La bomba que estalló en el pub 'Horse and Groom' mató a cuatro soldados y un civil, pero, indirectamente, también destruyó la vidas de once personas a las que se condenó injustamente por ese atroz crimen.
Por Javier Aja
DUBLIN, Irlanda.- En el 50 aniversario del atentado del IRA que inspiró la película ‘En el nombre del padre’, la Justicia aún busca a los culpables de esta masacre cometida en un pub inglés, por el que se castigó a varios inocentes conocidos como los ‘Cuatro de Guildford‘ y los ‘Siete Maguire‘.
No obstante, los terroristas, si los encuentran, no serán juzgados en virtud de la reciente y polémica amnistía concedida por el Gobierno británico para todos los crímenes cometidos durante el pasado conflicto, lo que sigue plagando de injusticias uno de los sucesos más polémicos y conocidos de ese negro periodo en Irlanda del Norte.
El atentado fue cometido en la noche del 5 de octubre de 1974, cinco años después del estallido de las hostilidades en el Ulster entre el ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA) y las fuerzas de seguridad británicas.
La bomba que estalló en el pub ‘Horse and Groom‘ de Guildford, en el condado de Surrey -suroeste de Londres-, mató a cuatro soldados y un civil, pero, indirectamente, también destruyó la vidas de once personas a las que se condenó injustamente por ese atroz crimen.
Los ‘Cuatro de Guildford‘ –Gerry Conlon, Paddy Armstrong, Paul Hill y Carole Richardson– pasaron 15 años en prisión tras un juicio grotesco, con testimonios obtenidos por la Policía bajo tortura y pruebas falsas para demostrar que pertenecían a una unidad del IRA, cuando en realidad no eran más que jóvenes norirlandeses en busca de aventuras en Londres.
Entre los ‘Siete Maguire‘, que recibieron condenas de entre 5 y 14 años de cárcel por su apoyo logístico a la supuesta célula terrorista, estaba Guiseppe Conlon, quien murió en prisión en 1980 defendiendo su inocencia y la de su hijo.
Destruidos por la maquinaria judicial británica
A todos ellos los aplastó la maquinaria del Estado británico, bajo enorme presión para atajar como fuera y a cualquier precio la campaña de atentados del IRA en Inglaterra, en una fase en la que la banda armada decidió llevar la guerra a casa del enemigo.
Su historia fue llevada al cine por el director irlandés Jim Sheridan en la cinta ‘En el nombre del padre’, protagonizada por Daniel Day-Lewis y Emma Thompson en 1993, apenas cuatro años después de que el Tribunal de Apelación de Londres anuló las sentencias gracias a la presión de una campaña que destapó las irregularidades de la investigación policial y del juicio.
Medio siglo después, Guildford recuerda este sábado a Paul Craig y los militares William Forsyth, John Hunter, Ann Hamilton y Caroline Slater que fallecieron en el atentado, así como a los 65 heridos que causó la explosión en el pub.
El religioso Simon Butler también oficiará este domingo un servicio en la iglesia de la Santísima Trinidad, después de que las familias de las víctimas visiten el lugar donde estuvo en su día el ‘Horse and Groom’, en el que se puede ver ahora una placa conmemorativa.
“Estos actos son una oportunidad para que la localidad y todos aquellos afectados nos dediquemos a trabajar juntos por la paz, la justicia y la reconciliación”, ha destacado Butler.
Durante los juicios a los ‘cuatro’ y ‘siete’, la unidad del IRA operativa en Inglaterra llegó a responsabilizarse por el atentado para evitar lo que a la postre se convirtió en uno de los mayores errores judiciales en la historia del Reino Unido, pero ninguno de sus miembros ha sido condenado hasta la fecha.
Nuevas pruebas y amnistía
A este respecto, la Policía de Surrey comunicó el pasado abril que había identificado una “posible línea de investigación forense” para reexaminar el caso, si bien reconoció que no podía efectuar más avances ante la entrada en vigor un mes después de la nueva ley sobre el legado del conflicto norirlandés, que paralizó los procesos judiciales de los crímenes cometidos durante el conflicto tanto por los paramilitares como por las fuerzas de seguridad.
Desde el pasado 1 de mayo, solo la Comisión para la Reconciliación y Recuperación de Información (ICRIR, en inglés) puede investigar los miles de asesinatos que dejó sin resolver el conflicto, en un proceso que no desemboca en juicios si cuenta con la colaboración de los implicados.
La medida del anterior Ejecutivo conservador ha sido muy criticada por todos los partidos políticos norirlandeses y los grupos de víctimas, que ven cómo se desvanecen sus esperanzas de obtener justicia en los tribunales.
Tras años en prisión, los ‘Cuatro de Guildford’ y los ‘Siete Maguire’ al menos lograron destapar la verdad y obligar al Gobierno británico, por boca de Tony Blair (primer ministro entre 1997 y 2007), a pedir perdón en 2005.
EFE.