El Ejército israelí confirmó la ofensiva contra su base militar, tras constatar al menos 40 cohetes en vuelo, la mayoría interceptados, y no informó de víctimas.
El movimiento chiita libanés Hezbollah lanzó decenas de cohetes hacia Israel, que a su vez respondió al ataque, en medio de la escalada por la muerte del número dos de Hamas en Beirut, un hecho que amenaza con expandir el conflicto que tiene como epicentro la Franja de Gaza y que llevó a los jefes de las diplomacias de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) a viajar nuevamente a la región.
“Como parte de la respuesta inicial al asesinato del gran líder, el jeque Saleh al-Arouri (…) la resistencia islámica atacó la base de control aéreo de Meron con 62 misiles de varios tipos”, dijo Hezbollah, aliado de Irán y de Hamas, en un comunicado.
El Ejército israelí confirmó la ofensiva contra su base militar, tras constatar al menos 40 cohetes en vuelo, la mayoría interceptados, y no informó de víctimas.
El “2024 será un año de combates”, previno ayer su portavoz, Daniel Hagari, al dar parte de “un muy alto nivel de preparación” de las tropas en la frontera con Líbano.
El lanzamiento masivo de cohetes activó las alertas en unas 90 comunidades del norte del país, pero las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) afirmaron que solamente la base ubicada en el monte Meron fue tomada como blanco, de acuerdo al medio local Times of Israel.
Los militares israelíes dijeron que realizaron un contraataque que habría alcanzado “una célula terrorista responsable de los lanzamientos”.
Aviones de guerra bombardearon las cercanías de las ciudades de Tiro y Sidon, en el sur del Líbano, comunicó la cadena de televisión qatarí Аl Jazeera.
Israel no reivindicó su responsabilidad en el ataque que mató a Arouri, el primero en la capital libanesa desde que comenzó la guerra en la Franja de Gaza el 7 de octubre pasado.
Ese día, milicianos de Hamas lanzaron un ataque sobre territorio israelí que dejó cerca de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados, entre ellos una veintena de argentinos.
Israel declaró la guerra y desató una ofensiva contra la Franja de Gaza que dejó al menos 22.700 muertos, entre ellos mujeres y niños, de acuerdo al balance difundido hoy por el Ministerio de Salud del enclave gobernado por Hamas.
La frontera entre Israel y Líbano también se convirtió en escenario de conflicto, pero el asesinato de Arouri el martes en un bastión del grupo libanés hace temer una escalada.
En un discurso pronunciado ayer, el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, afirmó que la respuesta contra Israel por la muerte del número dos de Hamas será “inevitable”,
En este contexto, el máximo responsable diplomático de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, comenzó hoy su visita a Líbano con una reunión con el primer ministro del país, Najib Mikati.
“La situación en el sur del Líbano, el impacto de la guerra de Gaza y la situación en Siria fueron los temas centrales de las conversaciones”, indicó Borrell en la red social X.
“Acordamos trabajar juntos a través de la diplomacia hacia la desescalada y la estabilidad a largo plazo, que está en el interés de todos”, añadió.
Por su parte, Mikati alertó en el encuentro que una ofensiva a gran escala de Israel sobre territorio libanés supondría automáticamente la “explosión regional” del conflicto.
“Nosotros perseguimos la paz. No defendemos la guerra. Solo queremos estabilidad y estamos entablando todos los contactos que hagan falta, porque cualquier bombardeo a gran escala en el sur de Líbano conducirá a la región a una explosión integral”, dijo el premier, según comentarios reproducidos por el medio local L’Orient le Jour.
Durante el encuentro mantenido en Beirut, Borrell coincidió con el primer ministro libanés en que resulta “imperativo” que el país no se vea arrastrado a la guerra.
