El marplatense habló de su consagración en cuatriciclos en el Enduro.
Abrumado por abrazos, felicitaciones, pedidos de fotos y el enorme cariño de la gente, José Guerra se hizo tiempo para dialogar con LA CAPITAL:
“Este es un deporte súper atractivo y me explota el alma de felicidad poder compartirlo con toda mi gente. Es increíble haber podido ganar acá. Toda la organización es súper profesional y me pone muy feliz que puedan demostrar todo lo que son capaces de hacer y en mi ciudad. Es espectacular que el público marplatense acompañe como lo hizo”.
Con respecto a sus adversarios y al circuito en particular, sostuvo que “mis rivales son increíbles. Van mejorando muchísimo día a día, laburan un montón. La pista es recontra demandante, un circuito corto para la cantidad de tiempo que corremos, así que se termina destruyendo. Pude concentrarme, por momentos se puso difícil, en otros pude apretar un poco más. Fue una carrera muy exigente”.
Además, explicó el motivo por el cual en el tramo final, perdió buena parte de la ventaja que llevaba. ”
“Faltaban 4 segundos para que se terminar el tiempo y entonces iba a quedar una sola vuelta. Aflojé un poco pero se me venía (Lucas) Estomba, así que no pude esperar y tuve que dar dos vueltas más. Venía súper cansado y cada metro de carrera, con los rezagados y los pozos, se hacía más díficil y podés cometer un error en cualquier momento”.
Por último, indicó: “Este triunfo se lo dedico a mi hija, la luz de mi vida; a mi mujer, que me banca en todas y me sigue todos los días; a mi viejo, que la viene peleando para que yo pueda estar acá, porque no es barato ni fácil; a mi hermano, que eligió trabajar para que yo pudiera estar arribar del cuatri; a mi mamá; a mi hermana; a mi abuela, a mi abuelo que está en el cielo; a todos”.
Un señorito francés
Todo un personaje es Camille Chapeliere, el ganador en motos. Casi un argentino más.
“Me siento como en mi cass. Me encanta Argentina, la onda, la gente, es todo muy lindo. El evento es muy grande, fantástico. Me gusta mucho viajar acá y en algún momento me gustaría obtener el pasaporte argentino”, dijo luego de la premiación.
“Había corrido muchas veces en Argentina y casi siempre había subido al podio pero nunca había podido ganar una carrera importante como ésta”, agregó.
Hace 8 meses, Chapeliere comenzó a aprender español a través de una aplicación en su computadora. Eso y el haberse quedado cinco meses en el país, luego del Enduro del Verano, fueron determinantes.
“Decidí quedarme acá para andar en los médanos de Pinamar. Entrenar ahí fue perfecto para mí. Hace dos meses volvía Francia para seguir entrenando y ver a mi familia, pero mi cabeza estaba puesta en el EDI. Quería ganar. Estoy muy, muy feliz. Es una gran carrera, con grandes pilotos, no puedo estar más contento”.