Ricardo Darín analiza "El amor menos pensado". El actor, que estrena su rol de productor, interpreta al compañero de vida de Mercedes Morán en esta cinta que problematiza a la pareja madura.
“Vivimos un poco enroscados alrededor de una idea y no nos dejamos llevar tanto por lo que sentimos sino por lo que pensamos”, evaluó Ricardo Darín sobre las relaciones de pareja, tema que aborda “El amor menos pensado”. El filme que protagoniza junto a la actriz Mercedes Morán y un gran elenco llega hoy a los cines nacionales, incluida Mar del Plata. Con dirección de Juan Vera, la película se completa con las presencias de Claudia Fontán, Andrea Pietra, Jean Pierre Noher, Norman Briski, Luis Rubio, Juan Minujín, Gabriel Corrado y Andrea Politti.
Darín se mete en la piel de Marcos, un profesor de literatura casado desde hace años con Ana. La partida de su hijo a estudiar al exterior parece detonar la crisis. Y esa aparente estabilidad que habita en el seno de la pareja estalla. Aunque el estallido no tenga el rostro de la pelea ni del grito, sino todo lo contrario.
La lucha contra el tedio, la necesidad de que aparezcan nuevos desafíos y la pregunta acerca de lo enamorados que siguen ambos tras más de veinte años de vida en común dominan gran parte de esta historia y de las historias satélites que se abren en torno a la pareja central.
En este filme de conversaciones, humor, momentos cómicos y diálogos mordaces, Darín y Morán construyen personajes empáticos con los espectadores. “Parte de lo que nos atrajo de la película y lo que nos resultó muy cercano fueron los diálogos, la fluidez de esos diálogos y la acidez, porque tratándose de dos profesionales y de gente de mediana edad pero con un camino andado no utilizan muchos eufemismos, están todo el tiempo chicaneándose, es una pareja con mucho humor y es esto lo que los habilita a tratar de decir las cosas como son”, analizó, en una entrevista con LA CAPITAL.
-La película parece preguntarse todo el tiempo si es posible habitar una pareja en la que no haya enamoramiento. ¿Coincidís?
-Me parece que todo lo que se intenta averiguar sobre el enamoramiento se lo utiliza en forma sarcástica, está como sobrevaluado lo que es el enamoramiento por encima de lo que es el amor. Yo dudo que uno pueda estar en una relación durarera, amorosa y demás sin algunos de los condimentos del enamoramiento, probablemente lo que desaparezca es el impacto inicial que te revuelve el estómago, lo que te tiene nervioso y supeditado al teléfono. Eso tiene que ver con una etapa inicial. El enamoramiento juega acá de manera sarcástica, irónica.
-Lo que es seguro es que esta pareja acepta salir de su zona de confort.
-Sí. A partir de determinado planteo, son valientes y ponen las cosas sobre la mesa, aunque sea en diferentes momentos. Me parece se traslada el planteo a una cuestión más existencial e individualista si se quiere, es decir, se preguntan qué me pasa a mi frente a esto. Normalmente cuando uno atraviesa una situación de pareja de mucho tiempo se trastocan los individualismos, las singularidades pasan a formar un poco parte del otro. Hay una negociación permanente en cuanto a qué se debe hacer en forma conjunta. Ella lo dice en un momento: “¿qué nos espera después de esto, ser abuelos?” Y él tiene otra mirada, a él lo que lo pone mal es quedarse quieto, no tener espacio para la sorpresa y para que aparezca algo nuevo.
-Tu personaje también lo dice de manera clara: “Hay que ir a los bifes, en la vida y en la literatura”.
-Claro. Creo que toda la historia tiende a no darle tantas vueltas al coco, a no quedarse tan enroscados y a ser más realistas, escribir como se vive, vivir como se escribe, diagramar o proyectar en forma más simple, nosotros, especialmente la Argentina, somos muy psicoanalizados en ese sentido, siempre tratando de averiguar qué hay detrás de esta cortina. Y eso no está ni bien ni mal, pero vivimos un poco enroscados alrededor de una idea y no nos dejamos llevar tanto por lo que sentimos sino que estamos pendientes de lo que pensamos.
-En la historia, es la mujer la que plantea la necesidad de un cambio, parece llevar la delantera en el minuto a minuto de la pareja.
-En términos genéricos, es difícil englobar a todos, pero sí, hay una tendencia femenina a ser un poco más valientes, me parece a mi, es una sensación que tengo, de poner las cosas sobre la mesa. Si la cosa no está funcionando bien es ella la que pregunta qué pasa, qué está pasando.