Policiales

Hallan calcinado y con golpes a un hombre dentro de una casa

Una casa del barrio Coronel Dorrego fue escenario de un salvaje homicidio. Allí un hombre fue golpeado y luego su cuerpo prendido fuego.

Una reunión nocturna dentro de una vivienda del barrio Coronel Dorrego acabó en el brutal crimen de uno de sus participantes golpeado en la cabeza y prendido fuego hasta calcinarse su cuerpo.

La víctima resultó identificada extraoficialmente como Pablo Cabral (35) mientras que los otros dos hombres que estaban con él y que eran los residentes permanentes de la casa quedaron detenidos, acusados del asesinato.

El hecho ocurrió de madrugada en un domicilio de calle Arrue al 1600, en el oeste de la ciudad, y el fiscal Leandro Arévalo intenta determinar qué ocurrió a partir, en principio, del informe de la Policía  Científica que trabajó en el lugar.

Según las primeras versiones, Cabral había asistido a dicha casa para reunirse con sus dos moradores Enrique Luengo (46) –el “dueño”- y Sergio Pérez (36) –el “inquilino” de una pieza-, ambos hombres con antecedentes penales y un malísimo concepto barrial. Algunos testigos nocturnos aseguran que pasada la medianoche se escucharon gritos propios de una discusión y que luego por un par de horas la situación en apariencia se calmó.

Sin embargo, a las 3.40, aproximadamente, un foco de incendio se registró en un sector de esa casa y fueron llamados de urgencia los bomberos. El panorama al intentar sofocar las llamas fue macabro: lo que se había incendiado era un cuerpo, el que presentaba un estado de calcinación importante. El cadáver se hallaba debajo de algunos restos de mampostería del techo.

Las evaluaciones iniciales indicaron que Cabral, cuya identidad se conoció por otros testigos, tenía hundimiento de cráneo y que esta lesión no correspondía con el desmoronamiento sino con golpes previos.

En un primer momento se comunicó el hecho al fiscal Juan Pablo Lódola, quien por razones de turno actuó solo trabajó en el comienzo del caso pero luego se lo trasladó al fiscal Arévalo. No obstante Lódola ordenó la aprehensión de Luengo y Pérez, quienes se quedaron en la vivienda pese a la extrema situación.

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