“Quiero mandar a Israel el mensaje de que nadie se va a alzar como ganador de un conflicto así”, manifestó el representante de la UE en declaraciones recogidas por el mismo medio.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, también está de gira oficial por Medio Oriente para intentar rebajar las tensiones, viaje que lo llevó hoy a Turquía para reunirse con el presidente, Recep Tayyip Erdogan, y con el canciller, Hakan Fidan, así como a Grecia.
El Departamento de Estado estadounidense indicó en un comunicado que Blinken y Erdogan hablaron de la situación en Gaza y de la adhesión de Suecia a la OTAN.
El diplomático subrayó “la necesidad de evitar que el conflicto se extienda, de aumentar la ayuda humanitaria, reducir las víctimas civiles, garantizar la liberación de rehenes, trabajar por una paz regional duradera y de avanzar hacia la creación de un Estado palestino”.
Blinken, que inició en Turquía su cuarta gira por Medio Oriente desde que estalló la guerra, llegó por la tarde a la isla griega de Creta, antes de viajar a Jordania, Israel, Cisjordania ocupada y otros países de la región para evitar una escalada regional.
En su cuarto viaje a la región, el jefe de la diplomacia estadounidense se reunió con el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis en la residencia privada de éste en la isla de Creta, donde hablaron sobre la guerra de Gaza y “la modernización de las fuerzas armadas griegas”, según el jefe de la diplomacia griega, Giorgos Gerapetritis.
El jefe de Hamas, Ismail Haniyeh, instó hoy a Blinken a que durante sus encuentros se enfoque en poner fin a la “agresión” israelí.
“Esperamos (…) que esta vez se centrará en el fin de la agresión, en vistas de poner fin a la ocupación del conjunto de la tierra palestina”, declaró Haniyeh en un video.
“Esperamos que el señor Blinken haya podido sacar conclusiones de los últimos tres meses y comprendido el grado de error cometido por Estados Unidos con su apoyo ciego” a Israel, añadió el dirigente, que vive exiliado en Qatar.
Mientras tanto, en la Franja de Gaza continúan los combates.
El ejército israelí declaró que en las últimas 24 horas sus fuerzas “mataron a varios terroristas (…) y destruyeron algunos pozos de entrada a túneles” en Khan Yunis, sur del enclave, y que encontraron chalecos militares “ocultos (…) en una clínica médica” en la ciudad de Gaza, en el norte.
El portavoz de las FDI Hagari aseguró hoy en conferencia de prensa que el Ejército terminó de desmantelar el “entramado militar” de Hamas en el norte del enclave y aclaró que, de todas formas, podría haber lanzamientos de cohetes esporádicos desde esa región hacia Israel.
“Llevará tiempo, los combates continuarán a lo largo de 2024. Estamos trabajando según un plan para alcanzar los objetivos de la guerra: desmantelar a Hamas en el centro y el sur, y continuar todos los esfuerzos, de inteligencia, operativos y de presión militar, para devolver a los rehenes”, apuntó.
Por la noche, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, emitió un mensaje en video en el que pidió que se continúe la ofensiva militar en Gaza hasta lograr “todos los objetivos”, entre ellos garantizar que la Franja “no volverá a ser una amenaza para Israel”.
La Franja de Gaza se ha convertido “simplemente en un lugar inhabitable”, en “un lugar de muerte y desesperanza”, y sus habitantes están “frente a amenazas diarias ante la mirada del mundo”, denunció ayer a la noche el jefe de operaciones humanitarias de la ONU, Martin Griffiths.
Unicef advirtió que los combates, la malnutrición y la situación sanitaria crearon un “ciclo de la muerte que amenaza a más de 1,1 millones de niños” en Gaza.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que la mayoría de los 36 hospitales del territorio quedaron fuera de servicio por los combates, y los que siguen funcionando se enfrentan al desabastecimiento.
Un equipo de la ONU entregó ayer suministros médicos a las autoridades de Gaza en Khan Yunis. Fue “la primera vez que pudimos hacer esta entrega en unos 10 días”, declaró Sean Casey, coordinador de la OMS.