos de sus roles roles y el punto en común de todos los personajes. "Ninguno está cómodo en el lugar en el que está", dijeron.

De Hombres y Ratones, versión de la obra de John Steinbeck, se realiza por primera vez en la Argentina. Es el resultado de un arduo trabajo de los actores que la representan cada lunes y martes de esta temporada en la sala Nona I, del Teatro Provincial. Juan Luppi leyó la obra y realizó la traducción. Lisandro Fiks y Gustavo Luppi la adaptaron y dirigen. El grupo -que se completa con Ramiro Mendez Roy, Sandra Criolani y Heinz Krattiger- gestionó arduamente los derechos para poder estrenarla el año pasado.

El esfuerzo valió la pena. Tuvo una gran repercusión en el teatro off porteño, nominaciones al ACE y ahora forma parte de la nutrida grilla del verano marplatense.

Los protagonistas de la puesta, una tragedia, hablaron sobre el texto, sus roles y el punto en común de todos los personajes. “Ninguno está cómodo en el lugar en el que está”, analizaron.

La obra habla de los vínculos y de la dinámica de la explotación. De los sueños, tan distintos a la realidad, a través de los ojos y los corazones de dos peones golondrinas que solo se tienen el uno al otro, y los personajes que se encuentran en el camino.

Ramiro Mendez Roy valoró que “como grupo, contamos una historia por la que ponemos el pecho, nos identifica”.

Fiks -también director y co-autor de Extra virgen y de la premiada Un enemigo del pueblo- apuntó que “la grandeza del texto está en el vínculo de Jorge y de Lito, que atraviesa cualquier época, cualquier momento”.

– Tanto en Jorge y Lito y otros vínculos de la obra, se muestra el poder en las relaciones: en el matrimonio, en la mujer, en los roles entre los trabajadores, con el patrón y los peones…

– Lisandro. Sí, el vínculo entre Jorge y Lito espeja todo tipo de relaciones, hay poderes que pueden moverse de personas por momentos y situaciones.

– Gustavo. Se refleja una estructura de la sociedad. En los distintos estratos de la estancia, cada cual maneja su pequeña porción de poder y así se van creando las relaciones.

– Y cada uno tiene una visión del otro, según el lugar en el que se encuentra…

– Gustavo. Se entreteje la dinámica propia de la explotación. Cada personaje tiene razones profundas por las cuales ser así: el patrón defiende su feudo, los peones golondrinas se escapan, el peón pierde libertad, pero la acepta porque es así el status quo que se fue creando. Por eso es importante la época, más cerca en el tiempo, si bien la explotación sigue, hay otra tecnología, otras metodologías, en el 68 había cierta primavera política y esperanza que había con la posible llegada de Perón. La esperanza que alimenta la ilusión de los personajes de una salida.

– El rol de la mujer, incómoda, como casi todos los personajes, como uno de los puntos de conflicto y oprimida también…

– Sandra. La relación del matrimonio empieza en la ciudad y tiene códigos distintos. Si bien en el 68 la mujer no tenía la misma posición de que hoy en relación al hombre y la sociedad, se acrecienta en el ámbito del campo, que es primordialmente masculino. Es la única mujer, presa del miedo y la protección del patrón, la prevención que él le hace, por prejuicios a los que ella no está acostumbrada. En la ciudad se relaciona más dinámicamente. Lo comprende en el fondo, pero es capaz de cuestionarlo hasta el punto que la relación lo permite. Es un rol difícil. Se siente limitada en la capacidad de comunicarse. Y sola, completamente, con un cambio de vida rotundo y sin comprender las leyes del lugar.

– El caso del capataz, que tiene su cuota de rango, pero tampoco es libre y es extranjero…

– Heinz. En el material original, hay un componente en el que el racismo es muy importante y la manera como se presenta acá es, en este sentido, al reves del cliche. Es un representante de la raza aria, un polaco, que está completamente sometido y dependiendo del humor del patrón. Que puede ser entregado, en cualquier momento, al resto del mundo. Buscó su refugio en esta estancia y creo que, igual que todos los personajes, están fuera de su lugar. Nadie puede decir esto es lo que quiero, este es mi lugar, esta es mi tierra, acá me siento bien. Sea el patrón que está en la estancia porque el padre lo mandó, Ordoñez que sabe que en cualquier momento lo van a rajar, los peones golondrinas que quieren cumplir su sueño, la señora que es de la ciudad, que sigue al esposo.

