Por Julieta Barrera
“Hecho en Buenos Aires” es una revista que ya lleva más de dos décadas generando oportunidades para la integración de personas en situación de calle y sin trabajo en Argentina, que arrastra más de tres años en recesión y tiene al 42 % de su población urbana bajo la línea de pobreza.
Patricia Merkin, su mentora, tuvo la idea de replicar en el país la revista londinense “The Big Issue”, iniciativa que ofrece a personas sin oportunidades la posibilidad de obtener un ingreso mediante la venta de sus ejemplares.
“Como gran emprendedora, Patricia estaba buscando voluntades de apoyo para desarrollar ese proyecto”, comenta a Efe Sergio Rotman, miembro fundador, codirector de la publicación y a cargo de “Hecho Club Social”, organización deportiva adicional.
“Me entusiasmé de inmediato y empecé a ser parte de ese grupo de amigos, adherentes, que se iba consolidando alrededor de la idea”, recuerda.
Número cero
La revista fue publicada por primera vez en junio del 2000. Escrita por periodistas profesionales, con enfoques originales, temáticas de actualidad, arte y cultura, tuvo la inmediata aceptación de lectores y entrevistados como Ricardo Darín, Andrés Calamaro, Gustavo Cerati y Leonardo Sbaraglia.
“Fue la fuerza de la convicción en ese momento, tanto del equipo de cooperantes como de los vendedores, que vieron que la revista se podía vender y a partir de ahí se empezó a generar esa sinergia”, asegura Rotman.
Sinergia inclusiva
Quienes se inscriben como vendedores por primera vez, reciben gratis 10 revistas. Las siguientes pueden comprarlas al costo y venderlas al precio que se indica en la portada, obteniendo una ganancia inmediata del 70%.
Desde su lanzamiento, más de 8.000 personas, con pocos o ningún ingreso, pasaron por “Hecho” y pudieron mejorar su día a día.
“Nosotros apuntamos a trabajar con las personas, no es un proyecto de asistencia, es un proyecto en conjunto de retroalimentación, nos fortalecemos y hacemos que ellos mismos sean multiplicadores”, subraya Rotman.
“El vendedor no solo es parte de una organización para vender una revista, sino para empezar a generar herramientas de apoyo y transformación de su propia vida”, remarca Rotman.
Ese es el caso de “El colo”, quien vivió 3 años en la calle: ” A mí me sacó y a otro amigo que traje también, él trajo a otro y así”.
“Patricia me dijo ‘acá tenés’ y me explicó. Eso me abrió las puertas, volví a creer”, asegura el vendedor, que hoy no solo comercia revistas, sino también obras que realiza en el taller de arte de “Hecho”.
Una experiencia similar es la de Hugo Gómez, quien trabaja con la publicación desde 2001. Desde el primer día pudo pagar una habitación y dejar de dormir en la calle.
“Me cambió la vida laboral y también lo humano”, manifiesta Gómez, quien además pudo viajar a Escocia y Dinamarca representando a “Hecho” en dos mundiales de fútbol organizados por la Red global de publicaciones de la calle.
Proyecto integral
“Hecho” acompaña desde su origen con servicios sociales, talleres creativos, formativos y servicios sanitarios, entre otros, que en su mayoría son apuntalados por voluntarios o cooperantes.
Con el bienestar del vendedor como eje central, “Hecho empresa social” hoy no solo abarca la revista, sino también otros proyectos, como el mercado agroecológico “A cultivar que se acaba el mundo” o el espacio “Arte Hecho en Bs. As”, acciones que sustentan el emprendimiento en su conjunto.
Sobre “Arte Hecho en Bs. As”, Américo Gadpen, codirector de la revista, coordinador de los talleres del área y encargado de la exposición y comercialización de las obras de los vendedores, se muestra orgulloso de los logros de sus alumnos.
“Tenemos más de 100 obras catalogadas con su precio en las redes. El mecanismo es el mismo que con la venta de la revista, 70% del valor de la obra es para el artista, mientras que el 30% se reinvierte en la empresa”, explica.
Sobrellevar la pandemia
2020 fue un año de fuertes cambios para “Hecho”. A las dificultades planteadas por la pandemia, sobrevino el fallecimiento de Patricia Merkin, su mentora.
Sin la posibilidad de estar en la calle, la revista debió pasar al formato digital y aunque hoy retomó el soporte tradicional y la venta callejera, para Rotman la publicación digital llegó también para quedarse.
El nuevo dilema que se les plantea es cómo poder seguir involucrando al vendedor como eje central en este medio digital.
“Lo estamos intentando a través del código QR que cada vendedor lleva, pero no deja de ser una forma de perder el contacto”, explica Rotman.
“La prueba va a estar en ese desafío tener la mente abierta y poder ir viendo por dónde hay que ir acompañando en este proceso de aprendizaje conjunto”, concluye Rotman.
EFE.