Son videos que circulan en las redes sociales. Apuntan a consolidar la idea de que los artistas son trabajadores con derechos. Piden contención de parte del Estado.
“Haikus locales” es el nombre de una serie de piezas audiovisuales que, pensadas y editadas por la actriz Olivia Diab y por la cantante Nathalia Zapata, busca visibilizar la situación de precariedad en la que se encuentra la comunidad artística marplatense a raíz del aislamiento social. Asimismo, los videos intentan explicar que la tarea de los artistas es también un trabajo y por lo tanto, pesa sobre esta actividad la misma validación que tienen otras más convencionales.
“Pareciera que un trabajo es aquel que te soluciona un problema”, indica Diab, quien es escritora, dramaturga y directora de teatro. “¿Estás enfermo? un doctor. ¿Tenés problemas con el vecino? un abogado. ¿Tenés hambre? Un almacenero, un restaurant o un supermercado. Esos son trabajos. Nosotros no tenemos función concreta más que conmover, transformar, transportar en el tiempo”, agregó.
No obstante, “’los artistas (sólo) somos la representación más elaborada de la necesidad humana de expresión’. Eso está claro”, dijo la actriz.
Frente al panorama de aislamiento social, buena parte de la comunidad artística se unió, desde sus casas, en estos “Haikus Locales” que tienen un perfil de reclamo y que también pueden entenderse como una campaña en las redes sociales para mostrar lo que necesitan los artistas en este particular momento.
“Convocamos a todas las áreas: músicos, teatristas, técnicos, artistas callejeros, circenses, bailarines y artes visuales. La respuesta fue inmediata. Todos muy dispuestos a armar el material”, agregó la actriz.
Así, en una de las piezas puede verse a la misma Diab expresando “los paños fríos del municipio” o a la bailarina y coreógrafa Elizabeth Delfabro, quien dice “Por ahora vengo aguantando, no te creas que porque soy bailarina vivo a lechuguita, no soy un canario. Es por eso que necesitamos la Ley Nacional de Danza”.
“Necesitamos contratos laborales que se paguen en tiempo y en forma”, se la escucha decir a la cantante Marcela Tarifeño. Y el director de teatro Federico Balderrama se pregunta “¿Por qué seguir soportando los ultrajes del tirano, el descaro de los funcionarios públicos, necesitamos actuar?”, entre otros dichos de los trabajadores del arte.
Diab entendió que esta acción se complementa a otras que realiza el colectivo de artistas. “En el caso particular de esta producción, sólo visibilizamos la situación. Las organizaciones artísticas se están encargando de la gestión del reclamo ante las autoridades”, apuntó.
“Simultáneamente a nuestra convocatoria, varias asociaciones civiles representativas de las artes escénicas y visuales elevaron el pedido de Declaración de situación de emergencia del sector artístico en la ciudad. Desde varios sectores de la cultura coincidimos en la necesidad de visibilizar la extrema precariedad laboral y el alto grado de vulnerabilidad de nuestras necesidades básicas”, afirmó a LA CAPITAL.
Para Diab “vivir del arte ya era difícil antes de la pandemia. Imaginate ahora. Muchos de los artistas trabajamos en docencia (el IFE no nos llegó a todos por esta situación) y de manera informal. Las organizaciones artísticas armaron redes solidarias acercando bolsas de alimentos y subsidiando económicamente a los que se puede, muchas familias están pasándola muy mal. Pero la demanda desborda la posibilidad de ayudar a todos. Tenemos actores vendiendo empanadas, directoras confeccionando barbijos, bailarinas haciendo delivery. No se nos caen los anillos.
Los artistas quedamos desamparados, quedamos al borde del camino. Los centros culturales necesitan una contemplación económica. Muchas personas basaban su economía en los centros culturales que hoy están completamente parados”, agregó.
El disparador, poesías breves
Al comienzo de la cuarentena, Diab empezó a armar haikus (poesías muy breves, formadas por tres versos) en su blog personal Mi parte insegura, que estaban relacionadas al aislamiento. Junto a Zapata empezó a armar videos con esos haikus.
“Todos los días pensábamos nuevos haikus referentes a la cuarentena, al aislamiento, a la situación de incertidumbre, a los estados anímicos que íbamos atravesando día a día, e íbamos grabando, filmando, escribiendo, creando estos cortos que además nos obligaron a aprender a ambas cómo manejar un editor on line. Creo que así se transformó en un ciclo, sobre todo porque la gente comenzó a pedirlos por las redes -detalló-. Finalmente, convocamos al público de las redes a que completaran la oración: ‘Cuando termine la cuarentena…’ Fue ahí que ese proyecto personal trascendió y se abrió a la comunidad. Más de cien artistas mandaron sus mensajes. Por ese entonces, el municipio largó el ConvocarteMGP que a casi todos los artistas locales nos pareció una tomada de pelo”.
Y remarcó que esta campaña en las redes sociales busca “que el Municipio nos garantice las necesidades básicas. Una estructura que nos contenga. Un fondo de desempleo. Garantías como a cualquier trabajador”.