– Y por ello todos los que pueden tratan de aferrarse a esa ilusión de irse, de forjar su propio proyecto y destino…

– Gustavo. Es tanta la necesidad que tienen, es un sueño débil, pero se enganchan porque ven una pequeña posibilidad de cambio. No son revolucionarios, quieren zafar y salir. Estos jóvenes locos traen esta idea, que de un punto de vista razonable y adulto es ilógica, utópica, pero ellos lo creen y se contagia y los otros quieren creer. Es tierno en el sentido que ellos se alimentan de una media mentira o una media ilusión.

– Ramiro. Es un sueño, un anhelo. Los sueños son un punto muy importante para estar ahí, atado a algo, anhelando algo y creo que en un punto, es el punto de unión de estos personajes. Todos anhelan salir de ahí. Pero en torno a estos dos personajes que llegan a un lugar que es el menos indicado al cual podrían llegar, es el motor de la obra. Esa conjunción de esas dos almitas que vagan y llegan a ese lugar, donde hay hostilidad al principio pero terminan aferrándose a un sueño que parece una quimera, pero de pronto, esa unión puede hacerla realidad.

– Pero la obra es una tragedia, y se van dando señales…

– Ramiro. Hay cosas que están signadas desde el principio. Hay cosas que son netamente del destino. Y todo el tiempo la muerte rodea la obra en todos los aspectos, en los perros, en los ratones, en de donde vienen, lo que dejan.

– Sandra. Está siempre la advertencia, que el perro no esté acá, que si me voy y te dejo solo, que no quiero que vayas al sector de los peones… cada uno por sus causas y motivaciones, nobles e inocentes, pero las advertencias tienen un sentido.

– A Jorge y a Lito ¿Los une el espanto?

– Juan. Los une la soledad, la supervivencia, la necesidad de salir adelante. Probablemente no se eligen, pero solo se tienen el uno al otro y van para el mismo lado. En medio de un mundo hostil y solitario, son dos personas que funcionan bien, se pueden hacer compañía y formaron una relación en la que uno recibe algo del otro y es suficiente para lo poco que tienen. Se complementan, porque uno es un inteligente sin formación, el otro tiene cierto retraso madurativo pero tiene una fuerza superior, a la hora de trabajar. Jorge todo el tiempo dice, si no fuera por vos, todo sería más fácil, pero si no fuese por Jorge, Lito quizás sería feliz con un ratón muerto en el bolsillo o tirado al sol.

– Y a Lito la platea lo adora…

– Ramiro. Es el lugar de los débiles. de los desamparados, con quienes siempre hay una asociación. La obra está escrita así y está bueno que traspase eso a la platea. Lito es un personaje que está desprovisto de todo e inmenso en esa hostilidad/amor que tiene Jorge hacia él, porque es un vínculo muy complejo y muy puro a la vez. El autor creo que construyó muy bien a esta dupla y el rol que juega el personaje para que se sienta la desesperación la platea, que sienta y pida que lo amparen, que lo cuiden, porque el destino está signado.

– Y ese patrón, que también está incómodo, tiene sus razones pero es detestable…

– Lisandro. Es el rol que toca. Hay un villano y es el patrón. Trabajamos como sacarle la mayor cantidad de maldad posible, porque no es malo porque sí, porque quiere. Trato de ponerme en la cabeza del personaje, el patrón sabe que los peones llegaron tarde a propósito, que los necesitaba para trabajar y no estaban. a la mujer le dice que los peones no son como la gente que está en la ciudad. tengo que entrar en ese sistema de pensamiento para no hacerlo un bicho malo, sino que estoy cuidando la estancia, a la mujer, al trabajo y necesito que me respondan.

– Gustavo. Además el patrón no la pasa bien. está lidiando, resolviendo problemas. nació ahí se tiene que hacer cargo, pero no tiene simpatía para socializar. sabe que si no retiene documentos se les escapan y si se les escapa tiene problemas con la cosecha, con la esquila, se le atrasa todo. Y está bueno que en vez de hacerlo el malvado, porque es rico, patrón, sino porque es un tipo que tiene problemas.

– Lisandro. No está pensado desde lo ideológico, sino desde las circunstancias.

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