Desde hace más de un año, el lugar acompaña a personas en situación de vulnerabilidad. Durante la pandemia, también realizan entregas de viandas para personas del barrio.
La Familia Grande Hogar de Cristo es una iniciativa que tiene once años de trabajo en todo el país, y un año desde que se inauguró la casa en nuestra ciudad. A pesar de que una gran parte de su trabajo hasta la fecha ocurrió durante la pandemia, el proyecto siguió avanzando y nunca dejó de trabajar aunque haya tenido que transformarse.
“La pandemia nos abrió puertas a nuevos desafíos, un trabajo más personal con las personas que se acercan, un trabajo un poquito hacia adentro con el equipo, con algunos chicos que venían que estaban en situación de calle fueron alojados en la parroquia y ahí hicieron su cuarentena dos meses. Fuimos buscando distintas maneras, pero en ningún momento se cerraron las puertas ni perdimos el vínculo con los chicos”, aseguró el padre Hernán, referente de la organización.
Recibir la vida
El proyecto de Hogares de Cristo nació de una iniciativa del entonces cardenal Bergoglio, hoy papa Francisco, quien inauguró el proyecto en el primer centro barrial. El mismo se llamó Padre Hurtado, en honor a un cura chileno jesuita que fundó en su país lo que llamó Hogar de Cristo y era un centro para personas en situación de calle. Con Hurtado como guía, se empezó a extender por el país el proyecto de la Familia Grande del Hogar de Cristo, que en Argentina se ocupa principalmente de sostener y acompañar a personas en situación de consumo problemático de sustancias.
“En aquel momento el cardenal Bergoglio dio dos consignas muy fuertes, que son las que marcan la mística y la forma de trabajar en los Hogares de Cristo que son ‘recibir la vida como viene’ y ‘acompañar cuerpo a cuerpo’. Son como los dos lemas y método de trabajo que se extendieron por todo el país. Y acá en Mar del Plata específicamente me acuerdo que el año pasado el Obispo hablaba de que es un paso de otros pasos, porque ya se trabajaba en esa dirección. Y este año aún en medio de la pandemia también se inauguró en octubre un nuevo centro que es el Hogar de Teresa, en la ciudad de Vidal”, relató Hernán.
En la misma línea, el padre también explicó: “El Hogar de Cristo nace de un caminar de Iglesia, que de alguna manera ya veníamos trabajando y se concreta en este espacio específico para las personas con adicciones u otro tipo de vulnerabilidad, porque no es una comunidad terapéutica, ni para tratar adictos, es una comunidad que recibe a todos los que están necesitando ser acompañados, aunque el tema de adicción atraviesa a todos un poco también. Pero bueno es trabajar con la persona rota, vulnerable, y acompañarlos también desde nuestras heridas, porque no somos los sanos que acompañamos a los rotos, es un acompañarse mutuamente”
El trabajo en pandemia
La pandemia impidió que el Hogar de Cristo pueda recibir nuevas personas, pero se siguió trabajando con quienes ya formaban parte del mismo. Además de funcionar como asilo para algunos chicos en situación de calle durante la fase de cuarentena total, también se comenzó a trabajar con ellos en la cocina de viandas para el barrio, que se entregan tres veces por semana. Como destacaron, la idea de esto no sólo es brindar un servicio fundamental a la comunidad en un momento de crisis, sino también seguir afianzando el vínculo con los vecinos de la zona.
En su momento, este vínculo se hacía a través de talleres abiertos a la comunidad, pero a partir de la pandemia hubo que buscar formas nuevas. “A partir de la entrega de viandas las familias del barrio también nos empiezan a conocer y así en ocasiones las empezamos a asesorar en alguna cuestión que necesiten, algún trámite, se les orienta, y en general, se las acompaña en sus problemáticas puntuales”, explicó Suyai, una de las voluntarias.
A partir de esta nueva etapa de distanciamiento social, poco a poco los talleres están comenzando a retomarse, aprovechando la posibilidad de reunirse al aire libre, aunque seguirán siendo exclusivos para las personas que ya asisten al hogar. “La dinámica del hogar siempre es recibir con el abrazo, y aunque ahora en pandemia estamos un poco limitados para eso, seguimos trabajando desde la idea de funcionar como una gran familia”, concluyó Damián, voluntario del hogar.